«Ostras, ¿qué ha pasado?»

De acuerdo, me dejaré de sarcasmos, ya que tanto parecen molestar a los infantes que estos días disfrutan —la mayoría, desde la distancia— de Independilandia, el parque temático del secesionismo de mucho lirili y ningún lerele. A cambio, solo pido que no vengan con la chufa esa de “Si no ayudas, no estorbes”. Hay que tener el rostro de titanio para soltarlo en pijama.

Lo que vengo a decir es que me parece altamente razonable que de aquí a unos años se culmine el procés. ¿Cuántos? No lo sé calcular. Es verdad que la Historia se acelera a veces, pero cuando ocurre o está a punto de ocurrir, se nota. Ahora mismo, lo más que podemos conceder es la aparición de determinados elementos que podrían ir orientados hacia el buen camino. Hablo, concretamente, de una amplia base social dispuesta a movilizarse, de unas formaciones que han dejado de hacerse la guerra subterránea en pro de un objetivo común, y de otra cosa importante: poco a poco se va instalando el relato de la probabilidad y/o posibilidad. Tirios y troyanos empiezan a intuir que esto ya no es una ensoñación difusa.

La mejor forma de joderlo, opino, es venderlo para mañana, cuando se sabe que queda un rato, porque entonces habrá que hacer frente a un enemigo tan duro como Rajoy: la frustración. Si les parezco sospechoso, vean lo que afirma Benet Salellas, de la CUP: “En este país no hay estructuras de Estado preparadas”. O atiendan a Marta Pascal, coordinadora general del PdeCat, que todavía es más clara: “No ha habido reconocimiento internacional y mucha gente piensa: ‘¡Ostras!, ¿qué ha pasado aquí?’. Hemos dado por fácil una cosa que no era tan fácil”.

4 comentarios en ««Ostras, ¿qué ha pasado?»»

  1. ¿Recuerdamos cuando López insistió en ser lehendakari con un 45% de votos válidos?*

    Al final se dio un sopapo de realidad inmenso. Pues resulta que el procés catalán también está en cifras así. Es una mayoría parlamentaria, pero no una mayoría social tan incuestionable.

    Muy, pero que muy lejos, de lo que haría falta para una ley de claridad estilo canadiense. ¿Es suficiente para ponerlo todo patas arriba? Teniendo en cuenta la recentralización que nos vamos a tener que tragar… y que costará horrores deshacer…

    NO.

    *Un 40,5% si contamos los votos de Batasuna. Curiosamente la suma de Podemos+PSOE+PP+Cs también da una cifra muy cercana al 40% en 2016. Los bloques, a la postre, no varían tanto.

  2. Es que no se pueden mezclar las cosas. Una cosa es que ahora el secesionismo haya incurrido en un gigantesco error de cálculo, en un ejercicio simplón de voluntarismo y que no tuvieran nada trabajada de verdad la anhelada República, y otra cosa que el tema haya acabado o que, como piensa demasiada gente en España, ya haya triunfado el Estado liderado por el hábil Rajoy.

    Queda mucho partido. Y el principal problema es que todos estamos instalados en una lógica de eso, de partido de fútbol, en lo que se trata de ver quién derrota a quién. Los hooligan de un lado y otro lo viven con apasionamiento y dramatismo y el resto con curiosidad e incluso entretenimiento viendo las jugadas y estrategias de ambos “equipos”; cómo tiran unos el fuera de juego o cómo duermen otros el partido, etc, etc.

    Nadie aborda un esquema de soluciones. Así que humildemente me atrevo a hacer un planteamiento que si no es de solución sí lo podría ser de canalización o de desbloqueo y luego ya veremos. Como en todo conflicto, es algo que no va a contentar del todo a ninguna de las partes, ya que tiene “peros” para ambas, pero creo que respeta sus respectivas líneas rojas.

    Me refiero a negociar un referéndum legal, bendecido por el Estado y con todas las garantías en Catalyuna pero que en caso de salir sí a la independencia, debería ir seguido de otro referéndum en el conjunto de España para ratificarlo.
    El Estado no puede esgrimir que se vulnera la soberanía nacional y se queda la última palabra pero se obliga a dar cauce a la expresión de la voluntad de los catalanes al respecto.
    Los independentistas consiguen su referéndum, la expresión de su ciudadanía con plenas garantías. Por supuesto que no les gustará que después tenga que ratificarlo el resto de España pero…es que es lo que hay. Catalunya sólo será soberana en exclusiva cuando ya esté fuera de España. Y para salir de España necesita que España esté de acuerdo. Me dirán que entonces no cambia nada y que estamos donde estábamos porque en España nunca se ratificará eso. Bueno, ya veremos. Ya veremos también qué pasaría si el resultado en Catalunya fuera abrumador a favor de la independencia.
    Pero, en todo caso, incluso si en España se vota no a la salida de Catalunya, ellos ya tendrían el pronunciamiento legal y con todas las garantías, de la ciudadanía de Catalunya. Tendría una nueva baza muy poderosa y estaríamos en otra ventana del juego.

    Y, sobre todo, que un esquema de este tipo….propiciaría el cambio de dinámica de confrontación y abriría espacio al diálogo y a la política y de ahí a lo mejor surgía algo. Se podría marcar un año o dos como plazo para la realización de esos referéndums y mientras tanto trabajar en ese reforma constitucional que ofrezca otro marco a los catalanes para quedarse en España y que se decidiría también en ese referéndum.

  3. Casi siempre comparto tus juicios, incluso tus sarcasmos, pero es verdad que lo de ya lo decía yo, y la maldita equidistancia nos molesta un poco a los vasquitos que admiramos la valentía de esta gente y su apoyo social, que para aquí querríamos. Seguro que estás de acuerdo con que desde aquí lecciones las justas, así que menos loas a la vía vasca, que no se diferencia de la que ellos intentaron frente al mismo muro que nos encontramos nosotros… y nos volveremos a encontrar por mucho diálogo y bilateralidad que esgrimamos poniendo cara de buenos. Un abrazo.

  4. No estamos para dar lecciones a los catalanes,pues cuando Madrid dió portazo al Plan Ibarretxe todos sabemos lo que pasó.Y no es para estar orgullosos,desde luego.Un Referéndum acordado sería lo mejor,pero eso es sencillamente imposible,por la negativa estatal,sea quién sea el que gobierne en ese momento.Sólo hay imposición,por lo que la bilateralidad no existe,ni existirá.

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