El pasado domingo se celebró el Día Europeo del Enoturismo. En Euskadi tenemos la suerte de tener varias rutas de vino donde elegir y además muy diversas entre ellas. Una con mucha solera y que a mi me encanta, es la de Rioja Alavesa. Todas las épocas del año tienen algo que hace que estos parajes te atrapen. El otoño quizás sea en este rincón alavés la estación más romántica. Después de la exuberancia y el apogeo de la vendimia, llega el momento de la calma. La vid poco a poco se va preparando para dormir una larga temporada, comienzan a aparecer los tonos ocres, los rojos otoñales, marrones intensos que hace que no puedas dejar de contemplar este paraje.
Esta bonita postal lo conforman 13.500 hectáreas de viñedo y cerca de 400 bodegas, casi todas de origen familiar. Estas medias y pequeñas producciones transforman el paisaje y ¡lo hacen único! Son como balcones de formas ondulantes que rodean a las bodegas.
Lo mejor es perderse por sus estrechas carreteras, a cada paso encontraréis panorámicas como esta y os toparéis con todo tipo de diseños y arquitecturas incrustadas en el paisaje de manera casi magistral. ¡Imposible elegir una! Todas tienen algo especial.
No es casualidad que en menos de 315 km2 de superficie haya tan grandes bodegas y vinos. Estamos en un lugar privilegiado para el cultivo de la vid. Muy importante es el suelo. Nos encontramos en tierras de arcilla-calcárea, es de las mejores para que las cepas puedan absorber la humedad que necesitan. El hecho de encontrarnos al abrigo de la Sierra de Cantabria hace también que este lugar este protegido de los vientos del norte. Y claro está, no podíamos olvidarnos del buen hacer de sus gentes y su larga historia vinculada al vino.
Y es que en este lugar ha habido vida casi desde que el mundo es mundo. No os podéis perder el Dolmen de la Chabola de La Hechicera (Bilar). ¡Es increíble lo bien conservado que esta! La galería está compuesta por 5 losas mas las de cierre. Desde cualquier punto se divisa casi la forma original. En las excavaciones se encontraron numerosos objetos, además de restos humanos: hachas, trozos de cerámica, aros… Un lugar de culto, funerario,… quien sabe,… aquí es fácil dejarse llevar por la imaginación.
Una larguísima historia vinculada desde siempre al vino. En pocos sitios del mundo encontraréis una cultura vinícola tan profunda, larga y continuada en el tiempo. Las bodegas subterráneas de época medieval de su capital, Laguardia, los guardavíñas que salpican el territorio e infinidad de detalles relacionados con la vid dan fe de ello.
Aquí la variedad reina para los tintos es la tempranillo, el rosado se elabora con garnacha tinta y el blanco con viura. Pero quizás los vinos más afamados e internacionales sean los tintos de uva tempranillo, variedad autóctona, que en ocasiones se redondean con uvas como la graciano, también de origen local. Una de las grandes peculiaridades de los vinos de Rioja Alavesa es que sus jóvenes se elaboran mediante la forma tradicional de maceración carbónica. Un método que solo se da aquí y que cada día tiene más adeptos. Una forma de elaboración utilizada durante generaciones que le aporta unos aromas especiales y muy característicos. La gran diferencia es que los racimos fermentan enteros en los depósitos, cuando lo habitual en todo el mundo es que solo lo hagan las uvas, sin el raspón.
Terminamos nuestro bonito recorrido tomando ruta hacia la cara más montañosa de este paraje. Vamos a subir el Puerto de Herrera para dirigirnos a Urizaharra (Peñacerrada). Aquí os encontraréis con una de las mejores panorámicas de este lugar, se trata del Balcón de La Rioja. Siempre que me acerco a este rincón del sur de Álava, no puedo resistir la tentación de subir por la carretera comarcal A-2124 de curvas imposibles para deleitarme con esta estupenda panorámica. ¡Sin duda que merece la pena! A nuestros pies aparece la inacabable llanada de colores ocres, salpicada a cada rato de pueblecitos rodeados de viñedos.
Nada hace pensar que a pocos metros el paisaje se tornará en monte y bosque. Urizaharra pertenece a la Cuadrilla de Campezo-Montaña Alavesa y ¡se nota! Aunque no esté dentro de Rioja Alavesa, os recomendamos que os paréis a conocer este precioso manantial. Desde las profundidades de la tierra surge el Linares. Se encuentra dentro del recinto de la casa rural «Errota» que como su nombre sugiere alberga un molino. En la planta baja además tienen una panadería artesanal, otro motivo más para pararse en este tranquilo lugar de montaña. www.nekatur.net/errota
