Dorada jubilación Real

CORINA

Ni ancianos ni viejos, les denominamos engoladamente tercera edad y además, por mor del alargamiento de la esperanza de vida bautizamos su nueva juventud de “edad dorada”. Para algunos quizá su retiro sea así, pero para muchos otros/as está muy-muy lejos de su realidad cotidiana: pensión raquítica e incierta, ayudar a hijos y nietos, dependencia… hechos vitales habituales de su jubilación real.

No le sucede así en su Real jubilación al testaferro y después heredero del dictador Franco. Desde su autoliquidación mayestática (jeje, solo él podía hacerlo) en abdicación inducida, parece que ahora, libre de esposa e hijos, todos sus males han palidecido y goza/retoza como solo los rijosos borbones saben hacerlo… claro, a costa del bolsillo de todos, del tuyo/mío. Para empezar le asignaron unos emolumentos por sinecuras que sonrojan a cualquiera que sufra una pensión mínima en país de recortes solo para pobres. Así, según su “clá”, no vivirá “pobre” como papito Juan el “cuasirey, cuasidemócrata” que solo dejó 7 millones de euros a sus hijos, en el paraíso fiscal suizo desde luego, porque ellos son muy españoles. De esta herencia, su hijo “Juancar, campechano rey comisionista” no supo nada, vamos, el Fisco no vio nada. Por si acaso, rápidamente le aforaron al cojitranco borbón, no fuera a ser imputado por la paternidad de sus muchos bastardos reales ni por comisiones al modo urdagarin&Cía; de paso aforaban cosillas pasadas como el “nebuloso homicidio involuntario” de su hermano Alfonso.

Últimamente se le ve gozoso al emérito, presunto padre putativo del 23febrero. Goza en los mejores restaurantes, en Donostia es asiduo a los estrellados, en los mejores veleros, viaja a lugares de postín y puede comprarse en Finlandia un yate con caché, ya libre de la carga sentimental-económica de la bella Corinna (querindonga, barragana quizá) a la que mantuvo en el Pardo, en Londres y en otros muchos lugares con dinero …, sí claro, público, de todos, de quienes pagamos para mantener las estructuras del Estado, incluidas las amantes del rey emérito, cesante pero cobrante.

Hacienda intenta colocar ahora los Ferrari caprichitoreal que estando cojo no utilizaba y donó al Patrimonio Nacional; con el nuevo yate hará algo parecido, lo donará, y aunque lo utilice sólo él, mantenimiento, tripulación, seguros… los pagaremos entre todos.

Cerrando el círculo, a quien cuenta estas y otras correrías reales pueden convertirle en carne de banquillo, como a Marisol Moreno “La Roja” concejala encausada por decirles a los borbones, «vagos, estafadores, borrachos y asesinos», lo que casi-todos saben y callan. Lo dicho, rey hasta morir a pensión completa y jubilación dorada a escote de ciudadano-súbditos.

Aún peor, tiene sucesor.

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