«¡No seas cabezón!»

Podría haber sido una canción de Pimpinela o una de esas rancias Escenas de matrimonio de José Luis Moreno. El vicepresidente segundo del gobierno español y la portavoz del mismo ejecutivo, que además es titular de Hacienda, discuten con profusión de aspavientos en los pasillos del Congreso de los Diputados. En un momento de la agria disputa, los divertidos testigos escuchan claramente como María Jesús Montero espeta a Pablo Iglesias: “¡No seas cabezón!”. Y sí, luego han venido los voluntariosos esfuerzos por quitarle hierro a la gresca: que si pasa en las mejores familias, que donde hay pasión saltan chispas, que la bronca era entre dos personas que se aprecian y se respetan… Pero es un secreto a voces que el gabinete bicolor del Doctor Sánchez es un campo de batalla permanente donde llueven las bofetadas cruzadas, las zancadillas o directamente las deslealtades.

¿Algo por lo que preocuparse? Me consta que hay aprendices de Nostradamus vaticinando que en cuanto queden aprobados los presupuestos, el pasajero del Falcon le dará la patada al residente en Galapagar. Sinceramente, no lo creo. Por muy enemigos íntimos que sean, por ganas que se tengan, PSOE y Podemos disponen de la mejor argamasa para mantener su sociedad a la fuerza por un tiempo largo: la torpe oposición de PP, Vox y Ciudadanos.

El DNI

En una conversación en Twitter que seguramente nunca debí iniciar con el diputado de ERC en el Congreso español, Gabriel Rufián, un espontáneo preguntó qué hace a una persona vasca o española. Alguien menos primaveras que yo habría hecho un quiebro, comprendiendo que 140 caracteres no dan para responder a algo así. En mala hora, simplifiqué: “El DNI, la legalidad que tienen que acatar, etc. Cuatro bobadas de ná”. Y ahí me caí con todo el equipo, porque Rufián  —me imagino que sonriendo— aprovechó para soltar el zasca con el que hoy, por desgracia, se fumiga cualquier posibilidad de diálogo. Gran polemista, enorme ventajista con sus casi 100.000 seguidores, me aplastó tal que así: “El DNI @Javiviz? Eres un grande. Gracias de verdad. Que no se pierda ese «pero q pone en tu DNI?» xf”. Mantengo la literalidad, incluyendo mi nick y la peculiar gramática tuitera.

Me quedo, qué remedio, con las hostias como panes que todavía sigo recibiendo de troles y believers rabiosos. Sin embargo, ante ustedes, que en su mayoría me conocen y saben que no cojeo precisamente de unionismo despendolado, reitero lo esencial de mi respuesta. Si todo se redujera a una cuestión de sentimientos, no habría ninguna discusión. A efectos prácticos, estamos marcados por la legalidad que debemos acatar. De hecho, salvo que esté totalmente confundido, se lucha por tener una legalidad propia que refleje y convierta en real lo que se siente. Y dará mucha risa lo del DNI (I, de identidad, por cierto), pero a día de hoy, si tenemos caducado ese papelito plastificado, no nos dejan ni recoger un paquete en Correos. Imaginen el resto.