Diálogos en la acera

AUNQUE las esperadas lluvias otoñales fueran un invitado un tanto agridulce para los 13.400 atletas que participaban en la undécima edición del EDP Bilbao Night Marathon, la sensación de vida que percibí en la villa fue mayor que nunca, seguramente fruto de la conjunción acera-asfalto sin solución de continuidad. Liberada esta frontera peatón-coche, entre el crepúsculo y la noche cerrada del sábado, Bilbao tuvo alma sin gasolina ni rugidos de vehículos a motor, la ciudad fue un poco más de los ciudadanos, y mucho más amable.

También hubo conjunción entre acera y asfalto auspiciada por los miles de ciudadanos que acudieron a la marcha reivindicativa convocada por Gure Esku Dago, que inundaron Donostia pidiendo una solución política al desafuero que judicatura, legislativo y ejecutivo con toda su fuerza policial están ejecutando contra una buena parte de los catalanes, y me atrevería a decir más, contra Catalunya entera. Me pareció que esta manifestación fue un buen encuentro para, a través de estos diálogos en la acera, tratar de encontrar solución a los desaguisados.

Como usted y como cualquier ciudadana, yo también veo en la pantalla los movimientos que se están produciendo en Catalunya;también los he visto en persona y puedo comparar. El tiempo informativo (en medios estatales) que dan a manifestaciones, marchas y declaraciones reivindicativas pacíficas es infinitamente inferior al plus de pantalla que dan a la violencia, a las cargas policiales, a mostrarnos los destrozos y los incendios… con imágenes repetidas una y otra vez;son ciertos, pero lo anterior también. Ya sé que la noticia surge cuando el hombre muerde al perro, pero la historia grande y la intrahistoria chiquita de este Estado nos muestra que en los dos últimos siglos los poderes fácticos se mueven mal en los razonamientos democráticos y en conjunto en el respeto a los derechos humanos, pero lo hacen como pez en el agua en el mundo de la fuerza contra su propio pueblo, en el del palo y tentetieso, en el campo de la violencia institucional directa o soterrada (GAL et al) y en la maquinación para buscar excusas (herencia inquisitorial) que les permita usar la fuerza bruta contra los que reclaman justicia pacíficamente. Y si no, lo tratan de inventar, como en la atribución a ETA de los atentados del 11-M. Es muy típico de este Estado que te endosen ser el toro que mató a Manolete para molerte a golpes en el cuartelillo;es vox populi más experiencia personal.

Me alegró mucho escuchar hace unos días a un político municipal que pedía ampliar las aceras, reduciendo el asfalto de la carretera, y recordar que las aceras son para uso de personas que se desplazan andando, llamados peatones, no para las bicis, ni para los patines ni patinetes, eléctricos o no. Con el aumento de personas mayores, las aceras verán más sillas de ruedas, más bastones y a muchos mayores andando más lentamente. Y esta lentitud, además de ocupar la acera, tal vez nos permita entablar diálogos con los de la acera de enfrente que estará mucho más cerca o quizá sean tan amplias que se unan sin coches ni fuerza bruta de por medio. No estará nada mal escuchar estos diálogos de acera.

Alegorías de una farola

LAalegoría del paracaidista portaestandarte “embanderolado” de la rojigualda insertándose cual aceituna en una farola urbana madrileña, ¡no vasca ni catalana!, es toda una alegoría de la marcha de su (de ellos) país;más si el “paraca” es miembro de su (de ellos, por supuesto) glorioso ejército en un desfile oficial el día de su (de ellos) patria delante de su (de ellos) rey y ante miles de personas, más aún en el minuto de gloria televisiva y después extendiéndose todavía más entre muchos millones en los miles de memes, tuits y demás medios on line que le han elevado al estrellato, dicho sin ánimo ni deseo maligno alguno de que su “estrellarazo” le hay producido herida alguna.

Posiblemente ya hayan detenido a la farola y esté siendo interrogada en aislamiento en el cuartelillo de la guardiacivil para investigar si en su resistencia pasiva al choque hubo alevosía con premeditación en un acto de delincuencia habitual contra las personas, o si se trató de un acto terrorista de una célula alumbrante no durmiente de farolas islamistas o, mucho peor, de miembros de los CDR o de la CUP en vela farolera permanente con el apoyo de otros pérfidos independentistas y podemitas/os que apagaron la luz para que el del parapente no viera la farola. Si esto así fuera, el juicio sumarísimo con dura condena para la farola es seguro y el riesgo cierto de pasar a la sombra un largo período de tiempo está servido. Pobre farola, ni que fuera de Altsasu o exmiembro del Parlamento o del Gobierno de la Generalitat.

De Altsasu, porque la vergüenza sigue instalada si te consideras un ciudadano/a en un país democrático constitucional y no un miserable vasallo del rey… y de las veleidades de unos jueces con harta frecuencia al “diktak guardiacivilero” … si quieren hacer carrera. El levísimo alivio que el supremo ha concedido a las penas para los jóvenes (algunos, porque uno ni estaba allí) que se pelearon con unos guardiaciviles de camisa blanca impoluta me recuerda al cura consolando a las Doce Rosas (o cualquier otro represaliado/a franquista) frente al paredón de fusilamiento, o a quienes les ofrecían aflorarles las esposas para que no sufrieran, algo parecido a la misericordia inquisitorial de quemarte con leña seca en lugar de hacerlo de manera perversa con madera mojada.

Vergüenza ciudadana democrática al saber por filtraciones nada bien intencionadas las severísimas penas que impondrán esos jueces tan bien amaestrados (eso sí, magistrados técnicamente perfectos que se la cogen con papel de fumar legal) a los Oriol Junqueras y compañeros tomados como rehenes y chivos expiatorios de un proceso que el Estado no sabe ni quiere arreglar ni componer si no es manu militari, que al parecer es lo que muchos desearían. No condenarán por rebeldía como pedía el fiscal y serán benévolos, lo harán “solo” por sedición, con la magnánima misericordia inquisitorial de la leña seca.

Y alegóricamente me acuerdo de la reciente absolución del nieto de Franco, de cuánto-GAL sigue en la cárcel, de los pppsoecorruptosen la calle, de las amenazas permanentes de crisis económica para así aherrojar a las clases más pobres y no cumplir con las pensiones ni con la ley de dependencia ni otras ayudas sociales que prometen en campaña electoral y des-cumplen en su vida política-pública diaria.

¡Ay, Dios santo, si las farolas hablaran!

Cerrado por vacaciones

EL pasado viernes mientras veía las imágenes de grupos de personas en calles y plazas de pueblos pequeños protestando ante una sociedad urbanita que les ningunea, pensé que tenían razón y razones para reclamar, pero también reflexioné que tras ese minuto de atención y gloria de telediario, la España Vaciada lo seguiría siendo porque a la mayoría su existencia les resulta intrascendente. En el Estado español 2.000 pueblos tienen menos de 1.000 habitantes, menos que mi manzana. El 25% de la población mundial habitaba en grandes urbes en 1900;hoy, el 60% de los 7.800 millones de humanos colmeneamos en grandes ciudades. La despoblación del campo camina a marchas forzadas.

“Quedamos pocos y todos mayores;solo los frecuentes funerales nos permiten ver mejor las telarañas del baptisterio”. Pueblos fantasmas de todo el año, excepto en verano. Entonces sí, el agosto de estos dos mil pueblos se ve sorprendido por la presencia de niños en sus calles y mayores en los zaguanes, la taberna abierta y coches aparcados… pero con la caída de la hoja, y no digamos en febrero, ni coches, ni taberna, ni zaguanes abiertos ni por supuesto niños en las calles, como síntoma de su irreversible desaparición;sólo viejos, dicho con todo cariño. Septiembre cuelga el “cerrado por fin de vacaciones” como crónica de una muerte anunciada, el presagio de lo inexorable. Porque quienes se fueron saben que no volverán, golondrinas becquerianas que vendrán de visita, pero no a instalarse en ellos.

He ahí el drama, porque un pueblo no lo conforma un aluvión de veraneantes veraniegos, sino una vida y una forma de vivirla que mucho me temo que haya desaparecido. San Isidro primaveral, san Juan veraniego y san Mateo como su final, san Miguel como recuento de cosecha y san Andrés, santa Lucía, san José, santa Águeda… un santoral cristiano reflejo de las estaciones lunar/solares que acompasaban al ritmo de cultivos, labores y cosechas en la cultura tradicional que marcaba el ritmo de vida de un pueblo;hoy ya solo es añoranza para urbanitas como yo de segunda generación que solo conocimos de visita vacacional el caserío familiar. Ya no formamos pueblo, son turistas y a lo sumo, viajeros visitantes.

Nuestro contacto con el mundo rural es turístico, folclórico o pura anécdota. Lo hemos idealizado como una evasión al paraíso: tranquilidad, relajación… pero nuestra visita-estancia es de pasada vacacional, a descansar unos días, a una fiesta… Su vida ya no es la nuestra, no pertenecemos a su cultura ni su cultura a nosotros. Santos y cambios de estación ya no son nuestra referencia ni marcan nuestro ritmo vital. De hecho el programa Herri txiki, infernu handi me sorprende, porque estando tan cerca, su huerta, sus bueyes, sus anhelos “rurales”… me resultan pura anécdota, ya no forman parte de nuestra vida real/cotidiana urbanita, sino, como mucho, del espectáculo.

Hacen bien y les apoyo totalmente en reclamar servicios, ayudas y trabajo para jóvenes…, pero me temo que estas semanas electorales recibirán tantas promesas como después calabazas. A los dirigentes no parece que les merezca la pena batallar para que no desaparezcan estos centenares de pueblos que apenas les dan un puñado de votos. Su supervivencia no les garantiza su cambalache politiquero. Morirán por inanición y entonces tal vez los echemos en falta, y no solo por las vacaciones.

Castas y costes

SI no curras, no cobras”, es el lema directísimo del cabreo popular contra las indemnizaciones a parlamentarios y senadores que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para formar gobierno, pero sí para subirse el sueldo y cobrar jugosas cesantías o como las llamen bajo frases de camuflaje. Con el final abrupto de la anterior legislatura cobraron por 53 días, 5 de marzo al 28 de abril, los 2.972,94 euros de su sueldo base más sustanciosos complementos;restando los de la diputación permanente, de los 221 con derecho a indemnización lo cobraron 216, sólo renunciaron cinco;a esto sumen que tienen derecho a indemnización “por cese” si han estado más de dos años. Recordemos, el salario mínimo interprofesional son 900€/mes y la pensión mínima de jubilación, 835,80€/mes. Pues bien, con siete meses de diferencia los próceres hispanos repetirán jugada de embolsillamiento;todo dentro del más estricto derecho, esto sí, y además con los mismos paganos de siempre, esto también.

De paso, el soberano “preparao”, como acertadamente le intitula I. Anasagasti, se aplica como los funcionarios el 1,5% de subida a sí mismo y a su camada ascendente y descendente junto a su camarilla cortesana. La subida parece más bien magra si este 1,5% se aplica a un sueldo medio de pongamos 1.500 euros, pero aplicado a los 7.999.040 euros abonados a la casa real la cifra tiene otra enjundia.

En agosto, con vacación y alevosía, la comunidad de Madrid ha aprobado reducciones fiscales que además de mantener la subvención total a sucesiones y transmisiones patrimoniales, rebajará también el IRPF autonómico (un 0,5% menos por tramo) a personas y empresas. El “dumping fiscal” que ya ejercía desde 1995 era evidente, pero estas nuevas reducciones fiscales acercan a los capitalinos hasta los aledaños de “paraíso fiscal”. Pero no a todos por igual, por supuesto, sino a los grandes patrimonios y rentas más elevadas. Estas “rebajas fiscales” de verano no gustan en las Castillas, Asturias o Valencia, porque ellas deben sostener su sanidad, educación y servicios sociales y no pueden rebajar fiscalmente porque no atraen, por ejemplo, empresas y sedes multinacionales bajo el efecto capitalino.

También en canícula veraniega, la Diputación de Bizkaia ha modificado la normativa fiscal para rentas generadas en períodos largos que se cobran en un año fiscal, reduciendo la tributación para que (Brexit duro a la vista) emprendedores y gestores de fondos y startups opten por Bizkaia como ecosistema de emprendimiento. Hasta aquí casi todo bien, si no fuera porque los más beneficiados por su aplicación serán los jugadores del Athletic y el propio club, ya que los peloteros negocian sus sueldos netos y el club paga los tributos, que con esta reforma podría ahorrarse hasta 15 millones €/año. Gipuzkoa, Araba y Nafarroa también querían hacerlo, pero ante las protestas han desistido y en Bizkaia se lo tendrán que pensar.

En todo caso, las modificaciones de porcentajes fiscales propuestos me hacen pensar si no tendríamos que aplicar más la matemática y menos el derecho.

Sea como fuere, mal momento para la lírica de la equidad social. “Como siempre”, me susurra al oído un jubilado con la pancarta preparada.

Nuestra Gota Fría

ENTRE nosotros los episodios septembrinos verano-otoñales (en abril también, pero menos intensos) de lluvia torrencial están instalados en la hablilla popular bajo el epígrafe de gota fría siguiendo la denominación de los meteorólogos de la escuela alemana;es lo que ahora los entendidos llaman DANA, Depresión Aislada en Niveles Altos. Pero que no nos confundan, es llamar bacón a la panceta, tiene la misma grasa y es la misma cosa.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, se asfixia y chamusca en el mismo incendio o se anega en idéntica inundación cíclica estacional. Quisiera pensar que las catástrofes naturales son totalmente impredecibles en su localización espacio-temporal y en la intensidad de su impacto;pero no parece ser el caso. San Francisco sigue superpoblada en el mismo lugar del sismo de 1906 a la espera del siguiente gran terremoto, de modo que sus más que probables consecuencias devastadoras dependerán de cuanto se lo crean los que organizan la ciudad y las precauciones que tomen.

En Galicia legislaron que no podía comercializarse ni pasta para papel ni madera de bosques quemados ni urbanizar esos terrenos incendiados para que la plaga divina de catástrofes naturales en forma de incendios intencionados redujera sus devastadoras consecuencias.

Las inundaciones de agosto-1983 en Bilbao y comarcas del Nervión-Ibaizabal fueron terribles y dramáticas sus consecuencias con 33 muertos y miles de millones de pérdidas. Las lluvias no pueden evitarse pero siempre me he preguntado porqué antes se habían dejado talar a matarasa las laderas del cauce alto, ocupar industrialmente zona inundable y no se mondaba el cauce ni se saneaba la vega o se dejaban tirar maderas, electrodomésticos, muebles u otros desperdicios al río cuando el caudal agostaba. La corriente arrastró todo lo acumulado hasta la confluencia de ambos ríos a la altura de Basauri y en el tapón que se formó con la gota fría se encontraron todos estos restos. La gota fría nos hubiera traído lluvia e inundaciones, pero de agua no de lodo ni esos restos inauditos en un río.

La DANA este año está dejando una secuela de muerte (seis muertos hasta el momento) y destrucción en todo el levante español. Al mismo tiempo, escucho más que sorprendida que los medios presentan esta gota fría como si en verdad nunca antes hubiera ocurrido algo parecido, cuando con mayor o menor intensidad sucede todos los años por estas fechas y en la historia ya se data este fenómeno en tiempos de Jaime I, ¡que ya ha llovido! Pero cuando viajo al litoral mediterráneo observo que como si no fuera con ellos/nosotros, se tala y construye en laderas de ríos, hay vegas de inundación de ríos, arenales, restingas, anteplayas y marismas ocupadas por chiringuitos;veo maleza que atora su cauce y hasta pabellones industriales y casas levantados en riberas inundables de un río que de vez en cuando reclama su dominio de manera dolorosamente destructiva, y cuando el río va seco hasta se dibujan parcelas de aparcamiento. Un conjunto de despropósitos que pagamos todos en vidas y bienes cuando la “imprevista” gota fría de cada año nos deja helados y muy mojados. Y el cambio climático lo podrá agravar, pero no es el culpable de la imprevisión y desidia.