En el 25 Congreso de Unió Democrática de Catalunya

Miércoles 16 de mayo de 2012

Unió Democrática de Catalunya celebró el pasado fin de semana, 12 y 13 de mayo 2012 su 25 Congreso en Sitges. El lema escogido fue «Humanismo, Justicia Social y Centralidad». A él fueron invitados partidos amigos de Unió de Europa y América y gente suelta como yo. Iñigo Urkullu, fue invitado, pero al no poder acudir delegó en mi persona la presencia del PNV. He ido a muchos de estos Congresos y conozco a Josep A. Duran desde 1975, cuando ambos fuimos a Berlín invitados por los democristianos alemanes.

Llegué el sábado y como no conocía Sitges, me di una vuelta por esta localidad costera que me gustó. Con arena blanca y limpia, casas de época, estatua a Rusiñol, museo Bacardi, mucha gente en la calle, Castelledts en el paseo, buen ambiente. Un joven me paró para pedirme le dijera la dirección de la estación. No la sabía. Al poco me llaman. “¿Qué haces tú en Sitges?». Lo había twiteado. Esto del twitter es terrible. Como para andar despendolado.

Quien me fue a buscar al aeropuerto me contó su vida. Hijo de un pelotari de remonte navarro, en la guerra al bombardear Barcelona mataron a sus dos abuelos. Para que Peces Barba haga bromas diciendo cada cierto tiempo que hay que bombardear la capital catalana.

Y estuve en el Congreso y saludé a mucha gente conocida de toda la vida. Sánchez Libre, Llibert Cuatrecasas, Manel Silva, Eva Parera, Salvador Sedó padre e hijo, Ignasi Farreras, Jordi Casas, la presidenta del Parlamento, y periodistas deLa Van­guardia como Barbeta y profesionales de medios que había conocido en pasillos en el Congreso. Silvia encargada de protocolo, nos atendió muy bien. El Congreso se hacía en el mismo hotel donde estuvimos alojados.

Sábado 12 de Mayo: A Durán le aprueban su gestión.

Un acentuado perfil propio es el que marcó Duran en la primera jornada del congreso de Unió Democrática de Catalunya (UDC) ante la eventual decantación del partido hacia posiciones independentistas que entiende que «ni interesan ni convienen» no sólo a la formación democristiana, sino tampoco a CiU y, mucho menos, a Catalunya. Un distanciamiento de las tesis independentistas realizado sobre todo en clave interna, para contrarrestar el giro soberanista de la candidatura alternativa del alcalde de Vic, Josep María Vila d’Adabal, que, de haber prosperado, consideró que dejaría sin sentido la razón de ser de UDC y lo situarían como un partido sometido a CDC. «Con una estrategia idéntica a la de CDC por parte de Unió, la suma de los dos partidos daría menos, sería malo para Unió, sería malo para CiU y sería malo para Catalunya», subrayó el líder democristiano en la presentación del informe de gestión del último mandato del actual comité de gobierno.

 

Como si de un órdago a los sectores independentistas de UDC se tratara, los retó a «hacerse de Convergencia», pero les advirtió que él sería de los que se irían a casa, porque «el principal error que podría cometer Unió sería emular la estrategia de CDC». Por eso recetó seguir el camino propio. Un camino en el que rechazó que la única alternativa para Catalunya fuera la independencia o la pérdida gradual de catalanidad y en el que se declaró convencido de que «Catalunya tiene futuro» a través de la plena soberanía confederal dentro del Estado español, que es lo que propugna la ponencia que quedó aprobada por una amplísima mayoría. En el texto se recoge, no obstante, una enmienda de Assumpció Laïlla que proclamaba la necesidad de «alcanzar las estructuras propias de Estado para Catalunya, un Estado miembro dela Unión Europea». Una formulación que ya se había incorporado en el2000 apropuesta dela Unióde Joves y que a Vila d’Abadal le sirvió para retirar sus enmiendas claramente independentistas, a fin de evitar una derrota amplia, y para centrar todas las bazas en la votación del nuevo equipo de dirección que se iba a producir al día siguiente.

En este escenario, Duran se mostró convencido de que con la bandera de la independencia CiU no sólo retrocedería posiciones, sino que incluso perdería las elecciones en Catalunya, por ser una vía que, a su entender, crea división. «Si CiU no hubiese concurrido a las elecciones al Parlament de Catalunya con el compromiso del pacto fiscal y lo hubiese hecho con el de la independencia, no las habría ganado», aseguró en una intervención en la que, aunque pareciera lo contrario, el destinatario directo de sus críticas y temores no era Convergencia. Las aprovechó para marcar distancias, eso sí, con la estrate­gia apuntada por su socio en el reciente congreso de Reus, pero reconoció que, en realidad, había sido el mismo secretario general de CDC, Oriol Pujol, el que al día siguiente del cónclave había dejado muy claro que su partido no era independentista. Tuvo palabras extremamente elogiosas para Artur Mas, al que agradeció la «sensibilidad, atención y delicadeza» con que le trata, en contraposición a la «indiferencia, por no decir menospre­cio», que CDC dedica en ocasiones a UDC en el ámbito local. «Artur Mas trata con más respeto y lealtad que nunca a Unió Democrática, y estoy seguro de que no siempre todos en su propia casa se lo deben aplaudir».

En el resto del informe de gestión de la dirección saliente, Duran esbozó un posible distanciamiento del PP. «Ni el PSOE pudo contar con nuestro apoyo parlamentario permanente ni tampoco ahora el PP, y en este caso, y más a medida que se vaya consolidando una impermeable posición del Gobierno central a las demandas del pacto fiscal, el progresivo distanciamiento se hará inevitable». En la idea abundó también Joana Ortega, al subrayar que una legislatura que en Catalunya ha tenido alianzas decisivas con el PP para aprobar los presupuestos dela Generalitatdel 2011 y el 2012 «pronto puede cambiar y, por tanto, las cosas pueden evolucionar de diferentes maneras». La vicepresidenta del Govern fue la encargada de realizar el balance de las dificultades de la obra de gobierno de CiU, mientras Josep María Pelegrí glosó la actividad interna de UDC en los últimos cuatro años e insistió igualmente en el mensaje de que la prioridad del partido no es la independencia, sino la crisis. «Aunque Unió siempre ha defendido el derecho de autodeterminación como derecho irrenunciable del pueblo de Catalunya, ahora nuestra prioridad es superar la crisis y dinamizar la economía», aclaró.

El informe de gestión recibió el apoyo del 95,95% de los compromisarios –estaban acreditados 1.116-, con sólo el 0,27% de votos en contra y el 3,78% de abstenciones. Unos porcentajes que no concedían demasiadas expectativas a Vila d’Abadal y evidencian, en cambio, el respaldo mayoritario a las tesis de Duran, que tras veintisiete años como líder de UDC -entre 1982 y 1984 y desde 1987, hasta la actualidad- buscó el respaldo para su undécimo mandato como presidente del comité de gobierno.

La cena la hicimos en un restaurant donde pude hablar y divertirme con un antiguo embajador de Colombia en el Vaticano que me permitió enterarme que fue él uno de los organizadores de aquel encuentro en Berlín enla Ady luego enla Academia Einsholtzde Colonia y quien me dijo que su abuelo era vasco y para no dejar de soñar con Euzkadi dormía sobre una almohada con la ikurriña. También me contó que un cura vasco en lugar de poner como penitencia padrenuestros y avemarías mandaba plantar una semilla de café y que por eso una de las zonas de Colombia era tan rica porque había tenido aquel cura vasco y muchos pecadores. Enfrente tenía a Llibert Cuatrecasas y su esposa Guiomar, clásicos de Unió y referentes de los tiempos duros. Conocieron a Ajuriaguerra, Lasarte, Arzalluz, y todos los que se movieron en aquel Equipo Demócrata Cristiano.

Domingo 14 de Mayo: Elección de Durán y discurso de aceptación.

El domingo y a la espera de que me dieran la txartela, llegó el president dela Generalitá ArturMas que vino a saludarme y a preguntarme sobre como andábamos en Euzkadi y sobre mi tórrida «amistad» con el rey. En eso salió Duran de la sala y se fueron a charlar. Nos metimos en el gran salón y al poco entró Mas que fue recibido por un grandísimo aplauso. Mucho tiempo. No sé si esto lo hacían con Pujol. Pero me llamó la atención lo largo del mismo. Mas saludó y se fue a cumplir otros compromisos.

 

Ese día comenzaba con el saludo a los invitados. Cuando me tocó, Duran recordó la antigua e histórica relación con el PNV, enla República, la guerra, el exilio y los últimos años. «Eres al que más han aplaudido» me dijo quien tenía a mi vera.» “Es que soy del PNV y nos vamos a ver las caras el 25 de mayo enla Copa» le dije de broma. Cerca estaba Oriol, Pujol y representantes de todo el arco parlamentario catalán.

La sesión propiamente dicha comenzó con la explicación del programa de las dos candidaturas. Empezó el alcalde de Vic que desgranó su propuesta independentista y propuso que los cargos no se eternizaran, en alusión a Duran que lleva treinta años de gran jefe. Estuvo bien aunque su tono de voz era muy quedo. Intervino pos­teriormente Marta Llorens y Duran, por la candidatura de éste último. Y tras las intervenciones se produjo la votación y el escrutinio, la proclamación de Duran por la presidenta del parlamento y el discurso del reelegido líder.

De esta manera Duran Lleida revalidó el domingo 13 de Mayo la confianza de Unió Democrática de Catalunya (UDC) para un undécimo mandato al frente del partido. Y lo hizo en una votación en el que la formación democristiana cerró filas con él, que se impuso con claridad, con el respaldo del 80,24% de los compromisarios, a la candidatura alternativa del alcalde de Vic, Josep Maria Vila d’Abadal, que tuvo que conformarse con el 19,17% de los votos. Una confrontación -en la que se contabilizaron también 0,47% de sufragios en blanco y 0,12% de nulos- que el reelegido presidente del comité de gobierno entiende que refuerza incluso su liderazgo, «porque no es lo mismo imponerse con el 80% a otro candidato que con el 90% en solitario», como dijo. La victoria de Duran se ha sustentado, además, en la reafirmación de su apuesta por la soberanía confederal, en contraposición al mensaje inequívocamente independentista de su oponente. Un independentismo que se cuidó de recordar que no es mayoritario ni en UDC ni en Catalunya, pero por el que manifestó su máximo respeto y comprensión como expresión del sentimiento de indignación que provoca la escalada de agravios hacia Catalunya. La aclaración no era baladí, quizás para deshacer dudas sobre el sentido de sus afirmaciones del día anterior, en la línea de que el hecho de que tomara distancias con la vía independentista no significaba que el suyo fuese un discurso antiindependentista. Lo que le permitió incidir en que en su partido no sobraba nadie, ni independentistas ni confederalistas, ni por descontado Vila d’Abadal, a quien auguró un futuro todavía importante dentro de UDC.

Y de paso también le sirvió para limar las asperezas que las palabras contrarias a la sumisión a CDC, que a su juicio conllevaría la asunción como doctrina de los postulados independentistas, provocaron en el socio convergente. Duran subrayó que en realidad no se sentía tan lejos de la formación con la que comparte federación, y como prueba, la exhibición de unidad y sintonía que protagonizó junto a Artur Mas, en el que, lejos de posibles trifulcas internas, al menos repasaron el estado de la nueva tanda de ajustes a la que se ve obligada a hacer trentela Generalitatpara cumplir el objetivo de déficit.

Se cambiarán los Estatutos

Puestos todos los puntos sobre las íes, el líder de UDC dedicó su discurso en su primera propuesta tras revalidar el cargo a hacer un llamamiento a todos los partidos catalanes para constituir un frente común en defensa del pacto fiscal y de materias clave del autogobierno de Catalunya -lengua, cultura, derecho propio…-, como expresión máxima de la soberanía plena en el terreno económico y cultural por la que apuesta el partido democristiano. Citó para esta empresa a todos los partidos, a excepción del PP, convencido sin duda de que sus prioridades son otras, pero mencionó de manera muy especial al PSC. «Tenemos más cosas en común entre nosotros que con Rubalcaba, Rajoy o Esperanza Aguirre», aseguró gráficamente Duran, para quien «cuantas más fuerzas políticas puedan ir de la mano mejor».

 

El reelegido presidente del comité de gobierno de UDC reiteró, por otro lado, sus temores acerca de que «Europa está sentenciada» si no modifica su política económica basada en la austeridad, que apostó por combinar con políticas de fomento del crecimiento para cambiar la tendencia. Y realizó también una encendida defensa de la política, en un momento en el que los indignados retoman las plazas, con el argumento de que «la antipolítica es una práctica dedicada a minar los fundamentos de las instituciones» y la idea de que «la democracia se puede hacer sin los partidos es un terreno fértil para la involución». Unos partidos que, admitió no obstante, tienen que ser permeables a la sociedad, y con tal objetivo anunció que justamente UDC celebrará dentro de dos años un congreso extraordinario para cambiar sus estatutos y adaptarlos a la situación actual.

Y así terminó el 25 Congreso. El formato del mismo me gustó. Dos candidaturas que se presentan ante la asamblea con su programa, votación, proclamación, discurso del reelegido líder que respeta al candidato rival y una ejecutiva donde cada elegido tiene su área de actuación. Es ésta: