Miércoles 26 de abril de 2017
Si las cosas de la política hubieran tenido su lógica, Pujol no hubiera gobernado 23 años y Miquel Roca y Josep Antoni Durán i Lleida hubieran sido presidentes de la Generalitá y hoy Catalunya, en esta coyuntura, sería la reina del mambo. También lo habría sido en una secuencia de lógica concatenación Artur Mas, por el que tengo el mayor de los respetos.
Pero a la historia la tuercen las personas, en este caso un grupo pequeño de termocéfalos que de política sabían poco y de intereses personales mucho y que tras los escándalos de Pujol de corrupción y su familia, a uno le hacen pensar bastante mal de este fatídico entorno presidencial, como del hecho de que los catalanes no tuvieran el Concierto Económico en 1980. ¿Tener una fiscalidad tan cerca?. ¿Y si se les ocurre investigarme?, igual hubiera pensado ésto el Molt Honorable, porque no es comprensible que una Nación de la importancia de la catalana mendigue de Madrid una mejor financiación. Repito, el Concierto lo rechazaron. Y Catalunya necesita como el agua un Pacto Fiscal decente.
Estos días la noticia es el encarcelamiento de Jordi Pujol Ferrusola así como de la investigación en casa y despacho del otrora President, y del encarcelamiento del primogénito y, me da que vendrán más. Son imágenes que duelen a los que queremos a Catalunya y a su causa.
A quienes hemos respetado y admirado a Pujol padre, todo ésto nos sobrecoge, aunque en política ninguna decisión deja de traer consecuencias y una de ellas es el de haber hecho caso al grupo de amigos de su hijo mayor y del benjamín de la familia.
A su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, se le atribuye una enorme influencia sobre su padre y en concreto se le asigna un papel clave en la designación de Mas como delfín de Pujol. Conspiró contra Miquel Roca y Duran y formó parte del célebre “pinyol”, un grupo de jóvenes dirigentes (Homs, Madí, Gordó y Oriol Pujol) que impulsó el ascenso de Mas. Jordi Pujol Ferrusola y Mas se conocieron en los ochenta en Tipel, el grupo empresarial de Lluis Prenafeta, ahora procesado en el ‘caso Pretoria’. De todos ellos el más escaso de luces y el más fatuo es Francesc Homs hoy desgraciadamente inhabilitado.
Siempre miró Pujol hijo por los negocios familiares, pero cometió el mayor error de su vida cuando dejó a su primera mujer y tuvo una relación con María Victoria Álvarez. Fue al dejarla cuando la exdespechada se fue de la lengua y el imperio Pujol empezó a desmoronarse como un castillo de naipes.
Hasta febrero de 2015 era un gran desconocido para la sociedad catalana. Corrían leyendas urbanas que le gustaba circular a gran velocidad por la Diagonal de Barcelona a lomos de un deportivo de alta gama. Pero no pasaba de ser el capricho de un niño pijo, al que se le atribuían todo tipo de negocios oscuros y conspiraciones en la antigua Convergencia. El 23 de febrero de hace dos años, el gran público conoció por primer vez, a Jordi Pujol Ferrusola. “Junior” (nacido en 1958), el primogénito del clan Pujol, compareció en la Cámara catalana en una comisión sobre corrupción y no defraudó a los que le escucharon por primera vez. Su grado de chulería dejó boquiabierto a más de uno. Era el hijo de papá tratando de engañar al servicio.
Se presentó como «dinamizador económico», presumió de ser «amigo íntimo» del entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, y admitió con todo género de detalles ser propietario de una enorme colección de deportivos, desde un Lotus, un Porsche, un Ferrari Testarrosa a un Lamborghini y eso que su madre dijo que la familia no tiene «ni cinco» sino “una mano delante y otra atrás”.
Su olfato para hacer negocios le llevó por medio mundo: Gabón, Mauritania, Argentina o México, siempre aprovechando unos apellidos que abrían puertas y que le permitían llevar un alto nivel de vida como «facilitador» empresarial, según dijo. En un primer momento, en la juventud, flirteó con la política, pero con los años se dio cuenta de que se le daban mejor los negocios y se dedicó a administrar el patrimonio familiar en Andorra.
El hijo menor del jefe del clan, Oriol, cogió el testigo y quiso mover la silla a todo el mundo. Yo le vi en un discurso la víspera de la Diada, la famosa que creó una dinámica, pronunciar un discurso en las “Fossar de les Moreres” y me impactó por su virulencia, incluso un punto de encendido fanatismo habiendo conocido en Madrid el funcionamiento de su partido Convergencia, pero el hombre estaba disparado hacia la gloria. Hoy, procesado y callado, y seguramente avergonzado por el daño que esta familia ha hecho a la causa independentista de este país, espera su sentencia.
Ha sido y es terrible lo que ha hecho esta familia a la hora de dilapidar un crédito político para con su corrupción y errores perder Grupo parlamentario, gobierno, partido y puesto en peligro la causa catalana. Es muy lamentable. Mucho. La historia no les va a juzgar bien, y lo lamento mucho pues he creído y trabajado con ellos. Solo deseo que todo lo bueno que ha hecho Jordi Pujol padre con su slogan de “fer país” se salve de la ruina y con el tiempo, se le reconozca porque lo demás sería muy injusto.
