Los abajo firmantes……

Miércoles 2 de septiembre de 2020

Si usted no ha sido presidente, ministro, diputado, senador, secretario general de un sindicato, jefe de algo absténgase de firmar ninguna papela reivindicativa. Eso está reservado a los popes de la sacrosanta transición política española.

Lo acabamos de ver con casi setenta altos cargos pidiendo la presunción de inocencia para Juan Carlos de Borbón  diciendo que el rey fue  un gran activo y  poco menos que el “motor del cambio”. Y también tenemos otra serie de cartas de los “abajo firmantes” estos días con las cartas de los ex presidentes del gobierno español vivos, todos, y los secretarios generales de UGT y CC.OO. en relación con Martín Villa.

Una presión impropia y vergonzosa que envía el mensaje aquel del primer Roosevelt en relación con Somoza. ”Es un hijo de puta pero es nuestro hijo de  puta”. Suena duro pero es una frase muy gráfica.

Rodolfo Martin Villa fue muchas cosas bajo el franquismo y ninguna buena. Gran jefe del SEU (Sindicato Estudiantil Universitario), gobernador civil, procurador en las Cortes del régimen, chupatintas y paniaguado de la dictadura como gran maniobrero que fue y sigue siendo.

Con Suarez fue senador, diputado y ministro  ya que le aseguró, manipulando gobernadores civiles, las primeras elecciones legislativas en 1977 y posteriormente gran diseñador del estado autonómico incluyendo a León en Castilla la Vieja, algo que no le perdonan los leoneses. Pero está acusado de responsable de delitos como ministro de Relaciones Sindicales y de Interior de nada menos que delitos de lesa humanidad en relación con distintas masacres, entre ellas las de Gasteiz. Yo recuerdo una carga policial en Urkiola en sus tiempos de ministro algo que en todos los kantaldis veraniegos tenían a Martin Villa de centro de todos los denuestos y críticas a su contundente porra policial.

Pero es que Martin Villa fue un santón del Grupo Prisa, presidente de Sogecable por su amistad con Polanco y de Endesa y le recuerdo cuando logramos que se abriera la Comisión de Investigación del caso Gal en el Senado, el gran maniobrero como he dicho, logró que se cerrara ya que iba a poner toda esa maravillosa transición patas arriba. Incluyendo los delitos policiales bajo la UCD.

También recuerdo que la primera reunión formal que tuvo en PNV saliendo de la clandestinidad la tuvo con Martin Villa en el hotel Carlton en 1976. Él quería la reunión en el gobierno civil de Bizkaia pero  Ajuriaguerra y Arzalluz le dijeron que no acudirían de no ser en un sitio neutro. La personalidad democrática de  aquellos burukides  era clara y contundente. De allí salió la posibilidad de que el izamiento y enarbolamiento de la ikurriña no fuera delito en un tema que incluso había ocasionado varios muertos. El hombre hizo de la necesidad virtud pues si algo es Martin Villa es que se trata de un buen cancerbero de las esencias. Cambiar algo para que no cambie todo.

De las acusaciones y de la declaración ante la juez argentina  Servini no va a salir nada. Él lo que quiere es salvar su imagen para la historia y en eso le ayudan “los abajo  firmantes”. Que nadie toque el invento maravilloso de la transición.

Y en eso están los abajo firmantes, y  lógicamente Martin Villa, el hombre del colmillo retorcido, el buen servidor del estado.

8 comentarios en «Los abajo firmantes……»

  1. Entre los abajo firmantes está ZP el gran negociador con Maduro.
    ZP pone las muertes en su contexto, es decir matar está mal pero depende del contexto.
    Es como lo de Trump. Si en Los Angeles matan de 20 disparos por la espalda a un negro que corría, ZP diría que hay que tener en cuenta el momento que atravesaban los polis blancos.
    Y al final uno se hace un lío porque algunos que dicen que matar estuvo mal a continuación te hablan del contexto histórico.
    A los muertos de todo tipo el contexto se la trae floja. Están muertos.
    Los socialistas están muy ocupados defendiendo a la monarquía y al franquismo en sus contextos. Contextualizan demasiado.

  2. Es que salvándole a él se salvan todos, incluido ese periodo turbio y oscuro de la transición, ése es el quid de la cuestión.

  3. El mismo personake que analizó así un tiroteo mortal entre guardias civiles y supuestos (segun la presunción de inocencia que reclamam «abajofirmantes») miembros de ETA: «Dos a uno… a nuestro favor».

  4. Entonces quizas hubiera sido mejor no haber ido al Carlton pero se entiende; ya que ni siquiera lo logro el lider de los Lakotas Toro Sentado ganando al septimo del general Custer en Little Bighorn , pues tras rendirse en 1881, terminó recluido en una reserva y participando en el show de Buffalo Bill.

    Agian hobe izango zen Carltonera ez joatea, baina
    Lakotas Toro Sentado taldeko liderrak Little Bighornen Custer jeneralaren zazpigarrenari irabazita ere ez du lortu, 1881ean amore eman ondoren erreserba batean sartu eta Buffalo Billen ikuskizunean parte hartu baitzuen.

  5. Gracias al invento maravilloso de la transición, muchos diputados y senadores del PNV llevan muchos años medrando en Madrid.

  6. Desde el punto de vista no ya moral ni filosófico, sino simplemente legal, ¿cómo le puede sonar a una juez seria Como Servini que al pueblo español le soliciten que conceda la presunción de inocencia al emérito Borbón y, al mismo tiempo, que renuncie a juzgarle?
    Pues esta señora espero que sepa que los mismos mostrencos (el Sr. X y otros como él) que nos hacen esa doble petición a los españoles, son los que la están presionando a ella para que Martin Villa, que fue el máximo responsable de criminales actuaciones de los cuerpos de seguridad del estado. Y esta responsabilidad es un hecho, no es una asunto que admita opiniones ni debates.
    Y que actúe en consecuencia.

  7. De colmillo retorcido a este hombre le veo más bien poco.

    Que lo ocurrido en Vitoria en 1976 y en Sanfermines de 1978 habría sido merecedor de sanción penal para los policías y mandos de la época es muy evidente. Y sí, no pasó nada o casi nada.

    Ahora, que como plantea la juez Servini hubiese en esos dos momentos de 1976 y 1978 un «marco de un decidido plan de ataque sistemático y preconcebido para eliminar a todo oponente político» (sic), pues va a ser que no.

    Entre otros motivos, porque si lo que hizo o pudiera hacer Martín Villa fue delito de lesa humanidad, dicho delito (imprescriptible y condenable a muchos años, y pensado para genocidios y matanzas) quedaría devaluado o muy devaluado.

    Con lo que algo en el planteamiento falla…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *