No está todo escrito

Ha estado vivo Joseba Asirón al poner por la tarde el pleno de constitución de la nueva corporación municipal de Iruña. Para entonces se sabrá qué ha pasado en la mayoría de los demás pueblos de la Comunidad Foral y quizá quepa un movimiento in extremis para evitar que la vara de mando vuelva a manos de Enrique Maya. Como salga medio bien la jugada, la autoridad electoral competente tendrá motivos para imitar a las contiendas deportivas e imponer que en lo sucesivo todos los plenos inaugurales se celebren simultáneamente y sin posibilidad de saber qué ocurre en el resto de estadios, o sea, de ayuntamientos.

Con todo, la diferencia horaria de Iruña va a ser una excepción. La suerte de prácticamente todos los demás consistorios se va a dilucidar mañana por la mañana. En el caso de la demarcación autonómica, es cierto que el pacto-ómnibus entre PNV y PSE le ha restado mucha emoción al asunto, pero aun así, hay una docena de localidades donde las espadas siguen en alto. Espadas cruzadas y contradictorias, por demás. EH Bildu, que ha mostrado su enfado por la falta de respeto a las listas más votadas allá donde el binomio PNV-PSE les puede arrebatar los gobiernos, no tendrá empacho en actuar a la recíproca en los lugares donde le alcance la suma con Elkarrekin Podemos y/o las plataformas independientes. Es más: no es descartable que la coalición soberanista y los jeltzales, en un doble tirabuzón que encabritaría a Alfonso Alonso, se asocien para dejar al PP sin Laguardia y Labastida. No sé si me divierte o me espanta que casi todos los casos, por incoherentes que parezcan, vayan a ser perfectamente argumentados.

Los dietistas

Ni la Dukan, ni la del iris, ni la de la piña. La auténtica dieta milagrosa, que a diferencia de las anteriores no sirve para adelgazar sino para echar michelines económicos, es la del culo y las sillas. Consiste en aposentar el primero en tantas de las segundas como se sea capaz al mismo tiempo. No vale, claro, cualquier taburete, banqueta o escañil. Deben ser nobles asientos de Consejo de Administración de empresas públicas o parapúblicas. Por lo mismo, tampoco sirve un trasero corriente y moliente de currela, pensionista o parado. Han de ser genuinas nalgas de político o política, con la justa distribución de magro y grasa que las hace especialmente idóneas para sentadas de larga duración. Es la combinación de ambos factores la que arrojará resultados espectaculares.

Si buscan pruebas de la efectividad, pregunten en Navarra, donde el método está haciendo furor, a tal punto, que hay quien propugna que se le conceda rango de foralidad. Hay motivo. Que se sepa, por lo menos tres prohombres del Viejo Reyno —Miguel Sanz, Álvaro Miranda y Enrique Maya— y una promujer —Yolanda Barcina— han visto cómo sus cuentas corrientes han engordado un congo gracias a una disciplinada realización de los ejercicios propuestos.

No crean que hablamos de calderilla. Sólo por dejar que sus posaderas acaricien de tanto en tanto el cuero de los sillones del Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de Navarra, las egregias personalidades citadas se han levantado una media de 60.000 euros anuales. A sumar, por supuesto, a los jugosos emolumentos que cobran por sus respectivas actividades… y otras pedreas que, de momento, permanecen en la oscuridad.

¿Que si es legal? Mejor todavía: es “totalmente ético”, en palabras ofendidas por la duda del plusdietista Miranda, que aun añade: “Yo soy un trabajador. Ser político no significa que no tenga que llevar un sueldo a casa todos los meses”. Lloren.