Jueves, 15 de Diciembre de 2011
Hoy ha estado en la Zarzuela Xabier Markel Errekondo, un tipo alto, bien vestido, con camisa negra y corbata blanca, que le ha dado una palmada al rey y en la rueda de prensa le ha llamado Majestad. Antiguo jugador de balonmano compañero de Iñaki Urdangarin, no ha podido visitar esa casa en peor momento para el suegro del antiguo jugador de talón-mano
Fue Alcalde de Usurbil en representación de ANV y no sabemos si ha hablado con el suegro de su yerno. La foto es un cambio total de decoración. De aquel Idigoras en 1993, con una ETA actuando, a esta Amaiur pidiendo como sea se respete su derecho de formar Grupo Parlamentario y diciendo que el rey está de acuerdo en ello, Y haciendo la trampa de dejar a Navarra en el camino para que, prometida la Constitución, los seis diputados de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, ver si de chamba el PP les admite.
Por menos de eso nos han puesto el grito en el cielo. Un poco antes ha llegado Erkoreka con una sonrisa de satisfacción, a pesar de la pérdida de ubicación que hemos tenido en la Cámara. De ser el cuarto grupo al sexto. El rey estaba más circunspecto y tenía más motivos para estar bajo la ola con la de goteras que tiene en el Palacio. Pero la vida es así. Pura imagen. Las procesiones van por dentro.
Empezó ayer y terminará hoy. Se trata de un formulismo vacío como es la consulta por parte del rey a los representantes de las fuerzas representadas en el Parlamento. Digo vacío porque no es determinante lo que diga el rey. Se hace para que se vea que está ahí.
La primera vez que hice este trámite fue en 1986. Posteriormente acudí en 1989, 1993, 1996 y finalmente el año 2000. Y de cada uno de estos encuentros tengo varias anécdotas y vivencias varias. Cuento hoy mi última entrevista en el año 2000, con Aznar ya en La Moncloa y diciendo barbaridades contra Ibarretxe.
Mensaje de Arzalluz al Rey
Tras la extenuante campaña del año 2000 que le dio mayoría absoluta a José María Aznar y poco después de constituirse las Cortes Generales, la Casa Real fue llamando a los distintos portavoces parlamentarios con el fin de evacuar consultas en relación con quién debía proponer el Rey como candidato a presidente de gobierno con objeto de que se realizara el Debate de Investidura en el Congreso. Se trata de un mero trámite, pero le da al Rey la oportunidad de hablar con todos los grupos parlamentarios, cuestión que sólo hace una vez cada cuatro años. No es para herniarse.
En la reunión que mantuve en 1986, el Rey fue muy crítico con Juan Alberto Belloch y Margarita Robles a cuenta de haber propiciado que se sacase a la luz el caso GAL. Aquello me extrañó tanto que le pregunté por qué en un Estado de derecho no se podía saber nada sobre aquella aberración. Y es que aquello me pareció insólito, porque en realidad no era creíble que en La Zarzuela lo ignoraran todo sobre el asesinato de 28 personas e incluso que el Rey no sólo no supiera nada, no intuyera nada, sino que no sospechara nada sobre el hecho imperdonable que desde las cloacas de un Estado, del que él era el máximo representante, se asesinara a esas 28 personas a pesar de recibir continuamente información reservada. Por otra parte, en ningún mensaje de Navidad, a la hora de condenar el terrorismo o en los de la Pascua Militar, el Rey aludió a semejante cuestión, mientras que en privado criticaba que se hubiera quitado la tapa al puchero.
El caso es que tras la mayoría absoluta de Aznar tuve que volver a La Zarzuela a decir lo evidente, que no era otra cosa que Aznar debería ser el propuesto. Sin embargo, no quería una reunión más con el Monarca en momentos en los que se adivinaba, tras el espléndido resultado del Partido Popular, una legislatura guillotina, dura y bronca, y por eso le solicité al presidente del EBB, Xabier Arzalluz, que me escribiera unas letras para el Rey. Arzalluz me contestó que aquello no serviría para nada pero en base a mi insistencia lo hizo, y con aquellas letras en el bolsillo fui el 12 de abril de 2000 a visitar al Rey.
Desde la puerta de Somontes al palacio hay seis kilómetros de un parque natural, en el que saltan los ciervos y hurgan en la tierra con su hocico los jabalíes. Al llegar al palacio me recibió un teniente coronel que me acompañó al primer piso. Al poco de estar en la sala de espera vino Fernando Almansa, un granadino que había estudiado en Deusto. Hacía cuatro años lo había hecho Ricardo Martí Fluxá y en la primera ocasión recuerdo al marqués de Mondéjar, quien me contó de qué manera el Rey recibía cajas de puros de Fidel Castro.
Tras una breve espera conversando con Almansa me recibió don Juan Carlos. Departí con él durante tres cuartos de hora. Y le entregué la carta. Ésta decía:
Bilbao, 11 de abril de 2000
Señor:
Me permito enviarle un respetuoso saludo aprovechando la visita “protocolaria” de nuestro portavoz Anasagasti.
Pienso que desde Madrid se nos ve cada vez más lejos. Lejanía que puede ir aumentando hasta no poder ya vernos, si sigue la política cerrada y la absoluta incomunicación del Gobierno Aznar.
No quisiera aumentar sus preocupaciones. Pienso que Anasagasti podrá comentarle mucho más directa y competentemente nuestros problemas, que lo son también de Su Majestad.
Afectuosamente,
Fdo: xabier arzalluz
Estas letras me dieron pie para que le contara cómo estábamos viendo la situación y cómo la frase de Arzalluz de que cada vez estábamos más lejos era una buena descripción de la situación que además iría a más. El rey estuvo receptivo y amable y sobre todo sonriente cuando le pedí que se mojara más, que hiciera gestos de distensión, que no fuera tan neutral ante una situación de atropello, que si bien el enemigo era ETA, él era el jefe de un Estado que se decía plural, en teoría, pero no era así en la práctica.
Cogió la carta, me dijo que la estudiaría. Hasta hoy. Nunca más supe de ella. Arzalluz había vuelto a tener razón. Todo aquello era una pérdida de tiempo.
Tras la reunión y a la entrada de palacio, los periodistas habían colocado una gran carpa para la habitual rueda de prensa. Por allí pasábamos los portavoces para repetir las generalidades de costumbre. Estuve en un tris en decir que le había entregado al Rey un sobre con una carta de Arzalluz. Me mordí la lengua. Hubiera sido toda una primicia informativa y sólo hubiera servido para que los tratadistas constitucionales y los periodistas del pensamiento políticamente correcto me dijeran que el Rey era una instancia intocable.
Y sin embargo era el día en el que Aznar pedía la dimisión de Ibarretxe desde Bratislava, capital de una Eslovaquia que se había separado por las buenas en 1993 de Chequia, con el simple argumento de que ejercitaba su derecho a la autodeterminación, hecho que el gobierno español había reconocido inmediatamente.
Al ser preguntado por estas acusaciones les dije a los periodistas que si por Aznar hubiera sido no habría habido transición, ni una Constitución con Capítulo VIII, ni hechos diferenciales sino la “España Una, Grande y Libre”. Con semejante cerrazón no se hubiera reconocido al PC, ni se hubiera desmontado el Movimiento. No había más que haber leído los artículos de Aznar en el periódico Nueva Rioja de Logroño en los tiempos en los que era un inspector fiscal con querencias neofalangistas. Comenzaba a ser normal que un presidente de gobierno pidiera nada menos que la dimisión de un lehendakari porque no le gustaba lo que decía. Dije también que era más fácil hablar con el Rey que con Aznar y que ya estaba bien que todo un gobierno tuviera tan poco respeto institucional hacia una Comunidad Autónoma. Aquello al PP le sentó fatal sobre todo por el lugar desde el que se decía y por el eco que aquellas palabras habían tenido en momentos de euforia y machaqueo del Partido Popular.
Sin embargo, en esta España de recurrente silencio respecto al Rey suelen ser raras las voces que se escuchan indicándole al Rey lo que debe hacer. Una de ellas es la del editorialista y dibujante gráfico de El País, Máximo, quien en mayo de 2003 y en su esporádica sección “Diario Regio” y bajo una corona se hacía la siguiente reflexión poniéndose en los zapatos del Rey: “Soy Rey de todos los vascos (con perdón) y me preocupa que unos lo acepten más que otros. ¿Debo permanecer pasivo ante esta disyuntiva?. ¿Debo hablar con unos y con otros?. Ya sé que el gobierno tiene las atribuciones constitucionales, pero yo tengo las atribuciones de la historia de España. ¿O no?. La Reina y yo (no sé si el Príncipe) estamos hechos un lío, Máximo.”
Fantástica reflexión políticamente incorrecta, como lo fue al mes la carta que el escritor italiano Antonio Tabucchi le dirigió al presidente de la República Italiana Carlo Azeglio Ciampi a cuenta de Berlusconi:
“Yo soy un ciudadano y usted un presidente de la República: dirigirse al propio Presidente en una democracia es cosa normal, al menos mientras ésta exista. Y le ruego que disculpe las molestias: si ha asumido la carga de convertirse en presidente de la República en una coyuntura histórica como la actual a su venerable edad, sin carrera política a sus espaldas, debía de estar usted muy convenido a la grave tarea a la que hacía frente. Su alto cargo, aunque en Italia haya muchos que preferirían verle relegado a un empíreo equivalente al del Papa, donde la palabra no es discutible siendo dogma, prevé en una democracia normal pelmas como yo. La democracia significa también reciprocidad: usted es el garante de mi Constitución, yo le pido cuentas por ello. Y así, a mi manera, me convierto en garante de lo que usted debe garantizar. En caso contrario, como decía Paul Celan, ¿quién ha de testificar por el testigo?.”
Aquella carta abierta cuyo título era tan sólo un “Señor Presidente” se le habría podido ocurrir a algún intelectual español. Y sin embargo esto no ha sucedido, salvo en el caso de Máximo, y dudo que suceda. Sobre todo que alguien hubiera descrito a Aznar como Tabucchi había descrito a Berlusconi. “Berlusconi no parece tener rémoras; evidentemente, tiene las espaldas bien cubiertas. Y no sólo por la «honorable sociedad» que lo sostiene, sino a nivel mundial. Ha entrado en nuestra Unión Europea corno ciertos kamikazes entran en un autobús con un cinturón de explosivos”.
Algo así había estado a punto de hacer Aznar con relación al tema vasco. Sin embargo en Italia se denunciaba públicamente por un intelectual y en España sólo cabía entregarle al Rey una carta en palacio y sin que se enterara nadie. “Pienso que desde Madrid se nos ve cada vez más lejos…”, le decía Arzalluz.
Y el Rey en silencio.
Cuando iba leyendo por la carta y comienza por «señor y sigue con «su majestad» he parado de leer.
xD, señor no es, y la majestad se demuestra.
Un poquito de por favor como decía aquel, un poquito si quiera, sois vasallos, eso es lo que sois mientras no demostréis lo contrario.
Una cosa es el respeto el cual no se le a de faltar a «nadie», y otra el vasallaje y la sumisión.
PATETICO.
Ala sigue con tu agenda de Senador.
Que igual en lugar de saber mi opinión prefiere el sonido del País de «pandereta».
A mandar. A sus pies.
Pro cierto, no cinfundamos las cosas. me cae usted muy bien, pero me parecen ustedes, los del PNV, falsos de cojones,
De menuda nos hemos librado a cuenta de la mayoría actual del PP en el Congreso y en el Senado. El Gobierno de España podrá gobernar sin los chantajes nacionalistas que tanto añoran PNV y CiU.
No me gusta «todo el poder legislativo» en una mano. Y menos me gusta aún, «todo el poder legislativo y ejecutivo» en una mano.
No es el caso ahora, pero casi.
Por eso, mi carta a los RRMM contendrá una petición muy precisa:
Que el Gobierno de España introduzca mecanismos eficaces de fiscalización del gasto para todas las administraciones públicas, a cargo de funcionarios adecuadamente formados y remunerados y fuera de las influencias de cualquier «cargo de confianza» o de cualquier grupo de presión.
El mayor riesgo de la actual situación de concentración de poder en manos del PP es, para mí, el de que las declaraciones de rigor de su Presidente no tengan un seguimiento y una exigencia plena en todos los niveles de todas las administraciones públicas.
La experiencia acumulada en los años de poder continuado del PNV en la CAPV, de CiU en Cataluña y del PSOE en Andalucía, por poner algunos ejemplos concretos, es lo bastante tenebrosa en cuanto a transparencia y lucha contra el nepotismo y la corrupción, que habrían de sacarse sin demora las obligadas conclusiones y poner en marcha los mecanismos para impedir su masiva repetición a partir de ahora.
No sólo habría de ser imposible la amnistía para los presos etarras, ni el incumplimiento de sus condenas, es necesario un régimen mucho más severo para luchar contra los abusos económicos y para impedir que se lucren unos pocos, desaforadamente, a cuenta de tantos de nosotros. Por eso, el indulto del Gobierno ZP a un alto cargo del Banco de Santander condenado judicialmente, ha sido una pésima actuación del mal Presidente de Gobierno que ha sido, para mí, el señor Rodrígez Zapatero.
El GAL fue una de las peores actuaciones bajo los gobiernos Felipe González con la ayuda de sus ministros, Pérez Rubalcaba incluido. Fue un montaje infame.
Los Gobiernos del PSOE tuvieron un respaldo tan abrumador que habrían podido modificar las leyes de modo que la neutralización de los terroristas de cualquier pelaje, también los de ETA, pudiera resolverse, dentro de la ley, con la misma naturalidad y eficacia con que el SAS abatió en Gibraltar a terroristas del IRA.
La doblez de aquellos gobiernos del PSOE consistió en fomentar actuaciones al margen de la ley y, a partir de ahí, fueron posibles los horrores de los asesinatos de Lasa y Zabala, por ejemplo.
Otro día habrá que hablar de algunas «complacientes y comprensivas» actuaciones de los gobiernos nacionalistas vascos, en relación con ETA, con los chicos de la gasolina y con el matonismo independentista adueñándose de la calle para imponer su visión de la sociedad. Y lo escribo sin olvidarme ni de que el PNV montó la primera gran manifestación contra ETA, ni que también han resultado asesinados por ETA miembros del PNV o han caído bajo las balas de ETA, 15 miembros de la policía autonómica, incluídos el que fuera su sargento mayor y jefe de los AVCS, Joseba Goikoetxea Asla, ex-miembro del PNV y, el que fuera su jefe, Genaro García Andoain.
Pero algo va mejor que hace décadas para esta comunidad.
Si el secuestro del industrial y miembro del PNV, Lucio Aguinagalde Aizpurua, necesitó de 25 años para sentar en el banquillo al último etarra participante en el mismo, Luis Enrique Gárate Galarza, alias «Zorro», para sentar en el banquillo al etarra Ibai Beobide, ‘Manex’, responsable de la colocación de bombas en Cantabria en 2008, han bastado 3 años.
Y para acabar, una referencia a las andanzas, venturas y desventuras de los flamantes diputados de Amaiur.
Escriben y publican en «Arabatik» una entrada, dirigida a Amaiur, con un título rotundo y expresivo:
«Que les jodan»
Pongo el enlace para quienes desen leerlo completo,
http://arabatik.wordpress.com/2011/12/16/que-les-jodan/
Y eso es todo por ahora.