PRIETO NO PASABA DEL BOGA-BOGA

Martes 3 de mayo de 2016

Si Eva llega a ser vasca,

con la manzana hubiese hecho compota.

Manu Sota.

prieto_indalecio[1]El primer mensaje de Gabon (Navidad) de un Lehendakari se produjo en 1936 desde Radio Bilbao que funcionaba en la parte trasera del Carlton (la entonces Lehendakaritza). Fue editado. Era un discurso de esperanza a pesar de la dureza de la guerra. El siguiente mensaje el Lehendakari Aguirre lo redactó en Barcelona donde estaba refugiado. El siguiente en París y, el más complicado, en 1940 cuando huyendo a través de Berlín, su mensaje sirvió para que los vascos y los franquistas supieran que estaba vivo. Y en todos aquellos años su obsesión fueron los presos y los asesinados por la represalia franquista y el marcar un camino de ilusión.

No se puede banalizar las angustias que pasan las familias con todos sus elementos en paro, pero como país, no está nada mal echar un poco la vista atrás para conocer cómo pasó el fin de año del año 1941 el lehendakari Aguirre y su familia. Vivían en el exilio de la ayuda externa, y su obligación era mantener la llama a una Euzkadi aherrojada, perseguida, sometida a una dictadura feroz, cutre y viviendo una total pobreza, mientras la guerra mundial comenzaba a apuntar un repunte de los aliados. Y ahí estaba Aguirre con su mensaje de esperanza.

Permítanme por tanto reproducir de su Diario personal la narración de aquellos días navideños de fin del año 41 para tener una cierta perspectiva de esta larga cadena de lucha de generaciones ilusionadas en un futuro mejor. Escribió el lehendakari Aguirre:

“29 de diciembre de 1941.

Llego a la Delegación por la mañana, donde trabajo hasta la una. Llegamos al restaurante Jai-Alai de don Valentín Aguirre, en el que Prieto nos obsequia con una buena comida. Aquello ha tenido más sabor nuestro. Después de comer se ha cantado. Prieto no pasa del Boga Boga. Si esto lo supiesen en Bilbao, no terminarían los comentarios, ni las murmuraciones. La amistad Prieto-Aguirre ha preocupado mucho, incluso a correligionarios míos. Gente de poca vista quien tiene esas preocupaciones. Una cosa es la amistad incluso con adversa­rios políticos y otra muy distinta la lucha política. Jamás pactamos con Prieto nada. Antes bien, somos nosotros quienes le hemos derribado de su pedestal político al cual subió en Euzkadi con la ayuda de quienes nos critican. Hoy en Euzkadi no hay lugar para el espíritu extraño de Prieto o de Franco y sí sólo para el espíritu nacional vasco.

30 de diciembre de 1941

Por la mañana sigo trabajando en casa. Por la tarde voy a la Delegación. Poco después llegan los ingleses para seguir estudiando la organización de la propaganda y servicios en Sudamérica con nosotros. Los puntos de vista que les explico son aceptados. Han pasado un mal rato cuando les he mostrado mi disgusto, porque no tengo noticias de Londres, de que hayan recibido unas cuantas cartas, que para Manuel y Ortuzar y luego para Manuel y Pi i Suñer, les envié por la valija de los ingleses. En estos tiempos todo es posible. Da miedo pensar que en medio de una guerra como ésta puedan existir enemigos en los centros diplomáticos ingleses y americanos. Y sin embargo es así. Los jefes ingleses estaban muy preocupados, pero yo lo estoy más, pues en las últimas cartas iba expuesto todo el plan de acción vasco-catalán. Me prometieron enterarse bien de lo que ha podido pasar. Vuelvo a casa. El buen amigo Intxausti está naturalmente preocupado con lo que sucede en Filipinas.

31 de diciembre de 1941

Hoy termina este año lleno de emociones y de aventuras. Termina bien a Dios gracias. Hemos pasado el día en casa por la mañana, dedicado, yo a mis tareas ordinarias. Por la tarde he ido a Nueva York, y por la noche nos hemos reunido todos en casa de Ganboa, invitados a pasar allí el Gabon Zar. Recuerdos de tantas cosas pasadas… son el tema obligado de estas reuniones entre compatriotas. Oímos por la radio las doce campanadas que acompañamos con una oración privada para que el próximo año sea menor en desgracias y en cambio anuncie ya con claridad el porvenir que esperamos cada día con mayor firmeza. Poco después de las doce salimos para tomar el tren, que una media hora más tarde nos dejaba en White Plains, en pleno primero de enero de 1942.

Termino 1941 entre dolores y esperanzas. Comenzado en Lovaina, concluye en Nueva York, después de haber atravesado media Europa en guerra, un mar lleno de peligros y el continente americano de sur a norte. Aquí me ha recibido el cariño y afecto desbordante de los compatriotas y amigos, allá hemos dejado, en la incertidumbre de una larga separación, madres y hermanos. Más allá aún quedan amigos entrañables, que sufren bajo los barrotes de la prisión por el delito horrible de amar a su Patria. Yo no tengo más que motivos de bendecir al buen Dios que me llevó de su mano. No fue otra mi petición constante, si ello fuera a su gloria y al bien de mi Patria en libertad. Pienso con seguridad en el final victorioso, pero en el camino encontraremos aún mucho trabajo y dolor. El año 1942 será mejor que el pasado, a pesar de todo. Esforzándome así con la misma fe de siempre.

1 de enero de 1942

Comenzamos felizmente el año nuevo. Hemos asistido a la misa solemne de nuestra pequeña iglesia. En casa de Intxausti celebramos la fiesta dignamente. Están invitados Manu y Ramón Sota, que también se quedan a cenar. El árbol de Navidad está iluminado, los pequeños disfrutan mucho. Nosotros olvidamos que hay muchos que no pueden disfrutar como nosotros estas fiestas tan de hogar. Familias separadas, amigos queridos encarcelados, otros pasando privaciones en el exilio. Nos consuela pensar que todos estos sacrificios no serán inútiles.” Hasta aquí parte del diario de Aguirre.

PREMIOS A DOS TRAYECTORIAS

Y como estos días de lo que se habla es de cenas, hagámoslo de la que tuvo lugar en El Palace el martes 18 organizada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios. Esa noche entregan premios anuales. Desde al mejor orador, al azote del gobierno, al azote de la oposición, al más activo, al senador del año; la pregunta más o menos ingeniosa. Cosas así.

Este era el fondo. El hecho concreto fue una mala noche de febrero 2011. Me asomé al despacho de Joseba Zubia y le pregunté a las 9:30 porqué no apagaba la luz y nos íbamos a tomar una cervecita. Me dijo que tenía que revisar aún el proyecto de reforma del estatuto de Extremadura. Al poco se levantó para consultar un dato en el Aranzadi y se quedó con los ojos borrosos. Un ictus maldito le visitó. Cuando al día siguiente fuimos a visitarle al Ramón y Cajal, el jefe de planta nos dijo: es una mezcla de estrés, y tensión alta. Un palo. En el senado también hay estrés. Pero Joseba se recuperó estupendamente, salvo en su visión. Ve muy bien de lejos a una chavala de 18 años, pero de cerca, en los laterales, su visión se resiente. Ante esto le dijo al EBB que sintiéndolo mucho no contaran con él como senador autonómico. Desde entonces ha seguido activo y en el último pleno del año le corrigió al presidente diciéndole que había mandado votar dos veces una enmienda de CIU. Pio García Escudero le dio la razón, le felicitó por lo detalladamente que llevaba las votaciones y toda la Cámara, desde el PP a IU, le aplaudió.

Con esa idea Erkoreka y yo fuimos donde todos los portavoces parlamentarios de ambas cámaras, con sus presidentes y letrados mayores y todos a la primera firmaron la petición de un premio para Joseba esa noche ya que Zubia ha sido diputado y senador y, como Erkoreka hoy, Consejero del Departamento de Justicia y Desarrollo Autonómico. “El informe Zubia”, nombre con el que le bautizó Kepa Bordegaray era un informe de las transferencias que quedaban por cumplir en 1995. Hasta Rosa Díez, consejera de Ardanza con Zubia, nos firmó encantada la papela de petición del premio.

En resumen, que esa noche la APP le dio a Joseba Zubia el premio al trabajo de toda una vida y a Josu Erkoreka el premio que iba a ganar, pero que en virtud de su dimisión como diputado le dieron uno especial. Hubo palabras de ambos. Destacó el cariño y la entrega de la gente hacia los dos. Y allí estaban desde Rubalcaba a Soraya Sáenz de Santamaría, el presidente Jesús Posada, diputados, senadores y periodistas de todo pelaje. Sin prensa, no hay democracia. En Madrid el Grupo Vasco tiene prestigio y en el nuevo gobierno vasco hay tres exparlamentarios madrileños (Erkoreka, Tapia y Gatzagaetxeberria) que saben a qué puerta dirigirse y eso es un plus para este ejecutivo presidido por Urkullu. ¡Zorionak!.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *