Noticias recalentadas

Machismo social en los aplausos a Domingo, a pesar de reconocer ser un acosador

EN nuestra CAV bien posicionada económicamente y con aspiraciones, 90.000 personas viven con menos de 20 euros/día. Ni usando velas podrán pagar la luz y el gas para calentar su exigua comida, esto el día que les toque comer. En la secuencia continua de noticias que se atropellan entre sí, ésta ha sido estrella fugaz. Nos han, o nos hemos, acostumbrado a tal monótono rosario de noticias que la mayoría nos saben a recalentadas, no sé si en sartén, horno o microondas, pero con tan poco buen sabor que rápidamente pasamos página al siguiente plato de noticias.

Y si son números y estadísticas en lugar de caras, todavía más insipidez recalentada. «Maricón de mierda», «sarasa«, son expresiones despectivas que creía en proceso de desuso. Pero Ekain Perrino ha comprobado que en su pueblo en absoluto están olvidadas y, además, que, con frecuencia, van acompañadas de golpes y puñadas añadidos a la infamia del insulto. Si solo fuera en esa localidad sería anecdótico, pero leyendo con atención las agresiones por motivo sexual, son más habituales de lo que pensamos. Al menos en este caso hay denuncia y la respuesta está siendo razonablemente contundente, pero la secuencia repetida hará que pronto pase al archivo redondo del olvido. La búsqueda de las niñas canarias secuestradas/asesinadas por su padre para vengarse de su exmujer, está sirviendo para que se hable algo más de esa violencia de género que no cesa. Y que se hable con caras y nombres.

Porque en lo que vamos de curso ya han asesinado a 19 mujeres, a veces con descuartizamiento modelo Sacamantecas, con efectos devastadores en víctimas colaterales, hijos sin madre. En este caso, además, queda al descubierto otro matiz de violencia machista, el que sufren directamente los hijos/as como víctimas directas de la venganza del padre contra la madre. Es una forma aún más cruel y vesánica de violencia machista, que se ceba en los hijos, víctimas vicarias del odio contra la mujer. «No la mato a ella, pero le quito lo que más quiere». Perfidia absoluta la de estos verdugos torturadores de mujeres.

Compaginen esas noticias con los aplausos a Plácido Domingo. Ni confesando que acosó a mujeres se libró de los aplausos. Machismo social en estado puro con trato de guante blanco exculpatorio. Del tipo que se suele dispensar a acosadores cuando pertenecen a la élite de cualquier ámbito. La pregunta es por qué ahora y por qué con tanta virulencia. Tal vez, acabadas las restricciones pandémicas, algunos acosadores sienten que han perdido el control sobre su pareja. Quizá esta violencia tenga efecto llamada, porque si no ya me dirán cómo en dos semanas se concentran diez asesinatos, llamémosles «especulares». La educación no debe estar funcionando muy bien, porque no parece erradicar del tuétano de nuestra naturaleza personal y social el «la maté porque era mía», como lo demuestra la edad juvenil de muchos acosadores. Añadamos a la ultraderecha negando la violencia contra las mujeres por el hecho de serlo y a la derecha reclamando penas duras, que serán necesarias, pero sin proponer lo que más se necesita, normas preventivas eficaces. Pero tras releer este texto percibo que son noticias ya comentadas mil veces con estas mismas palabras y por mí misma, sintiendo que son noticias viejas recalentadas, al parecer sin solución. Y cuanto más se recalientan, saben peor.

nekanelauzirika@deia.eus @nekanelauzirika

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