Memoria selectiva

ES POSIBLE QUE ALGUNOS, INCAPACES DE IMAGINAR UN FUTURO MEJOR, PREFIERAN FANTASEAR CON EL PASADO

Paneles del Memorial a la Víctimas del Terrorismo, de todas las víctimas, según sus impulsores

HAN inaugurado con gran boato en Vitoria-Gasteiz un Memorial a las víctimas del Terrorismo, de todas las víctimas según sus impulsores. Para ser un acto inclusivo, resulta llamativo que en su presentación solo hablaran su director, el rey, que como víctima no da la talla, y solo una víctima de un grupo terrorista concreto. Las demás, chitón.

A la memoria selectiva también la llaman desmemoria, o antes, historietas del abuelo con sus interminables anécdotas, verídicas o casi, con él de protagonista y los demás de comparsas. Pero ahora sabemos por los expertos en el campo de la psique y de su evolución a lo largo de la vida, que nuestra memoria es esencialmente selectiva, que recordamos solo lo que nos conviene. Nuestro cerebro demuestra una capacidad excepcional para recordar lo que refuerza nuestro punto de vista, pero es manifiestamente olvidadizo al recordar situaciones incómodas para nuestros intereses: filtramos y solo recordamos lo que es significativo para nosotros. Quizá porque la memoria sea nuestra identidad, la de verdad o la que hubiéramos querido tener. Esta memoria selectiva demuestra que nuestro cerebro está más preparado para sobrevivir que para conocer la verdad de forma precisa y objetiva, y ante esta posibilidad que la naturaleza da de elegir, selecciona lo que reporta menos problemas y mayor bienestar a nuestro modo de vida. Vamos, que conforme pasan los años, en la memoria de nuestra vida nos solemos hacer trampas al solitario.

Mientras J. G. O. gobernaba bien su cabeza, su memoria filtraba sus recuerdos, pero cuando perdió su capacidad de control, al mencionársele el domingo 13 junio 1937, salía corriendo a la pared con brazos en alto como cuando a sus 8 años la pusieron en la pared del caserío junto a sus hermanas y a su padre con la intención de fusilar a éste. Nunca lo había contado, aquel hecho había estado borrado de su historia vital casi 85 años. Y para este Memorial de Vitoria también seguirá borrado; como la historia de quienes murieron como trabajadores esclavos del franquismo; como la de los asesinados el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz; como la de Mikel Zabalza… Como la de tantas otras víctimas para cuyos victimarios hay un velo de impunidad bajo secreto oficial, o de mutua tapadera entre políticos, parlamentarios, administración, ejército, policía, alta judicatura… Y si aún con este velo de ocultación a alguno le atropella la evidencia de su violencia, queda la prescripción jurídica o el indulto de la desmemoria, con el sarcasmo de que algunos indultados por ejercer terrorismo de Estado braman ahora contra el hipotético indulto a los políticos catalanes encarcelados.

Como siempre rechacé frontalmente la violencia de ETA, me puedo permitir solicitar la misma contundencia contra otros terrorismos, sin tapaderas, ni por la patria ni por las banderas de nuestros padres. Me temo que sea utópico y pedirlo, un brindis al sol.

Por esto, el pomposo acto me resultó una desmemoria. Porque lo presentaron como un memorial para todas las víctimas, pero no debe serlo tanto cuando existirá otro memorial en la sede de Gogora, Ibarrola diseñó otro monumento en Vitoria, habrá otro proyecto memorialista en Gernika, otro memorial específico en la iglesia del barrio de Zaramaga…

Como ciudadana de a pie, cuando veo un Monumento a la Memoria me tengo que hacer la desgarradora pregunta ¿a la memoria de quién, de qué víctimas?

Entonces, al responderme dudo sobre si algunos, incapaces de imaginar un futuro mejor, no prefieren fantasear con el pasado.

nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika

Rosas en un cenicero limpio

Hoy se recuerda el Día Mundial Sin Tabaco

PUEDE que algún día un círculo con espículas limadas se convierta en logo de la lucha contra las infecciones coronavíricas. Como la rosa con fragancia visual en un cenicero limpio es imagen de salud para no fumadores. Porque hoy es, desde 1987, el recuerdo del Día Sin Tabaco. Con el lastre tan presente de la pandemia covid puede quedarnos en segunda fila una nebulosa de volutas con epidemias como esta del humo tabáquico. Ahora que tanto hemos aprendido y soportado gráficos con miriadas de datos sanitarios, vemos que el covid-19 ha infectado ya a 171 millones con 3,6 millones de muertos; dramático, porque aún no ha dicho adiós aquí y apenas ha comenzado a presentar su peor cara en los países más pobres. Pero el tabaquismo afecta a 1.200 millones de personas en el mundo y mata a 8,2 millones, de ellos 1,2 millones fumadores-pasivos. Y esto un año tras otro. El tabaquismo es la principal pandemia prevenible.

Ni en sus sueños más fumetas imaginaría el marinero de la Santa María, Rodrigo de Jerez, que ser el primer fumador europeo de tabaco llegara a tener tantos millones de seguidores. Followers ansiosos de imaginarios beneficios en la salud, buscadores de placer y desde mediados del siglo XX sabedores de que cada calada era un intenso arreón hacia la tumba, al tiempo que negocio redondo para las tabaqueras y las arcas de los estados, que siempre han entendido que los vicios legalizados de la ciudadanía son los tributos mejor soportados. Lo digo como fumadora en excedencia que aún aspira el deseo del pitillo, aunque sepa que produce el 22% de todos los cánceres, el 85 o 90% de los de pulmón y es alto riesgo para otros muchos tumores, incrementando la probabilidad y gravedad de otras patologías.

Los científicos ya advertían de estos riesgos a mediados del siglo pasado, pero vean las películas hasta los 90, donde el cigarro era habitual, o repasen la publicidad de esos años, incluso patrocinando pruebas deportivas.

De hecho, las tabaqueras manipulaban los resultados que presentaba la «mala prensa científica» antitabaco. En 1971 algunos países comenzaron a poner alertas de salud en los paquetes y en 2001 se prohibió usar la palabra light en las cajetillas. En España, hasta 2005 no se legisló contra el tabaquismo y la ley actual que prohíbe fumar en zonas cerradas es de 2011. Todos recordamos aulas o salas de espera en hospitales entre neblinas de humos con ceniceros rebosantes.

Lo peor es que los intereses tabaqueros aunados con los recaudatorios estatales, más la precariedad laboral del sector sin ayuda para reconvertirse, han derivado el problema hacia países menos desarrollados y sin leyes de protección sanitarias; y desde los fumadores adultos hombres, hacia mujeres de mediana edad, que son quienes más incrementan el tabaquismo, y hacia los jóvenes, pues el 20% de entre 15 y 24 años y un 32% de entre 25 y 34 años son fumadores en España.

Más impuestos, prohibición de comercialización, más etiquetas de advertencia sanitaria, más programas de abandono del tabaco, pueden ser buenas medidas para la salud y rentables a medio plazo, pero echo en falta que en vez de emplear tanto impulso y medios en deshabituar al fumador no se emplee mucho más en evitar la entrada en el mundo del humo a los más jóvenes, porque de cada tres fumadores, uno lo dejará, pero otro morirá por alguna enfermedad relacionada con su hábito.

Si su salud importa, merecería la pena que pusiéramos más rosas en sus ceniceros limpios.

nlauzirika@deia.com@nekanelauzirika

Rehenes

Mujeres saharauis reivindicando sus derechos en pleno desierto argelio.

EL detonante en esta ocasión ha sido el señor Brahim Gali, presidente de la no-reconocida República Árabe Saharauí Democrática (RASD). Su tratamiento médico en un hospital español es excusa perfecta para que Marruecos agarre a España por los bajos que más duelen. Dejan la puerta de Ceuta abierta y se cuelan miles de ciudadanos. Aunque de mucho menor entidad, rememoramos imágenes similares a la Marcha Verde del 6/XI/1975, ahora marcha a nado en azul mediterráneo a través del mar. Con el paticorto en agonía y el campechano con sus amigotes negociando su mordida en los acuerdos de cesión de pesca y Fosfatos Fos Bucraa, la jugada le salió redonda al sátrapa marroquí, porque el ejército español abandonó el Sahara con el rabo entre las piernas, supongo que no por propios deseos, sino porque los intereses y suculentos beneficios de unos pocos se impusieron a las obligaciones del Estado con los «ciudadanos españoles saharauíes» de la provincia número 53, a los que arrojó a las fauces marroquíes.

El banco de pesca se negocia con los del sur, se les da lo que piden y ya tenemos a nuestros pescadores como rehenes de cuánto y cuándo quieran pedir más.

Ante el imparable incremento de inmigración subsahariana, España/Europa negocian y «subcontratan» con Marruecos el control de esa frontera, tal y como hacen con Turquía en otra zona. Convertidos en rehenes de este control, hemos de pagar lo que en cada momento estipule el rey marroquí por seguir siendo gendarme de frontera. Añadamos que la propia inmigración de marroquíes está disparada, porque, aunque el poder político y la fortuna empresarial de este rey-dictador y sus empresas sean estratosféricos, la pobreza, el analfabetismo y las deficiencias sanitarias y de desarrollo en Marruecos no son menos astronómicas. Lógico que muchos adolescentes marroquíes al pisar Ceuta griten: «NO-Marruecos; SÍ-España». Ante esta situación, si quien posee la llave de la puerta los tiene como rehenes empobrecidos, les abrirá o cerrará el paso a Europa cuando le convenga.

También se ha convenido pagar a Marruecos para que sea el muro frente al terrorismo yihadista. De nuevo nos convierte en rehenes de que esté contento o se canse para pedir más «de lo mío». Y como EE.UU. también está en esto, ha borrado de un plumazo a los saharauíes (teóricamente pro-socialistas) de la existencia internacional. Más reconocimiento y armas para Mohamed.

No olvidemos que, además, posee la manija de Fosfatos Bucraa, la mayor reserva mundial de fosfatos del mundo. Dato nada baladí, porque el fósforo es el elemento limitante de la vida, como bien sabe este rey, sus acólitos y también Estados Unidos. Con el aumento disparado de la población mundial y la necesidad de alimentos y de abonos minerales para producirlos, los fosfatos serán junto al agua un bien geoestratégico imprescindible.

Me explicaron en clase que los estados nacieron para solventar las necesidades cotidianas de los ciudadanos, nunca para convertirlos en rehenes de usufructo ajeno. Pero no estoy segura de que los estados estén por defender las necesidades ciudadanas de libertad e igualdad por encima de las ambiciones geoestratégicas de unos pocos beneficiados, reyes incluidos. ¡Si Tocqueville levantara la cabeza!

De ser así, cualquier movimiento de población se convertirá en una crisis humanitaria y quien lo controle se erigirá en «chantajista en jefe». Hoy, la manija chantajista del rey marroquí nos convierte a ciudadanos/as europeos (españoles en especial) y marroquíes en rehenes de su «chantaje» geoestratégico permanente, con Ceuta y Melilla como decorados.

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Dosis de recuerdo

SIN DOSIS DE RECUERDO EL OLVIDO ES SEGURO Y LA REPETICIÓN DE LOS MISMOS ERRORES LO MÁS PROBABLE; ESO SÍ, LA CAÑITA QUE ESTÉ BIEN FRÍA

EL 8 de mayo se cumplieron 41 años del día que la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente erradicada la viruela. En los cien años anteriores había matado a 500 millones de personas. Seguramente, a todos nos hubiera encantado escuchar un anuncio parecido sobre la pandemia de covid-19 en el mismo día que decaía el estado de alarma. Pero ¡quiá!, estamos aún lejos de similar anuncio. Además, a pesar de la vacunación, esta solo sucede en los países desarrollados y ricos, porque los pobres seguirán estando largo tiempo a la cola de la cola. Contra la viruela vacunan a nuestros bebés a los quince meses y después les administran una imprescindible segunda dosis de recuerdo y refuerzo a los tres o cuatro años. Aunque los expertos todavía no lo sepan con certeza, quizá tengamos igualmente la necesidad de una nueva vacuna o al menos de una dosis de recuerdo contra el covid, pero seguramente muchos de esos pobres de países pobres no habrán recibido ni la primera.

No creo que la liberación de las patentes de vacunas aliviaría de manera inmediata la pandemia, porque, excepto India y Sudáfrica, pocos países tienen capacidad e infraestructura para fabricar vacunas, aunque estuvieran libres de patente. Está claro que este mundo de los fármacos que aherroja la salud bajo intereses económicos no es nuevo ni debiéramos tratarlo de urgencia, sino con dosis de recuerdo, porque ya ha sucedido con tantos tratamientos y vacunas anteriormente que no debiéramos hacernos los sorprendidos, sino habilitar la forma para que, sin menoscabar los razonables beneficios de quien investiga y desarrolla, cuando necesitemos liberar una patente sea por un camino preparado, no una salida de emergencia de dudosa eficacia de sopetón. Dudo que apliquemos dosis de recuerdo y cuando vuelva una nueva pandemia, ¡qué volverá!, tendremos la misma urgencia.

Ahora, cuando miro hacia atrás y repaso las carencias y deficiencias que se han detectado en la considerábamos la mejor sanidad del mundo-mundial, me pregunto si hemos aprendido y nos pondremos la dosis de recuerdo. Es decir, si se invertirá más en Atención Primaria, se reducirá la interinidad, se pondrá más presupuesto para investigación y desarrollo, se evitará la fuga de científicos y sanitarios, se adecuarán más UCI, se frenarán las privatizaciones sanitarias… o si dentro de poco, cuando se hayan pasado las penurias y urgencias, se nos habrá olvidado todo y una nueva pandemia nos pillará de nuevo con los calzones bajados. No vale el mantra de que no hay dinero, porque en pleno año de pandemia mundial y caída generalizada del Producto Interior Bruto (PIB), el gasto militar en el mundo ascendió a 1,65 billones, un 2,6% más que el año anterior. En España, el incremento en gasto militar es del 10% y lo dedicado a I+D militar, 861 millones, triplica lo presupuestado en I+D sanitaria, 287 millones.

Hoy, ya libres, o casi, de restricciones, repaso los todavía preocupantes datos sanitarios y solo puedo deducir que han sido los intereses de la hostelería, hotelería y del turismo (sí, esos que generan el 15% del PIB nacional) los que han inducido, empujado y presionado para este decaimiento tempranero del estado de alarma. Poca dosis de recuerdo veo, y, probablemente, ante una nueva crisis, se volvería a repetir el panorama, porque no se ha aprovechado para reorientar y diversificar la actividad ocio-turística hacia otros campos de productividad menos dependientes. Parece que nos gusta ser el bar de Europa y poner los camareros. Sin dosis de recuerdo el olvido es seguro y la repetición de los mismos errores lo más probable. Eso sí, la cañita que esté bien fría.

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El sermón sindical de la montaña

CADA 1 DE MAYO LOS SINDICATOS NOS ACERCAN AL MOMENTO ÁLGIDO DE RECLAMACIONES OBRERAS QUE NOS PERMITAN SER TRABAJADORES/AS DIGNOS, NO TRABAJADORES POBRES

Los sindicatos son imprescindibles en pro de una justicia laboral.

DICEN los exégetas bíblicos que el sermón de la montaña es el mejor compendio de una antítesis de la ley de los poderosos. Dicen que Cristo lo impartió en el monte de las bienaventuranzas. También dicen que está inspirado en esencias esenias, tal vez en pensamientos de Confucio o en enseñanzas de Buda; o quizá simplemente en los sentimientos más nobles y profundos del corazón de un ser humano.

Cada 1 de mayo los sindicatos nos acercan al momento álgido de reclamaciones obreras populares en pro de una justicia laboral que nos permita ser trabajadores/as dignos, no pobres-trabajadores pobres. No sé si sermón sindical de la montaña o pepito grillo concienciador.

La mayoría se debate en ERTE angustiosos con sabor a pre-ERE, pierde empleos para que las empresas no tengan pérdidas, sufre una pandemia como paganos, empobrecidos, contagiados y fallecidos, cierran muchos pequeños negocios y comercios de cercanía€ Son los pobres, los mansos, los que lloran, tienen hambre y están sedientos, los pacíficos, los calumniados, los perseguidos por pedir justicia. Y, mientras esto se va cerrando como soga de ahorcado, las cifras de los beneficios de las grandes compañías multinacionales durante la pandemia son tan escandalosos como ofensivos.

Sólo por citar, los beneficios de las cuatro grandes tecnológicas: Google, Apple, Facebook y Amazon, GAFA en acrónimo experto. Ya iban por las nubes, pero tras la pandemia están desorbitados. Google, en el primer trimestre de 2021, ha obtenido un beneficio de 45.700 millones dólares, el doble que en el mismo periodo de 2020; Apple, denunciada por las otras tecnológicas por abuso de posición, facturó 89.000 millones en tres meses, con un beneficio de 23.000 millones de dólares; Facebook, 9.480 millones, el doble que en el mismo tramo de 2020; Amazon, que facturó 108.000 millones, ganó 8.107 millones de dólares, el triple que el mismo trimestre del año anterior.

Cifras mareantes que podríamos aliviar con la teoría neocón del goteo de estos colosales beneficios hacia abajo. Pero la penuria laboral actual no permite pensar en destilación hacia los de abajo. Lo peor es que, si nadie les para los pies, los beneficios pueden aumentar ad infinitum, porque las reglas del mercado neoliberal más su operativa click y una fiscalidad laxa y/o burlada les permiten pagar en Europa el 5-9% sobre beneficios, cuando usted tiene impuestos superiores al 20%. Esto cuando quieren pagar aquí, porque si deciden irse a paraísos fiscales lo que pagarán se parecerá mucho a una limosna. Sumen el intento de monopolio y, lo que es peor aún, que deriven sus beneficios hacia otras áreas, Google hacia la banca digital y Amazon hacia la telemedicina. ¡Temblad, temblad pobrecitos! Porque los Estados están inermes ante monstruos multinacionales como estos cuatro, cuyos beneficios unidos el año 2020 superaron el PIB de Islandia. Y subiendo.

Me gustan poco los sermones y menos aún si su cumplimiento va a contrapelo social, dominado hoy por ultraliberales y neocones que defienden la guerra frente a la negociación, el individualismo de selva económica frente al estado del bienestar y una oposición total a un reparto más equitativo de la riqueza. Y aquí su bicha son los sindicatos, quizá el último muro social frente a la ambición sin límites. Por esto mismo los escucho y sigo en sus reivindicaciones.

Es probable que aquel sermón de la montaña compendie lo que mejor pueda esperarse del ser humano, pero como en el caso del sermón sindical, no estoy muy segura de que un número suficiente de humanos lo crean así.

nlauzirika@deia.com @nekanelauzirika