Feliz navidad y viacruces real de 2012

Cuando el señor (es un hablar) Strauss-Khan fue declarado no culpable de violación en New York la sentencia favorable no confirmaba su salida indemne, porque se quedó con dos graves condenas adosadas: ser cadáver político y acostarse sólo con la esposa legítima (dura condena de por vida para un sátiro). 

 Démosle las vueltas que le demos, cada uno arrastra su propia cruz en los viacrucis particulares. Al parecer, estamos pagando nuestro avance hacia el progreso con rastrojos de penoso futuro, como ese 26,1% de niño/as que sufren sobrepeso y el más alarmante 19,1% que padecen obesidad infantil, por encima de los estadounidenses con el 16%.

 Pero si preocupante es la actual obesidad, más aún lo será cuando el 80% de los hoy gorditos si no se reconducen sus malos hábitos, conviertan nuestra sociedad en un futuro de adultos obesos. El exceso de peso es causa directa del 8% del gasto sanitario en el Estado y factor determinante en la génesis de diabetes y enfermedades cardiovasculares que reducen drásticamente la esperanza de vida.

En el ámbito público nuestros orondos dispendios de hace unos años en aeropuertos faraónicos inservibles, palacios de congresos fantasmales, convocatorias de funcionarios innecesarios y mil dislates más, han producido una obesidad de la que nadie se ha librado. Así que con cinco millones de parados oficiales y un millón de familias sin ingreso alguno, si no navegamos ya por la insurrección social generalizada sólo puede deberse a ese 23% del PIB en economía sumergida.

 Pero difícilmente encontraremos alguien capaz de atajar ese futuro de obesos, porque a los matesas, filesas, gurteles, Conde, Camps… y affaire mil de políticos/banqueros y prohombres se le ha unido la previsible aunque ocultada causa: la monarquía en papel de tapadera. Han encontrado un chivo expiatorio, llamémosle Urdangarin, pero el papel del rey y la monarquía en la sombra bien visible está quedando al descubierto.

Así no puede extrañar que la aceptación de la monarquía (intrínsecamente anti-democrática) vaya en franco y alarmante retroceso. Porque más de uno se preguntará, ¿quién vigila al vigilante? ¿el jefe de los vigilantes ante quién responde?¿acaso ante el mismo dios que le nombró rey? 

 La cortesía de las fechas invita a felicitarnos las navidades y un próspero año 2012, pero a la vista del mercadeo actual de esta rastrojera, tal vez debiéramos pasar directamente a desearnos prosperidad para 2013. ¿Quizá sea demasiado pronto?

 

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