El Yermo, niebla, recogimiento, soledad y romería.

Jueves 9 de septiembre de 2021

Es mi tercera entrega de la salida el lunes organizada por García Uribe Productions. Encuentros culturales en los que uno se da cuenta lo hermoso de este país, la riqueza de su historia, lo poco que sabemos y la necesidad de unas instituciones más sensibles al deterioro porque parte del  patrimonio corre el riesgo de desaparecer. Modos de vida que marcaron generaciones y familias, monumentos resistentes al silencio, que se los lleva el viento del desinterés.

Casi 200 entradas ha tenido el post del Puente y la Ferrería de Anuntzibai. Muchas personas interesadas y comentando  positivamente algo que para ellos era tan desconocido como para mí. Los hay también, como Félix Mugurutza que un día de fiesta, porque los permisos nunca llegan, se fue con un camión y desde la cesta arregló el tímpano superior del puente, que hoy seguramente habría desaparecido. Una pena que en este país de Auzolan, estos trabajos que deberían ser colectivos no se ponga en valor para la limpieza y los arreglos primarios, bajo un ojo técnico, que muchos harían gustosos. Sé que el alcalde de Laudio hará algo, por lo menos tocar la puerta. Tocar la puerta no es entrar, pero hay que tocar la dura puerta aunque detrás de ella haya gentes que miren  por encima del hombro.

Tras el Puente, la Ferrería, la ermita de San Miguel Arcángel, subimos por una carreta estrecha y empinada a Santa Lucía, ermita pegada a Santa María del Yermo. No conocía ni el paisaje ni esas dos construcciones religiosas y me quedé pasmado por la historia que se encierra en un lugar que los bizkainos consideraban suyo pero que pertenece a Laudio y allí hacían sus romerías. El entorno conocido como el Yermo es un paraje de gran belleza que se ubica en la ladera del monte Kamaraka, a una considerable altitud. Allí entre prados conviven desde tiempo inmemorial tres templos, uno de ellos de porte extraordinario perfectamente integrado en ese ambiente  de misterio  que como dicen posee la equilibrada trilogía  de niebla, recogimiento y soledad. Ibarzabal, con quien fuimos, nos contó que había ido con su mujer desde Bilbao por el Pagasarri hasta allí andando en una excursión extraordinaria. Félix Mugurutza nos contaba en una de las revistas AVNIA, edición de  gran calidad, lo que es este conjunto monumental.

Afortunadamente contamos con las explicaciones de un sabio como Juanjo Hidalgo que con una capacidad didáctica extraordinaria y una vocación evidente nos fue interesando por la ermita de Santa Lucia, de unos diez que  tiene un rosetón gótico muy llamativo y un retablo del siglo XVIII, con una imagen de Santa Lucía realizada en el siglo XVI. La  santa  fue una mártir cristiana que padeció el martirio durante la persecución de Diocleciano. Dicen que les sacaron los ojos. Al  salir, nuestro guía de lujo, nos pidió fijarnos en el suelo y en unos cantos, una especie de laberinto pero de círculos concéntricos. Debe haber otro en Zeberio y  Mendexa de la misma calidad.

Casi pegada está la Iglesia de Santa María del Yermo y a pocos metros un campanario exento. Consta de dos naves, una de ellas se está excavando con bóvedas de crucería. El pórtico se abre mediante seis arcos de medio punto donde se sitúa la portada. Todo de piedra de sillería. Hay que tener mucha fe para idear y trabajar la piedra en ámbito tan lejano de lugares habitados.

Tiene un retablo precioso que fue desmenuzado por Juanjo Hidalgo. Nos describió la imagen de la Virgen y la belleza de su factura. Hablando con el alcalde Añibarro me comentó que el Niño Jesús, figura central de un altar lateral apareció envuelto en mantas en la sacristía. Es una imagen pequeña y graciosa tipo Manneken Pis de Bruselas. A mí me pareció una imagen de lo más simpática, aunque entienda que la devoción se la lleve la Virgen de Santa María del Yermo.

Fuera, los caseríos en sus ventanas estaban adornados por ristras de flores que le daban al conjunto una gran belleza.

Y tras una concienzuda explicación y porque el ayuntamiento tiene un albergue en la explanada terminamos el día comentando la intensidad de lo que habíamos bebido con unas  cervecitas y picando lo clásico, hasta casi las once de la noche con una temperatura que invitaba a la tertulia.

Animo a aquellos montañeros y curiosos que no conozcan el lugar se animen a subir a tan mágico lugar de una Euzkadi bastante desconocida, aunque para los laudiotarras y la gente de los valles circundantes sea su gran referencia. Incluso para los bizkainos que allí celebran el día de Santa Lucia con una buena romería.

2 comentarios en «El Yermo, niebla, recogimiento, soledad y romería.»

  1. Nuevamente estoy impresionado por la composición arquitectónica del edificio (con el campanario exento) y artístico del retablo. Gracias Iñaki por traernos estos bellísimos lugares recónditos de nuestro país.
    Tomo nota de la revista AVNIA aunque me temo que no se edita en la actualidad.

    En tiempos esa zona (como tantas otras en EH) serían más bulliciosas que en la actualidad. Me imagino subiendo desde el Valle de Ayala a las romerias y procesiones el dia de la Santa.

  2. Pues si Iñaki, es un sitio mágico. Estoy contigo en lo de promocionar estos lugares con tanta historia. Doy algo de información. Un poco más arriba, en la ladera del Kamaraka se encuentran trincheras del Cinturón de Hierro, que se pueden visitar. Por otra parte, la ermita forma parte de la Ruta de los Contrabandistas, que, desde el Pagasarri y bordeando las laderas del Ganekogorta ( con parada incluida en la Fuente del Espino) llegaba hasta Laudio. Bonita marcha montañera que merece hacerse una vez en la vida ( por lo menos).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *