El oficialismo chavista tomó ayer el
control de Parlamento de Venezuela tras cuestionadas elecciones no reconocidas
por la Unión Europea. Todos los países las calificaron de fraudulentas.
En una entrevista realizada a Últimas Noticias, la
ahora primera vicepresidenta del Parlamento oficialista ratificó que una de sus
primeras acciones será emitir órdenes de captura contra Juan Guaidó y sus
diputados, así como revocar la nacionalidad venezolana a los políticos acusados
de conspiración.
Estos fueron los países que mandaron una delegación
para la instalación de la Asamblea Nacional oficialista: Irán, Siria, Cuba,
Nicaragua, Turquía, Arabia Saudita, China, Bolivia, Trinidad y Tobago, Egipto,
Vietnam, Rusia, India, Bielorrusia, Dominica, Argentina, Barbados, Guinea
Ecuatorial, México, Palestina, Argelia, Qatar y Abjasia. Solo la enumeración de
estos países no democráticos y conculcadores de todos los derechos habla a las
claras del tipo de dictadura que es la venezolana.
Laureano Márquez, conocido líder de opinión en
Venezuela, sacó en twitter unas reflexiones que resumen bien la situación de
Venezuela.
Se nos está yendo una
generación única. Única y excepcional. Una generación que vivió la guerra, el
exilio, la vuelta a casa. Y nadie mejor
para representar estas vivencias como Tere Ganboa, hija del colaborador
del Lehendakari Aguirre Marino Ganboa, hermana de Marín y de José Mari, herido en las Ardenas, esposa
de Ramón Villalonga, jefe de seguridad del Lehendakari Garaikoetxea y madre de
Javier y Tere.
Esta foto la saqué, cuando cumplió
90 años, en el hall de su casa en la Alameda Mazarredo. Tere está sentada bajo
el cuadro que Aurelio Arteta le hizo a los seis años. Cumplía aquel 22 de agosto nueve décadas magníficas de una
vida muy interesante en la que tuvo el privilegio de conocer a personalidades
vascas de una humanidad increíble como el Lehendakari Aguirre, Jesús de
Galíndez, Manu Sota, Indalecio Prieto y todo ese mundo de aquel segundo exilio
en Nueva York. Tere trabajó en la Comisión de Exteriores del EAJ-PNV cuando
teníamos la sede en el edificio Granada de la Gran Vía, entre otras cosas, por
su magnífico conocimiento del francés y del inglés.
Casada con Ramón Vilallonga, quien fuera jefe de seguridad del Lehendakari
Carlos Garaikoetxea y hombre de confianza de Luis M. Retolaza, tuvo dos hijos que la mimaban, como debe ser. Javier
vive en Barcelona y nos contó cómo ayudó a su tío José Mari dibujando la
batalla de los Bous contra el Canarias en la batalla de Matxitxako. Su tío,
junto a Joseba Aguirre y Jean Claude Larronde promovieron el Instituto Bidasoa
que editó varios trabajos sobre aquella increíble batalla así como la de las
Intxortas o la biografía de Manuel Intxausti, entre otras iniciativas.
Fue una velada muy agradable en su casa de Bilbao donde rodeada de amistades,
algunas de ellas con esos apellidos que están en la historia más reciente de
Euzkadi, Tere celebró su noventa cumpleaños.
Preguntamos a Tere
Como he comentado, conocíamos a Tere de su actividad y presencia en el
batzoki de Abando y en todos los actos públicos nacionalistas y, como se dice,
de toda la vida y, además, como sabía un perfecto inglés y francés le fichamos
para que nos echara una mano en la Comisión de Asuntos Exteriores del PNV, eso
sí, sin cobrar un duro.
Y Tere venía todos los días a la sede el PNV que se encontraba entonces en
la Gran Vía, cerca de la Plaza Elíptica, en el llamado entonces edificio
Granada. Allí contestaba cartas, ordenaba papeles, atendía a visitantes,
viajaba a las reuniones que teníamos en Bruselas y marcaba presencia. Nunca le
agradecimos lo suficiente su dedicación.
Congreso del PPE. La Haya. 11 de febrero de 1986. Se
pueden ver de pie: Gorka Agirre y Julio Jauregi. Sentados: Sabin Pujana, Pili
Pujana, Iñaki Anasagasti, Koldo Mediavilla y Tere Gamboa
Muy circunspecta en lo relativo a su historia familiar, de vez en cuando
nos hablaba del Lehendakari Aguirre en Nueva York, de Jesús de Galíndez, de
Manu Sota, de Jon Bilbao y de aquella delegación del Gobierno Vasco en la
Quinta Avenida así como de las familias exiliadas que se reunían en fiestas
familiares después de la llegada del Lehendakari tras su huida, con falsa
documentación, atravesando el Berlín en guerra.
Por fin, logramos con sacacorchos, que nos contara algo de sus experiencias
personales que nos sirvieron para
conocer otra faceta del exilio vasco y que logré obtener de ella hablando por
mi parte como un sacamuelas. Como conclusión podemos decir que todas aquellas
idas y venidas no le habían dejado el menor mal recuerdo sino todo lo contrario. Estaba agradecida a
las colectividades vascas, a aquel increíble entorno familiar con la vecindad
de la familia Aguirre en Nueva York, el Lehendakari en el piso 14 y ellos en el
16, con la continua presencia de vascos de todo tipo, gudaris, pastores de
Idaho y Reno, y aquella Delegación en la Quinta Avenida de Nueva York y de cómo
habían ido a la boda de Marín, su hermano mayor en Buenos Aires, ella con su
madre y como por ser mujeres les costó un mes llegar a la ciudad argentina, porque
saliendo de La Habana, en Panamá les sacaron del avión pues la prioridad era
para los hombres en aquellos momentos de escasez de asientos en los aviones. Y
les pasó lo mismo en Lima. Les bajaban y llevaban a un hotel céntrico con la
buena suerte que el director era de Lekeitio y les atendió con ramos de flores
y mucha cortesía, les enseñó la ciudad y allí estuvieron conociendo Lima hasta
que llegaron a Buenos Aires, haciendo mucha vida en el Centro Vasco Laurak Bat
de la calle Belgrano. Al volver se
habían instalado en Biarritz y se había casado en 1955 y allí había tenido a
sus dos hijos.
Todo el tiempo nos decía que la guerra es muy cruel y dura pero que ella no
tenía trauma alguno porque su vida había sido muy interesante, lo había pasado
bien y apenas tenía nada que contar. ¡Pues si lo hubiera tenido!
Tengo una larga entrevista con ella y con fotos inéditas que me facilitó. Y
termino con una de ellas que es expresiva de ese grado de relación con el
Lehendakari.
GB Tere!!!
En el Uruguay, junio 1946. Viaje de vuelta a Europa.
Grupo familia Aguirre, con el Lehendakari, Manu Sota, Maria Ibargaray, José
Mari y Tere Gamboa, con el cocinero del barco que resultó ser vasco.
Hoy en
Radio Euzkadi, a las 9:30, se ha abordado una de las características políticas
de 2020 como ha sido la crispación en el Congreso. Previamente el diputado Roberto
Uriarte ha comentado que lleva a cabo una iniciativa para lograr un cierto
consenso entre diputados para que se respeten las formas que en política son el
fondo. Loable iniciativa, pero no es ese su trabajo. Ese trabajo corresponde a
la Mesa del Congreso y a su presidenta que, como decían de Landelino Lavilla
está expuesto, pero hacer, no hace nada, o muy poco. La presidenta ante el
insulto, la burla, la falta de respeto, teniendo como tiene avisos, llamamientos,
expulsión del hemiciclo, sanciones va de guay y está, expuesta, pero no ejerce.
No saca del hemiciclo al diputado faltón, no sanciona las injurias que se producen
en debates de arrabal, no ejerce lo que el reglamento le indica. Y no se trata
de caer en una espiral de sanciones y expulsiones sino de ejercer la mínima
autoridad para que el hemiciclo no sea
un ring de boxeo ni un plató de televisión, buscando el interviniente agradar a
la audiencia de fuera de la Cámara. El parlamentarismo tiene unas normas que si
no se cumplen, la bronca está asegurada. Un lugar donde conviven 350 personas de
cada padre y de cada madre si no se respetan la esencia de la representación, la
urbanidad, los buenos modales deviene en un patio de monipodio, que es lo que a
veces ocurre por culpa de Meritxell Batet. Ella simplemente está expuesta.
Bien es
verdad que a diferencia de aquellos años, la presencia de partido tan extremos
como Vox y Podemos y por primera vez un gobierno de coalición, junto a las
redes y la teatralización excesiva de la política hace que esos extremos
condicionen al PP y al PSOE pero para esto debería estar la Mesa y la
Presidenta, no el diputado Uriarte buscando que la gente se comporte. Poder que
no se ejerce, se desprestigia. ¿Se acuerdan de la primera sesión con Podemos
llevando niños a amantar, besos de fin de película, extraños tocados y cosas
así?. Afortunadamente se han dado cuenta que la política es algo más serio y
que tiene sus normas implícitas porque
las decisiones afectan a mucha gente, pero la mentalidad, esa mentalidad de
aquí estoy yo y hago lo que quiero por parte de Vox y Podemos, Cayetana
incluida, es la que ha marcado la pauta del año superado.
María
Suarez nos ha entrevistado a Álvarez Cascos y a mí. El PNV logró un acuerdo en
1996 votando la investidura de Aznar, no un acuerdo de legislatura, ya que el PP había obtenido 156
diputados, CIU 16, el PNV 5 y Coalición Canaria 4. Con nosotros no hubo acuerdo
porque UGT y CC.OO le dijeron a Aznar que si negociaba la transferencia de la
Seguridad Social, que está en el estatuto su régimen económico, rompían la
baraja e iniciaba su mandato con una huelga general y Aznar se arrugó.
He
recordado como la noche electoral Arzalluz dijo que si el PP había ganado las
elecciones debería formar gobierno y así lo hizo pactando con CIU, CC y PNV. Y
he recordado los logros conseguidos olvidándome de Euskaltel que Álvarez Cascos
ha recordado diciendo que les criticaron porque rompía el mercado de las Telecomunicaciones
y sin embargo Ardanza le invitó a una etapa que ganó el asturiano Samuel y aquí
no se ha roto nada. Dicho por Cascos tiene su importancia. Cascos, el dóberman,
que es ingeniero sufrió los disparos
verbales de Mayor Oreja y de Iturgaiz desde las esquinas tratando de que el
pacto se rompiera y terminó rompiéndose. ”Mientras a nosotros se nos mata, Cascos
come kokotxas con Arzalluz en Sabin Etxea “ decía el lenguaraz y actual pope
del PP, Carlos Iturgaiz, embarrando una cancha que nosotros queríamos limpia
para lograr acuerdos beneficiosos para Euzkadi. Mayor Oreja e Iturgaiz lo
impidieron.
Decía Fernández
Ordoñez que la ideología cabía en la punta de una servilleta y el resto eran
relaciones personales. Algo de eso hubo, aunque nos separaba el océano de la
concepción del estado, pero estoy seguro que de no haber existido ETA, el
estatuto en aquella legislatura se hubiera desarrollado en un 90%. No fue
posible, como no lo fue en el Ayuntamiento de Bilbao. Allí no funcionó ni lo
que decía Séneca que la política era complicidad sin amistad.
Nos
decía Ajuriaguerra que la política era vencer resistencias y huir del todo y la
nada porque te quedas sin nada. Y nos decía él, que estuvo condenado a muerte, que
no nos equivocáramos que España existía y que si España no iba bien, Euzkadi no
iba a ir bien, y todo eso sin dejar de defender nuestra identidad vasca y nuestros principios.
En
resumen. Que con Vox no habrá nada que hacer pero Podemos debería darse cuenta
que a pesar de que Iglesias sea experto en marketing y en tener un programa
propio en La Tuerka, la política no es solo eso, junto a las redes sino fundamentalmente acuerdos entre
diferentes.
Y que
la presidenta se gane el sueldo.
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