LA ÚLTIMA BARBARIDAD: «A LO MEJOR ACABAN COMO COMPANYS»

Lunes 9 de octubre de 2017

El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, ha advertido este lunes al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y sus socios de gobierno  de que si siguen adelante con una declaración unilateral de independencia pueden acabar como el expresidente de la Generalitat Lluis Companys, que fue encarcelado tras proclamar la república catalana el 6 de octubre de 1934.

«La historia no hay que repetirla y esperemos que mañana no se declare nada porque a lo mejor el que lo declare acaba como el que lo declaró hace 83 años», ha resaltado Casado en una rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del PP, que ha presidido el jefe del Ejecutivo y presidente de la formación, Mariano Rajoy.

Casado ha señalado que Puigdemont debe saber que «la épica del momento» o «los anabolizantes de la gente» que le aplaude se va a dar «de bruces contra el banquillo». «Yo ya le dije el otro día, deje usted de preparar discursos patéticos y prepare su declaración ante el juez», ha enfatizado.

Es más, ha resaltado que eso mismo puede pasar al presidente de ANC, Jordi Sánchez, al de Omnium, Jordi Cuixart, y al mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero. Y ha advertido de que ni siquiera son querellas presentadas por el Gobierno o la Abogacía del Estado sino por «particulares», que van a poder denunciarles por los delitos que recoge el Código Penal. Esos delitos están penados con 15 años de prisión en caso de la sedición y de 25 años por rebelión, según ha recordado.

Conozco a Casado,he viajado con él, y no le reconozco en este discurso de tierra quemada de no ser que estén muy nerviosos y ya no les importe transgredir líneas rojas, fucsias y hasta moradas, porque es inconcebible en un país europeo democrático y con valores  que se apele a la historia para irrespetar de semejante manera  la figura de Luis Companys que no solo fue arrestado el octubre de 1935,sino secuestrado en Francia  y  fusilado en los fosos del Castillo de Montjuich y cuando le pidieron dijera cuál era su última voluntad, pidió ser fusilado descalzo para morir pisando tierra catalana.

Es una ignominia pues  y pierde toda razón quien usa argumentos tan sucios y execrables.

Huelga decir más. Con ésto se definen.

ENTREVISTA AL HISTORIADOR BORJA DE RIQUER

Domingo 8 de octubre de 2017

Este domingo revisando todo lo publicado sobre Catalunya he topado con esta entrevista hecha al historiador Borja de Riquer, a quien conozco de jornadas sobre historia y a quien respeto. Y me ha parecido de interés. La entrevista la ha hecho Cristian Campos para El Español, periódico digital.

El historiador Borja de Riquer (Barcelona, 1945) me recibe en el jardín de su casa, una típica finca regia de la zona alta de Barcelona. De Riquer comprueba que los bancos en los que vamos a realizar la entrevista estén limpios (“los pájaros suelen cagarse en ellos” me avisa) y pone límites, amable, a la duración de la entrevista. “Puedo concederte media hora. Tengo mucho trabajo”.

Borja de Riquer es profesor de historia contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los mayores expertos de este país, y por país me refiero a España, en historia política de los siglos XIX y XX. Pero sobre todo en la vida y obra de Francesc Cambó i Batlle, conservador, elitista, fundador de la Liga Regionalista y una de las figuras capitales, más complejas e interesantes del catalanismo político de los últimos cien años. Un personaje que, intuyo, no habría permitido que la crisis catalana degenerara hasta el punto actual.

La entrevista transcurre por derroteros casi pedagógicos. Deformación profesional del entrevistado, entiendo. Borja de Riquer se confiesa independentista de cuño reciente y dice no comprender la actitud del Gobierno central respecto a su país. Y por país, Borja de Riquer se refiere a Cataluña. “En España hay gente que le tiene miedo a las votaciones. Las minorías no pueden estar permanentemente sometidas a las mayorías cuando hay notables diferencias entre ellas. Y el Gobierno Rajoy se ha mostrado inflexible. No sólo en la legalidad, sino también en la inmovilidad de esa legalidad”.

Usted no era independentista hace años.

A mí, como a muchos otros, me han hecho independentista las políticas del Gobierno español desde 2006. Desde que el señor Rajoy recogió firmas no contra el Estatuto, sino contra Cataluña. Esto lo sé porque amigos míos vieron cómo él y Josep Piqué recogían firmas en Galicia y la gente les decía que la suya era “contra Cataluña”. No “contra el Estatuto” sino “Contra Cataluña”.

¿El PP es anticatalanista?

El PP ha hecho del anticatalanismo uno de los elementos consustanciales a su política. Y eso da votos, pero también tiene una contrapartida: la de no tener soluciones para Cataluña. El PP no tiene ninguna propuesta para Cataluña porque se ha imbuido tanto de anticatalanismo que ahora le resulta imposible sacárselo de encima. Desactivar minas es muy difícil cuando has sembrado el territorio de ellas. No existe una vía española. Y si no existen vías, sólo quedan dos opciones. O aceptas eso como una fatalidad, “siempre seremos una minoría subordinada”, o buscas otro camino que rompa con una situación que consideras injusta.

¿Cuál es su estado de ánimo actual?

La situación es muy complicada y exige notables habilidades políticas tanto por parte de los gobernantes catalanes como de los españoles. Es hora de tomar decisiones sensatas. Si los interlocutores se consideran incompatibles, se han de buscar mediadores que puedan encontrar una salida.

¿Pero una salida en qué términos? Esa es la clave.

Hay muchas posibilidades. Hay quien se encierra en una legalidad intocable. Otros, precisamente porque ven que esa legalidad es intocable, consideran que se ha roto el pacto constitucional y que se ha de buscar otra vía.

Que según usted sería…

Una oferta española generosa que modifique lo que haga falta de la Constitución. Y entonces habría que ver si esa oferta es aceptable. Y si no es aceptable por parte de las fuerzas catalanas, se debería encontrar la forma de que Cataluña manifieste su rechazo a esa propuesta española.

Borja de Riquer es experto en la figura de Cambó. Alberto Gamazo

¿Apoya usted una declaración unilateral de independencia?

Sería un error político notable. No se puede hacer una declaración como esa si no tienes la fuerza necesaria para llevarla a la práctica. Y ahora no se tiene esta fuerza. Además, en este momento la DUI sería vista como una clara provocación. Y eso permitiría la represión del Gobierno y la suspensión de la autonomía. Sería un error político que no llevaría a nada.

Hay voces que empiezan a hablar de una solución en tres pasos. Ruptura de PDeCAT y ERC con la CUP; renuncia a una declaración de independencia unilateral; y elecciones en Cataluña que clarifiquen el panorama.

Esa podría ser una solución, pero no estaría mal que las elecciones se hicieran en los dos lados para ver si se ratifican los actuales Gobiernos o no. Si ahora hay una incompatibilidad absoluta entre los dos Gobiernos, bueno… consultemos a los ciudadanos. Esta solución permitiría que desaparecieran determinadas personas e incluso determinadas formaciones políticas o Gobiernos de coalición de un lado y del otro. Como mínimo cambiaría un poco el escenario.

La burguesía catalana le ha cedido el liderazgo del proceso a la CUP. Cambó se habría horrorizado.

El catalanismo siempre ha sido plural y en él ha habido derechas e izquierdas. En algunas coyunturas han dominado unas, y en otras, otras. En los años treinta dominaba ERC y la Lliga era un partido de oposición. Veinte años atrás, era al revés. Aquí hemos tenido veinte años de un catalanismo de centroderecha de CiU/PDeCAT que seguramente será sobrepasado en unas futuras elecciones por ERC.

¿Y eso favorecerá el pacto?

Aunque parezca mentira, las derechas siempre han tendido más al pacto. El pacto de no radicalizar las cosas. Las izquierdas siempre han jugado al federalismo. El problema es que en España no hay federales. Y ese es uno de los grandes dramas políticos de España: que sólo hay federales en Cataluña. ¿Dónde están los federales españoles? No han existido nunca. En el 31, ERC se quedó sola proponiendo que la Segunda República fuese federal. Ni el PSOE, ni el Partido Republicano Radical, ni Izquierda Republicana votaron por ello. Así que siempre ha habido esas diferencias entre derechas e izquierdas catalanas, pero también un punto en común: el de querer una forma de autogobierno para Cataluña. En este momento, CiU está muy tocada por todo lo que ha pasado durante los últimos años y creo que el nuevo escenario será el de una más clara hegemonía de ERC. ¿Hacia dónde conducirá eso? No lo sé. ERC empatiza más con las izquierdas españolas que el PDeCAT, pero no sé hasta dónde llegará esa empatía.

De Riquer es muy expresivo, suele acompañar sus respuestas con las manos. Alberto Gamazo

¿Vio el discurso del Rey? ¿Qué le pareció?

Creo que fue un error político. Actuó más como un político que defiende un Gobierno que como soberano de todos los ciudadanos de su Estado. Para gran parte de los ciudadanos catalanes fue una decepción. Creo que cometió un error similar al de su bisabuelo Alfonso XIII cuando, durante la dictadura de Primo de Rivera, vino a Barcelona a elogiar a Felipe V, que había eliminado las libertades catalanas. Un soberano no puede tomar partido tan descaradamente. Y le puede costar caro. Como mínimo, la empatía de la mayoría de los catalanes.

Fue valiente, se jugó la Corona con ese discurso.

Esa puede que sea la opinión de los sectores gubernamentales a los que el Rey dio apoyo. Otras fuerzas políticas no piensan lo mismo. Fueron notables los equilibrios del PSOE, que ha perdido su línea propia, para decir que sí pero sin demasiado entusiasmo. Otras fuerzas lo encontraron negativo. En mi opinión, no actuó como un hábil jefe de Estado. Podría haber combinado una parte de lo que dijo con la necesidad de una negociación y de un “hablemos” político. Por otro lado, dio un apoyo total a la política represiva del Gobierno. No hizo ni una sola referencia a las víctimas de esa brutalidad. Y los silencios también hablan por sí mismos.

¿Están justificadas las quejas catalanas de hoy en día? La España de 2017 no es la de 1900.

Evidentemente, el escenario es muy diferente. A principios del siglo XX, Cataluña era la fábrica de España. Y los catalanes se sentían despreciados por un Estado central muy tradicional y que miraba más hacia la España agraria que hacia Cataluña. El Estado siempre ha tenido miedo de una eventual hegemonía catalana.

Y ahora ni siquiera existe un Cambó.

El fracaso de Cambó se debe no sólo a sus errores sino también a las suspicacias que provocaba el catalanismo entre los sectores tradicionales españoles. Y eso a pesar de que quiso hacer política española. Pero ahora la cosa ha cambiado mucho.

¿En qué sentido?

El Estado es mucho más poderoso. Las desigualdades económicas han desaparecido en parte. Pero hay problemas fundamentales respecto a la gestión de las administraciones públicas. Lo importante es que esa gestión sea eficaz y cercana. El ensayo del Estado autonómico ha funcionado hasta determinado momento, pero después se ha bloqueado. Porque los partidos dominantes españoles, sobre todo el PP, pero también el PSOE, no han querido avanzar. Como es lógico, ellos quieren acaparar el máximo de cuotas de poder. Las fuerzas que dominan en Madrid no quieren ceder poder. Es tan sencillo como eso. Lo que es más incomprensible es que esas formas de poder sean discriminatorias y haya maltrato económico.

¿A qué se refiere con maltrato económico?

¿Qué pasa con el corredor mediterráneo? Es una cosa que clama al cielo. ¿Cómo es posible que sólo haya una única vía entre Castellón y Tarragona mientras hay AVEs que no van a ningún lugar? Eso es una inmoralidad económica y una indecencia política. Las promesas llevan décadas incumpliéndose. Y llega un momento en que no sólo los catalanes, sino también los valencianos, se han hartado de esta arrogancia del centralismo madrileño, que sólo quiere retener poder para repartirlo. Pero esto le costará caro. Esto cuestionará todo el sistema constitucional español.

De Riquer es independentista de nuevo cuño. Alberto Gamazo

¿Qué problemas tiene un barcelonés que no tenga un valenciano, un madrileño o un sevillano?

Un ciudadano de Barcelona que deba utilizar el cercanías de la RENFE está en condiciones mucho peores que uno de Valencia, de Madrid o de Sevilla. Si utiliza el coche, ha de pagar muchos más peajes que uno de Valencia, uno de Madrid o uno de Sevilla. No sé si los españoles se dan cuenta de que esto está ahogando la joya de la corona, que es Cataluña. La economía catalana se resiente por estos déficits de infraestructura y de mala gestión de las autoridades de Madrid. ¿Son tan ciegos que no ven que esto repercute también negativamente en España? ¿Que esto es matar la gallina de los huevos de oro?

¿Es un problema sólo de reparto de poder o hay también un problema de culturas políticas diferentes?

Hay culturas políticas diferentes. Y eso es algo que alguna gente de Madrid no acaba de entender. Hace dos siglos que la sociedad civil es el motor de Cataluña. Como aquí no se han tenido instrumentos de poder auténtico, el gran dinamizador no han sido las iniciativas gubernamentales, sino la sociedad civil. Que va desde el sector empresarial hasta el cultural, pasando por todo tipo de asociaciones de tipo voluntario, profesionales, recreativas o lingüísticas. Y esto ha creado una cultura política diferente de relación con el poder. En Madrid la gente está demasiado acostumbrada al peso de la gran administración pública. Todo gira a su alrededor. Y allí las relaciones no son transversales. Son mucho más jerárquicas, más elitistas, más de poder. Hay por un lado los que reparten, que tienen por supuesto sus pactos y sus complicidades, y la sociedad civil por el otro. Una sociedad civil muy apática, muy poco viva. En Madrid es difícil que se movilicen sectores tan variados como se movilizan en Cataluña para todo tipo de causas, entre ellos la estrictamente catalana. En Cataluña el poder es tan pequeño que es mucho más difícil que cuajen estas formas de clientelismo y de favores.

Sorprende que los problemas actuales sean en realidad tan viejos. ¿Estamos frente a un problema eterno?

Espero que no. Pero nos obliga a cambiar de chip político. Unos y otros están demasiado enrocados y encerrados en sí mismos. He visto poca amplitud de miras en políticos e intelectuales de Madrid. Seguramente, ellos dirán lo mismo de los de Barcelona. Esto obliga a ser más generosos, a respetar más las ideas del otro, a crear espacios en los que se pueda hablar, pero sin que nadie discuta violentamente. Y si en algún momento eso ha existido, cosa que dudo, es evidente que ahora no. No sé cómo se podría reconstruir la confianza. Ojalá se pueda.

De Riquer publica tanto en castellano como en catalán. Alberto Gamazo

El independentismo ha pasado en pocos años de su tradicional 25% al actual 50%. ¿Por qué?

El otro día me decía alguien que deberíamos hacerle un monumento a Rajoy, “sin el cual la independencia de Cataluña no habría sido posible”. El independentismo es una reacción, más que una acción, a una política injusta que no va acompañada de ninguna alternativa. Ninguna de las demandas catalanas o de las leyes del Parlamento que han sido liquidadas y llevadas frente al Tribunal Constitucional han recibido jamás ningún tipo de contrapartida. Ninguna. Y eso no es un interlocutor: es una pared. El Gobierno de Mariano Rajoy no ha tenido ni la mínima habilidad política para decir “sentémonos, creemos una comisión y hablemos de esto”. Aunque sea para regatear. Y delante de esto, sólo queda la aceptación sumisa o la rebelión. Y ha ganado la rebelión.

Algún error habrá cometido el independentismo.

Se han cometido errores. Algunos, estratégicos. Tácticos, muchos. El debate en el Parlamento catalán de los días 6 y 7 fue un error. Se debería haber hecho un debate serio con todos los ets y uts, y no de esa manera. Y eso aunque en las Cortes españolas ya se utilizó ese procedimiento por parte del señor Rodríguez Zapatero y el PP para reformar la Constitución en cuarenta y ocho horas. Entonces no hubo tantos desgarro de vestiduras como ahora. Pero esos procedimientos no están bien.

Tampoco han dado muchas alternativas desde Cataluña.

En algunos momentos se ha saltado pantalla, sí. El elemento aglutinador era el derecho a decidir, pero dentro del derecho a decidir podía haber diferentes fórmulas: independencia, confederación, república federal… Y no tanto, exclusivamente, república catalana. Que podría ser o no mi opción, pero quizá no la de todos los que están a favor del derecho a decidir. Yo creo que primero se han saltado pantallas, luego se ha retrocedido, luego se ha intentado avanzar de nuevo y en este sentido se han creado reticencias y malentendidos y malos rollos. Yo siempre he dicho que esto sería una cosa muy larga y muy dura, y algunos han querido creer que esto iba a ser muy fácil y muy rápido.

De Riquer es profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona. Alberto Gamazo

Ahora mismo hay cientos de miles de personas en Cataluña que creen que el lunes serán independientes. La frustración si eso no ocurre será terrible. ¿Cómo volvemos a meter la pasta de dientes en el tubo?

Será muy difícil, sobre todo cuando has planteado que sólo dependía de la voluntad política de los de aquí, pero al mismo tiempo tienes un antagonista tan poderoso como las instituciones del Estado español. Es una lucha desigual, un David contra Goliat. El David no puede pretender que porque ha tenido un éxito importante y con mucha repercusión internacional ya está ganado todo. Ese es el error. Yo creo que lo que se ha de plantear es que ahora comienza la difícil gestión de un primer éxito que no es el definitivo. Explicar esto a la gente no será fácil, pero se ha de hacer.

 

 

COMO EL BUEY, POR NUESTRO CAMINO.

Domingo 8 de octubre de 2017

El diario Egin hubiera cumplido el pasado 29 de septiembre, cuarenta años. Lo dirigía Mariano Ferrer, costaba 12 pesetas, tenía cuarenta páginas y su gran titular de portada fue que “Leizaola vendrá el día siete a Bilbao”. Nació pues con una noticia falsa. El Lehendakari Leizaola volvió del exilio 26 meses después cuando se aprobó el estatuto de Gernika. Lo hicimos a lo Sinatra. A nuestra manera. Cerrado Egin, ahí está Gara, un periódico lo más parecido al Granma cubano.

Iniciado 1977, la plataforma que trabajaba por sacar Egin, buscaba el apoyo de suscripciones jelkides con la argumentación de poner en la calle un diario de todos los abertzales contra la manipulación de los periódicos que se habían editado bajo la dictadura y, siendo la idea muy atractiva, pronto nos dimos cuenta quienes estaban detrás de la misma y ante eso, en la revista Euzkadi de enero de 1977, redactado por Xabier Arzalluz y con el título de “Por fin. Nace Deia”, nos curamos en salud y en dicha nota se explicaba cómo se iba a poner en marcha un periódico democrático, abierto, abertzale e institucional, separando opinión e información. Posteriormente la oferta se territorializó con el Grupo Noticias. Aquel campanazo originó una gran indignación en los promotores de Egin que nos pusieron pringando.

Como apuesta informativa de carácter institucional Deia nació el 8 de junio de aquel año 77 tratando de estar presente en aquellas primeras elecciones democráticas, elecciones que le importaban un pito a HB y por eso Egin nació, cuatro meses después. Posteriormente en las reuniones de Txiberta seguían insistiendo y nos decían: ”Si vamos juntos, ganamos”. El ir juntos era no ir a las elecciones y apoyar la lucha armada de ETA. Este mundo del llamado socialismo real siempre busca “compañeros de viaje” para convertirlos en “tontos útiles”. Siguen en lo mismo. Ahora están con el segundo frente de confrontación.

Egin al poco descubrió sus cartas. Le comenzaron a llamar “Etin”, habida cuenta del apoyo que hacía a la lucha armada y se convirtió en el diario oficial de publicación de todos los comunicados de ETA, como lo sigue siendo en la actualidad Gara. De ahí el interés que tienen en hablar del fracaso “de las apuestas del 78”.Serán las de ellos.

La víspera del aniversario de Egin, el jueves 28 de septiembre, Dani Álvarez le hizo esta pregunta a Arnaldo Otegi en Radio Euzkadi: “Permítame una pregunta   más Sr. Otegi. Alguien en la Izquierda soberanista, aunque sea en privado, dice en alguna ocasión sobre la que se ha liado en Catalunya, con cinco años de manifestaciones pacíficas y sin haber roto un vaso y aquí cuarenta años apoyando una estrategia militar”.

“Pues si-contestó Otegi-no es solo una única persona quien lo dice. Es algo muy a tener en cuenta y algún día me extenderé sobre ello, pero ahora me lo voy a plantear de manera prudente y algún día me extenderé en esta reflexión porque creo que Catalunya está haciendo una gran contribución en el sentido que usted apunta y que es la estrategia que algunos planteamos tendría que variar y construir otro tipo de estrategia más eficaz. Desde posiciones democráticas y pacíficas se está demostrando que esto es más eficaz que otro tipo de estrategias al menos en este contexto histórico…..”

No sé por qué Otegi no pudo explicar lo obvio pero lo clarificador de su respuesta fue que no habló de convicciones éticas ni de principios democráticos, ni de humanidad, sino de estrategias adecuadas, en este caso con Catalunya, habida cuenta que durante cuarenta años han apoyado irrestrictamente los atentados de ETA y la kale borroka contra los catalanes. Concretamente 54 asesinados y 224 heridos, Ernest Lluch entre ellos, con un saldo en Hipercor de 21 y, el último, curiosamente un Mosso de Escuadra, Santos Santamaría en Roses en 2014.Ya ven, y, sin embargo ahora, con la fe inflamada del converso se vuelcan en la total entrega a este cuerpo, pero, eso sí, sin querer reconocer aquellas barbaridades o diciendo que la Ertzaintza es como la Guardia Civil. Manoseando la democracia con un entusiasmo sospechoso, pretenden dar clases a los demás y agredir al Lehendakari y al PNV. Eso ya, molesta un poco. Como decía Irujo, ”los conversos a la cola”.

Pero de esto no hay que extrañarse. Me viene algo ocurrido tras las primeras elecciones municipales en 1979. Se trataba de formar los primeros ayuntamientos. Sabin Ipiña encabezaba la candidatura del PNV, con Gabi Madariaga, Pérez Larrinaga,….Quedó segundo a escasos votos del PSE y HB, en tercera posición. Los jelkides se dirigieron a Gorka Martínez, cabeza de la coalición en Portu a fin de recabar apoyos que permitieran elegir un alcalde abertzale de la talla humana de Ipiña. La respuesta fue clara y concisa: ”No. Nosotros no nos centramos en un pueblo concreto o en Euzkadi. Para nosotros esto es un escenario de lucha que dará paso a una revolución internacionalista mundial”. Se quedaron nuestros jelkides de Portu con los ojos a cuadros. Vieron que para cierta nomenclatura de HB, lo abertzale era un disfraz, un motor, un anzuelo y que tras esto, había otras cosas, como hizo la Cup con Mas. Lo malo es que no han aprendido nada, ni olvidado nada y estos días se ve con diáfana claridad que el fin para ellos sigue justificando los medios, en este caso, el vestirse de demócratas.

Se han quedado sin banderas. Han descubierto Catalunya y pretenden, como acaba de decir Arkaitz Rodríguez, abrir un segundo frente de confrontación, mientras critican con dureza al Lehendakari .Se quedaron sin Garoña, gracias a la última negociación del PNV y ahora buscan escenarios de todo tipo incluso internacionales, muy calculados, en plan redentor. No en Venezuela, ni en Cuba, pues su ideología les homóloga con Castro y Maduro cosa que a D. Manuel Irujo le sacaba de quicio y siempre repetía: ”La diferencia entre ustedes y nosotros es que para nosotros todas las libertades son solidarias y para ustedes, solo aquellas afectas a su ideología la del puño cerrado, con lo que me demuestran que los derechos humanos son solo un traje de conveniencia”.

Quizás por eso me he acordado estos días de Imanol Bolinaga, quien fuera alcalde de Bergara y viceconsejero de turismo, y que todo ésto lo tenía muy claro. Siendo senador fue enviado por el PNV a Turquia para celebrar el Neu Roz con los kurdos pero los turcos lo metieron en un calabozo y solo pudo salir de aquellas sucias cuatro paredes cuando sus carceleros le encontraron el carnet de miembro del Consejo de Europa y como Turquía, estaba amenazada de expulsión, eso le salvó. En marzo del 2000 le devolvió a la ministra Ana de Palacio la condecoración de la Orden del Mérito Civil por unas declaraciones que había hecho contra los vascos demócratas. No se andaba con chiquitas y ante situaciones como éstas sabía que no hay que hacerle la manicura al tigre.

Por eso este pasado 25 de setiembre, estuvo Mikel Burzako del EBB, en el referéndum de autodeterminación kurdo que logró un espléndido resultado, aunque no haya sido reconocido. Repito la frase de Irujo: ”todas las libertades son solidarias”.

Y hablando del Kurdistan, en otoño de 1999 estuvieron allí el consejero Inclan con Iturrate, Solabarrieta y Basozabal, cuatro miembros del PNV, poniendo la primera piedra de una escuela y biblioteca de la operación Anfal en la provincia de Donuk. Un par de años antes habían estado con el EVE para hacerles el mapa eólico del Kurdistan Sur y llevaban un convenio con el departamento de sanidad y la UPV para formación de médicos. También habían enviado bizkaibuses para las provincias de Dohuk y Arbi y es que las relaciones con el PDK y el gobierno autónomo del Kurdistan han sido muy estrechas desde siempre y de eso sabe mucho Xabier Ormaetxea, ex parlamentario del PNV, que viajó allí en los días duros, cuando no tenían nada, salvo las amenazas de Sadam Hussein en tiempos en los que el catalán Miquel Roca nos decía que mirásemos arriba de Europa y no hacia abajo.

Recalco todo ésto pues con Catalunya, el Kurdistan, Venezuela, el Sahara o Timor, el jelkidismo no tiene por qué recibir ni una sola clase de implicación democrática de una Sortu que, con el puño cerrado, símbolo de una ideología fracasada, como escucharon los de Portu, solo van a la confrontación y nosotros estorbamos.

El Lehendakari Urkullu está haciendo y diciendo lo que tiene que hacer y decir un presidente abertzale que mira por su pueblo y por su convivencia y quiere lo mejor para Catalunya, no lo mejor para la Cup, ni para el PP, y como decía el lehendakari Ibarretxe que ponía el ejemplo del buey. Pasos cortos, seguros, continuos. Y por nuestro camino. En eso estamos.