El Cardenal de Caracas le recuerda a Maduro que Chávez no es Jesucristo

Sábado 4 de abril de 2015

CatedralEl núcleo duro del catolicismo caraqueño se reúne en la Catedral todos los Jueves Santos en la mañana para la Misa Crismal. Es probablemente la celebración menos conocida de la Semana Santa y por eso sólo van los más enterados. La concelebran todos los párrocos de la ciudad, junto con el Nuncio, los Obispos Auxiliares y el Cardenal, que es quien la preside. En ninguna otra misa se reúnen tantos sacerdotes (al menos uno por cada templo de la ciudad). Es la gran asamblea del clero. Dado que por cada parroquia va una representación de fieles, es usual que la Catedral se desborde. Este jueves no fue la excepción y a eso de las 8:30 ya se encontraba repleta. Sólo el pasillo central, por donde entran en procesión los sacerdotes, estaba libre. De resto, no cabía un alma.

A diferencia de otras misas, en la Crismal los fieles participan con fervor. Saben cuando pararse, sentarse y arrodillarse, responden fuerte y correctamente, y dejan los pulmones en cada canto. Además, le ponen atención a la homilía, que ya es mucho decir.

Con la casulla dorada de las grandes fiestas, el palio de Arzobispo y el solideo rojo, Urosa disertaba en su homilía sobre las responsabilidades que tienen los sacerdotes. Y de repente hizo un viraje, uno de sus típicos giros bruscos: «Es importante que procuremos presentar a Cristo como lo que es: Dios y hombre verdadero, inigualable e irrepetible», dijo a los sacerdotes. El énfasis lo puso en esas dos últimas palabras, que pronunció, casi, sílaba por sílaba.

«No podemos negociar, diluir esa verdad esplendorosa –continuó-. Cristo es la verdad encarnada, y por eso está en un nivel superior al de los héroes y líderes de la historia». Entonces comenzaron los aplausos. «No hay ni puede haber un Cristo nuevo», dijo con ese vozarrón que lo caracteriza, y las palmas aumentaron. «No podemos igualar a ningún gobernante, aunque le tengamos un inmenso afecto, con Jesucristo». Y ahí la Catedral se vino abajo. El aplauso fue estruendoso, inmenso. La gente se puso de pie. Urosa no pudo seguir. Trataba de hablar, pero los aplausos no lo dejaban. Incluso le cantaban vivas. Había dado en el punto.

Para entender bien la reacción es necesario pasearse por los alrededores de la Catedral. En cada poste de luz del casco histórico del centro de Caracas hay un afiche que dice, sobre una foto de Chávez, ‘de tus manos brota lluvia de vida. Te amamos’. A una cuadra del templo se venden fotos de un Chávez convertido en nube que desde el cielo bendice y promete no abandonar al pueblo. No faltan los afiches donde el difunto presidente, crucifijo en mano y Sagrado Corazón de fondo, promete: ‘Camarada, no temas ni desmayes que yo estaré contigo cada instante de la vida’. Eso lo vieron -mejor dicho: padecieron  los fieles que estaban en la Catedral, quienes también han tenido que escuchar a Nicolás Maduro decir que la elección del Papa Francisco se debió a la intercesión de Chávez, y que él, el difunto, es ‘el Cristo redentor de los pobres de América’.

Todo eso estaba ahí, acumulado. Y explotó cuando desde su cátedra el Primado de Venezuela, con sus 70 años encima, puso las cosas en su sitio. Había en esos aplausos un por fin liberador, un gracias por decir lo que todos esperábamos, por levantar la voz ante tanto abuso. Era conmovedora la escena de una Catedral de pie aplaudiendo a su Obispo por defender a Cristo. Un auténtico signo de comunión.

«Es muy importante que tengamos ésto en cuenta y así lo digamos los sacerdotes: no podemos promover la igualación de Jesucristo con personalidades humanas», indicó a los presbíteros cuando por fin pudo a hablar. Y dirigiéndose a su grei, les recordó las palabras de Jesús al Satanás: «Al Señor tu Dios adorarás y a-Él-só-lo darás culto». En ningún momento mencionó a Chávez ni a Nicolás. No hacía falta: el mensaje era claro. Contundente.

«No caigamos en el error de usar nuestro lenguaje religioso para referirnos a ninguna actividad humana. Las categorías de salvación, redención, profecía; salvador, redentor, profeta, tienen su carácter dentro del ámbito teológico», resaltó. La estocada la clavó finamente, con una frase sencilla pero elocuente, de esas que diciendo poco lo dicen todo, a las que no hay que añadirle más: «Divino, sólo Dios«. Amén.

 

Visita la Semana Santa Bilbaína Eduardo Fernández, líder venezolano.

Viernes 3 de abril de 2015

20150403_180923Eduardo Fernández pudo  haber cambiado  la historia de Venezuela si su mentor político y gran líder fundador de la Democracia Cristiana en Venezuela hubiera tenido la generosidad de haberle dado el testigo del relevo cuando le correspondía en la candidatura presidencial. Pero Caldera no supo ser generoso  y esa es hoy una de las terribles causas  de la angustiosa situación que vive aquel país

Fernández tenía un modelo de desarrollo solidario para aquella Venezuela  que vendía su barril de petróleo a 8 dólares y no a los 104 del militar corrupto Hugo Chávez que malversó toda aquella riada de dinero en mantener su poder, ayudar a Cuba, apostar por aventuras extrañas en países que el trataba de colonizar para tras su muerte, dejar un país desabastecido, en recesión, con inflación galopante y veinte mil muertos al año. Y es que la historia reciente de Venezuela está muy mal contada.

Eduardo  Fernández fue el edecán juvenil del Lehendakari José Antonio Aguirre cuando éste viajó por última vez, en 1959, a Caracas y el Concejo Municipal le declaró Huésped  Ilustre  de la Ciudad. Y es que Fernández se jacta de ser amigo de los vascos desde la época de alumno del Colegio San Ignacio de Caracas con muchos profesores vascos que le enseñaron unos valores humanos que él ha convertido en sus principios políticos. Suele decir que es antiguo alumno de los antiguos jesuitas  llegados a Venezuela  tras la guerra civil. Otazua es uno de sus apellidos.

Ha sido Diputado, Ministro de la Presidencia, Presidente de la Unión Internacional Demócrata Cristiana (1989 a 1992), Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica, Candidato presidencial en 1988 contra Carlos Andrés Pérez obteniendo el 40% de la votación (La máxima jamás lograda por Copei), orador convincente y líder americano.

20150403_180950Casado con Marisabel Reina Calvani, sobrina del ex canciller Calvani, que vivía al lado del primer Centro Vasco de Caracas (de Balconcito a Truco como nos ha corregido pues las calles se citan desde la más cercana a la más lejana de la Plaza Bolívar), el matrimonio es muy amigo del P. Mikel Viana, jesuita, vasco venezolano y hombre muy cercano que ha sido el anfitrión de esta ilustre pareja en sus dos días en Bilbao con visita a Arantzazu y la Semana Santa bilbaína.

El Viernes Santo, como hace siete años, les invitamos a almorzar y en esta comida hablamos de la situación de Venezuela, la iniciativa de Felipe González de ser letrado de los líderes opositores venezolanos, de política española, de la película «Ocho Apellidos…», de la inseguridad ciudadana, del cambio de Bilbao y de una cena que organizó en Bruselas entre Aznar y Arzalluz  todo ésto salpimentado de frases, refranes, canciones, paisajes, anuncios venezolanos y de vascos que hicieron su vida en aquellos lares.

Es una lástima aquella presidencia frustada de Fernández y que ojalá la historia meta su moviola.

Visita de los senadores de EAJ-PNV al Orfeón Donostiarra

Jueves 2 de abril de 2015

Orfeón donostiarraEl martes pasado los senadores de EAJ-PNV María Eugenia Iparraguirre, Jokin Bildarratz, J.M.Cazalis (llegó poco después de la foto) e Iñaki Anasagasti, visitamos, junto al candidato jeltzale a la alcaldía de Donostia Eneko Goia, las instalaciones del Orfeón de Donostia, donde mantuvimos un encuentro con el presidente del Orfeón  José María Etxarri y el director José Antonio Sainz Alfaro en el que hemos podido conocer más sobre la historia, el funcionamiento actual, y los retos de futuro de la renombrada institución musical donostiarra.  Tanto Goia como los senadores jeltzales destacamos la aportación del Orfeón, fundado en 1897, y su capacidad para transmitir la marca Donostia en torno a valores como la cultura, la excelencia, y la comunicación entre personas de distintos ámbitos y generaciones.

Fue una visita interesante  reconociendo  Eneko Goia  la importancia que para la cultura y la ciudad tiene una institución centenaria como es  el Orfeón. En el trascurso de la conversación se recordó que la partida más importante proveniente de la administración central se abrió en la VII legislatura cuando se apostó de lleno por el Orfeón y cuando éste actuó en el hemiciclo del Congreso de los Diputados  en el XX aniversario de las primeras elecciones democráticas de 1977.