En el Parque Natural de Urkiola nos detenemos en las cuevas de Baltzola, rocas y cuevas esculpidas por el viento, el agua y el tiempo. Estamos en el valle de Arratia, cuentan que aquí vivían los antiguos hombres del Neandertal. Hasta nuestros días han llegado historias seguramente sobre este homínido del que hoy se sabe es uno de nuestros antepasados.
Ftos: Iker Eraso Más Info: www.urkiola.net
Es fácil imaginar que aquí antaño hubiese vida. En el Paleolítico Medio el frío era el gran protagonista de muchas zonas de Europa, pero en este rincón de Bizkaia la temperatura era algo más elevada. Este hecho, unido a que este lugar era parada de los animales, hace que este sitio se convirtiese en el sitio ideal para la vida en la era del hombre del Neandertal.
Prueba de ello es el gran número de restos hallados bajo el abrigo de la roca de Axlor (Axlegorpe o Axlegor), no en vano estamos en uno de los yacimientos más antiguos de Bizkaia.
Su cultura era la Musteriense que nació hace unos 200.000 años y pervivió hasta hace unos 40.000 años (30.000 en algunos lugares del sur de Europa, como este). Estamos además en uno de los pocos yacimientos de la península donde se encontraron restos humanos neandertales y piezas dentales. Los habitantes de Axlor eran cazadores muy eficaces que abatían presas de gran tamaño y probablemente peligrosas como los bisontes adultos.
La caverna, de grandes dimensiones, está compuesta por un gran dédalo o laberinto de galerías que forman varios pisos. En el interior de la cueva discurre un río que vuelve a surgir en el Puente de los gentiles o Jentilzubi.
“Jentilzubi” o Puente de los Jentiles es un arco natural, resto de una antigua galería de la cueva, fruto de la erosión. Cuentan las leyendas que el arco fue tallado por unos seres mitológicos, llamados los gentiles. Eran seres de grandes dimensiones que según se contaba vivían en los bosques y cuevas vascas y se entretenían tirando piedras de grandes dimensiones de un lado a otro. De hecho, se pueden encontrar muchas leyendas de estos seres en toda la región, quién sabe si son reminiscencias del recuerdo de cuando aquí habitaba el hombre de Neandertal.
Este pequeño valle esta regado por el arroyo Baltzola. Siguiendo por el valle damos con caseríos antiguos, ferrerías, puentes de piedra,… aquí la vida ha transcurrido durante milenios hasta nuestros días.
Una de las paradas obligatorias, muy cerca de las cuevas, es la antigua ferrería de Olabarri, situada en el barrio de Olalde. La fuerza del agua de este lugar movía la rueda para crear energía.
Bajo la peña que domina el barrio de Indusi se halla la ermita de San Francisco de Olabarri «San Fraisku», tiene el honor de ser la más grande de la localidad.
No podemos resistir la tentación de tocar la campana! Y desde aquí ponemos punto y final al agroviaje a la era del Neandertal!