Aberri Eguna, Patria Vasca y Pascua global

ABERRI 2Ayer celebré un año más el Aberri Eguna sin sentirme localista ni excluyente; me sentí vasca, ni más ni menos, lo que soy. Por eso me alegró que se sumara el emergente Podemos que responde a voz batiente que ellos no son abertzales. Pues bienvenidos sean a la fiesta, porque el deseo primigenio es que sea común a todos los vascos.

En muchos ámbitos chirría que centenares de miles de vascos en el mundo celebremos un Aberri Eguna existiendo ya su docedeoctubre; desde los que lo tildan de decimonónico, aldeano, localista y folklórico hasta quienes abogan directamente por prohibirlo, los chirriantes son variopintos.

En este caleidoscopio de contrarios al Aberri Eguna destacan quienes señalan la imposibilidad de compaginar la participación en los asuntos globales mundiales con el anhelo localista de patria vasca. Vivimos en un mundo global, de montañas de noticias que llegan al instante, pero no veo en este deseo de patria propia el obstáculo para que también me interese por el avance del virus zika, el viaje de Obama a Cuba, la contaminación, que el 2015 haya sido el año más cálido y que el 13 de mayo pasado superáramos las 400ppm de CO2, que el Polo Norte se derrita y que Siria sangre por su costuras, que Israel acogote a los palestinos… y que terroristas usurpando el nombre de un dios misericordioso como Alá maten a inocentes.

Pero esta visión exterior no puede nublar la mirada hacia el interior. Hablando con Ignacio Para, presidente de Bamberg, sus reflexiones me hacen ver el Aberri Eguna de otro modo. Lo celebramos porque somos y estamos, pero al ritmo demográfico que caminamos ya hemos perdido una generación y dentro de poco, según él cien años, no estaremos ni nosotros ni nuestros hijos ni nuestros nietos. Para él la inmigración no es solución porque traen otra cultura que sí preconiza tener hijos. Así que con ellos se iría nuestra cultura humanístico cristiana que hasta hoy ha sido la única capaz de alentar una comunidad de libertad y progreso social. No sé si como él afirma caminamos en Europa hacia el tercermundismo, pero cabe poca esperanza en este Estado errático donde tener hijos parece mal visto y peor tratadas las mujeres-madre y en el que a nuestros jóvenes les ofrecemos emigrar como máxima aspiración.

Pero para enfrentarse a este problema hay que ver más allá de una legislatura de cuatro años y un puñado de votos. Porque junto a una actuación en lo global nuestra propia existencia como pueblo debiera interesar algo más a los cortoplacistas políticos actuales. Estoy convencida de que podría resolverse mejor bajo nuestro propio Estado vasco ¿por qué no? Para ello celebramos nuestra Pascua, Aberri Eguna.

ABERRI

La casa real lo supo todo, siempre

borbonesAunque la frase sea pública y dicha en un juicio donde se sienta una persona de esta casa real, no sé si me la juego intitulando a la familia real en un comentario donde sobre ellos se me ocurre de todo menos cosas bonitas.  Merdé! Nos conocemos, nos queremos… pero como nos han pillado disimulemos y digamos que ya no nos tratamos. Herencia franquista, chaqueteo del 23F, expolio de la herencia del marqués de Hernani, puteo borbónico con amantes y barraganas a escote ciudadano, reyes comisionistas, cazaelefantes y como guinda consortes conseguidores e infantas bobaliconas en babia económico-financiera aunque sea licenciada y trabaje (es una forma de hablar) para un banco. Silencio en la urdimbre de borbonía.

Aunque no sería yo quien diera por ella ni una gota de sangre(literal), percibo que su actitud de haberlo sabido siempre y siempre negarlo, está bastante extendida en la Europa de los sueños, de banqueros, de funcionarios y de Estados con movimiento libre para los capitales pero con ciudadanos/as atados al pasaporte.

Veía hace unos días ilusión en los ojos de quienes tienen alojamiento preparado para recibir a refugiados sirios u otros. Es la cara humana de una situación a la que esa Europa oficial le quiere quitar ojos, nariz y boca, para que no oigamos, ni veamos ni denunciemos.

Quizá la misma Europa que armó hasta las dientes a Sadam Husein para luego cargárselo; o a los talibán afganos para luego combatirlos; la misma que permite que Francia, Inglaterra, Alemania, Chequia y… España aumenten año tras año sus beneficios récords en la venta de armas a Irak, Arabia Saudita, Siria, Libia (Aznar y el caballo de Gadafi).

Y ahora, a quienes huyen de nuestras bombas lanzadas por nuestros aviones y cañones pagados por los tiranos (ahora, ¿y antes?) de esos países con dinero prestado por bancos europeos, a esos que huyen de la muerte les queremos concentrar en un país domo Turquía, que los utilizará a modo de lazo corredizo y moneda de cambio hasta lograr beneficio propio.

Pero de esto nada se recuerda, es como la familia real española, no sé, no entiendo de administración, no recuerdo, lo hacía mi secretario plebeyo… como mucho la culpa será del consorte morganático.

Hasta el más iletrado sabe que las armas matan, que quien roba es un ladrón, ladrón real claro, y que a quien huye por miedo y por hambre ha de dársele cobijo y alimento.

Pero posiblemente a banqueros y fabricantes de armas no les gustará mucho este ongi etorriak.  Cuchichearán en su WhatsApp, nos conocemos, nos queremos… pero como nos han pillado disimulemos y digamos que nosotros no NOS hacemos la guerra. Aunque siempre lo supieran todo.

Claros y oscuros

OCHO MARZO

No sé si más de aquellos o de estos, pero en cualquier caso el ochomarzo pintado de moradolilamalvavioleta es un día de claroscuros con gama de matices. Hace algunas décadas esperaba que alguna vez pudiera transitar el Día de la Mujer no como referencia reivindicativa, sino como festiva celebración de igualdad; seguimos aun en lo primero.

Creo con los bahá´ís que “la humanidad posee dos alas, mujer y hombre, y que solo cuando ambas se desarrollen igualmente el pájaro podrá volar”. El vuelo remonta torpemente. No me obligan a llevar velo, puedo tener un hijo sin pareja y manejar mi nómina aunque esté casada; pero no se trata tan solo de legislar para evitar el epifenómeno de sevicias y maltratos de género que para 60 mujeres al año terminan en asesinato. La meta está un punto más allá, porque es la igualdad en las realidades/necesidades cotidianas para equilibrar las dos alas lo que se resiste a instarle entre nosotros/as.

Auspiciado por el Gobierno Vasco, 51 medios de comunicación y publicidad han firmado esta semana un código deontológico para evitar discriminaciones sexistas. Loable; ahora veamos el tránsito hasta conseguir erradicar los estereotipos contra la igualdad.

En las universidades ellas son más y consiguen mejores calificaciones, pero después eligen profesiones feminizadas con menos prestigio social y menor soldada. A igual preparación y dedicación una mujer cobra un 25-30% menos.

Tampoco importa mucho que las empresas con más mujeres al mando sean más rentables, porque el acceso a dirección y a consejos de administración, un 20% en grandes empresas, sigue siendo coto masculinizado con techo de cristal para ellas. Incluso entre los científicos ellas son menos visibles, los jefes envían hombres a las asuntos importantes… y hay mucho más jefe que jefa.

La maternidad es imprescindible, pero no puede ser excusa para la discriminación, sino aliciente y acicate de la conciliación familiar-social como compromiso capaz de impulsar a mujer/hombre hacia la igualdad de oportunidades. Permiso materno/paternal, dedicación al cuidado de hijos/as y mayores e implicación en las tareas domésticas, no son detalles nimios, sino razones por las que ellas reducen su horario o eligen profesiones que les permita “sus labores”; razón doméstica que empuja a muchas las mujeres a renunciar a su carrera profesional y al ágora pública. Así que bravo por los hombres que se ven como mitad del acuerdo y ya “no ayudan”, sino que comparten/concilian casa e hijos con su pareja. Son futuro y esperanza.

Frente a esta esperanza, la campaña del ochomarzo16 de Emakunde dirigida a los adolescentes por el rebrote de machismo entre ellos. Si ha de recordarse esto a los jóvenes, quizá sea porque en igualdad de género vayamos de victoria en victoria hacia la derrota final. Esperemos que solo sea salpullido de pubertad.

Gracias a Dios que no tengo hijos


foto columna
La  frase dicha como alivio generacional no me pertenece, me la presta María una mujer a quien después de doce años en la empresa el jefe la saludó una mañana “ya no contamos con usted”; desde entonces malvive entrelazando el raquítico subsidio del paro con trabajillos temporales bajo precarios contratos leoninos manifiestamente explotadores, tanto en lo económico como en condiciones laborales. Todo legal, o casi, porque a veces ni respetan las condiciones laborales pactadas, y ¡a reclamar al maestro armero! que si no lo quieres hay cien esperando tu contrato. Contratos de 12/15/20 horas a la semana, de un mes… con salarios de 350 euros… por debajo incluso del subsidio de paro.

Contratos bajo la picaresca estadística, porque María y miles de trabajadores/as figura como dato de nueva contratación cuando su contrato ya está extinguido; datos de ocupación que serían de risa chirigotesca si no afectasen a personas. Pero a los dirigentes políticos les sirve para decir que sus reformas laborales son eficaces, que reducen el paro y que ¡España va bien! No importa que como María vayan trampeando casi siete millones de ciudadanos/as, además de cinco millones en paro de los que dos son de larga-larguísima casi segura infinita duración.

La comida, la luz, la renta… María llega a fin de mes porque sus padres le pueden prestar ayuda, como a otros muchos miles. Y mientras los millones de marías de contrato y sueldo menguantes se debaten entre la nada y la miseria laboral-económica, los sueldos de algunos ejecutivos se multiplican con muchos ceros a la derecha. Ente ambos mundos está desapareciendo la cohesión y la conexión, de modo que nos acercamos peligrosamente a una sociedad donde o se vive en palacio o bajo el puente, sin clase media ni trabajadores que puedan vivir de su salario sin ser pobres: pobres con contrato laboral vigente.

Cierto, vivimos más de 7mil millones en el planeta, pero en Europa y sobre todo en Euskal Herria la población es menguante y 32,5 años la media ascendente del primer embarazo; probablemente en los últimos treinta años hayamos perdido una generación. En consecuencia vemos los parques copados por mayores con bastante buen aspecto, pero viejos en el ocaso de la vida. Nada de parques repletos de niños, de carreras y gritos infantiles, de futuro y esperanza.

El problema de los/las millones de Marías de este país no es que lo estén pasando mal, sino que nadie les da pie para tener esperanza de poder estar mejor. Los dirigentes embolsilladores más bien transmiten lo contrario. Así, el grito de María ¡gracias a Dios que no tengo hijos¡ es su alivio al tiempo que el gorigori a nuestra esperanza.

Otra forma de mirar el mundo

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El autor de la fotografía premiadaes un free lance que no pudo vender su imagen en los grandes periódicos ni en cadenas de televisión internacionales, sino que la publicitó a través de redes sociales, lo que le da aún más mérito como metáfora del interés de la población europea.

Esperanza en una nueva vida” tituló Warren Richardson su fotografía ganadora en el World Press Photo-2016. La foto muestra a un hombre entregando un bebé a otra persona a través de una alambrada en Röszke, frontera entre Hungría y Serbia, el pasado 28 de agosto. La foto resulta hermosa pero fría, abrasadoramente fría, retocada en blanco y negro vintage que recuerda a fotografías en viejos formatos. Buscaba impactar y lo ha conseguido, tanto como [Enlace roto.] de Nick Ut, o Jeff Widener con [Enlace roto.] o [Enlace roto.] de Kevin Carter. Teniendo en cuenta que las fotografías presentadas no pueden preparar el escenario ni repetir tomas, las historias que cuentan son un relato fidedigno de la realidad. Hoy la realidad de una Europa blindada, vallada con alambre de espino ante los refugiados que huyen de la guerra y/o del hambre para salvar la vida. Además fue sacada sin flash para evitar a la policía y después posiblemente el fotógrafo fuera detenido y golpeado por los vigilantes, de modo que la foto adquiere mayor carga simbólica por el propio simbolismo de la alambrada y porque además lo que se pasa a través de ella es a un niño, tal vez la única esperanza de que unos hombres no maten a otros hombres, una foto de una imagen clásica por imperecedera entre humanos.

De 82.951 fotografía presentadas por 5.775 fotógrafos en el World Press Photo ha sido la de mayor impacto, pero no la de mejor colocación inicial en el mercado, donde el ruido iconográfico actual es tan apabullante que conseguir que la mirada del espectador repare en una imagen unos segundos ya es todo un mérito. El autor es un free lance que no pudo vender su imagen en los grandes periódicos ni en cadenas de televisión internacionales, sino que la publicitó a través de redes sociales, lo que le da aún más mérito como metáfora del interés de la población europea, que no siempre sigue aborregada el diseño de esas macroempresas de comunicación, sino que tiene sus propios movimientos de interés como el 15M y ahora la aceptación de los refugiados, seguramente mucho más efusiva de lo que sus dirigentes creen y quieran.

En todo caso el impacto visual está ahí como primer paso, aunque como en Vietnam, Tiananmen o Sudán, la experiencia nos diga que el impacto real fue escaso y ninguna lograra cambiar la realidad. De hecho, desde que se tomó la instantánea premiada han muerto en las fronteras europeas varios centenares de refugiados, porque la capacidad humana de autoliquidarse sea nuestra característica específica y nuestro mayor riesgo de supervivencia.