Estamos en el corazón de los Altos Pirineos en Francia. Luz Saint-Sauveur es uno de esos pueblos pintorescos que ha sabido preservar sus tradiciones y su precioso paisaje de montaña. En invierno y principios de primavera este rincón se llena de esquiadores en busca de pistas donde dejarse deslizar. Toda una joya pirenaica!
Más info: www.luz.org/es
Dejamos atrás Lourdes, atravesamos el amplio valle de Argelès-Gazost bañado por el río Gave de Pau para finalmente adentrarnos en el valle que llega a Luz. Por el camino nos encontraremos pequeños pueblos colgados de las laderas, salpicados de encantadoras casas de piedra y tejados de pizarra que miran a la montaña. Os recomendamos que toméis alguna de las carreteras que suben a estos pequeños pueblos. Allí os encontraréis con vistas como estas.
A pesar de lo profundo de estos valles, se encuentran a una considerable altura. Luz, por ejemplo, está a más de 700 metros.
Luz Saint-Sauveur no solo es el punto ideal para los amantes del deporte rey de invierno, el esquí. También esta repleto de preciosas casas e iglesias. A cada lado que miremos encontramos la típica arquitectura de montaña. Y es que este lugar ha sabido conservar muy bien su patrimonio.
Su iglesia de los Templarios es una buena muestra de ello. A pesar de su nombre poco tiene que ver con los misteriosos caballeros. Se trata de una bonita iglesia amurallada del siglo XIV. Se construyó para defender el pueblo contra los ataques de los migueletes que procedían de Aragón y que invadían el valle por el sur.
Otra obra de interés es este puente construido por Napoleón III que además esconde una bonita historia. El emperador regaló esta construcción a la población de Luz Saint-Sauveur después de que su mujer se quedara embarazada durante su estancia, ya que no conseguían concebir un bebé.
Pero por lo que sin duda este lugar atrae a más gente es por sus pistas de esquí. Qué mejor plan que dejarse deslizar por sus más de 60 kilómetros! Estamos en Luz Ardiden, es la estación de esquí del Valle de la Luz. Tiene unas cotas que van desde los 1.680 metros de la silla de Bederet hasta los 2.500 del Col de Cloze. Además las pistas francesas están subvencionadas, así que el forfait nos sale algo más barato que en la Península.
« Hermosa villa (…) deliciosamente ubicada en un valle pirenaico de forma triangular, recibe tres fuentes de luz. Tres grandes rayos de sol la iluminan por los huecos que dejan las tres montañas que dominan la población. Cuando los migueletes, mercenarios aragoneses, los mercantes y los contrabandistas procedentes del sur se acercaban desde la Brecha de Roldán percibían al salir de las gargantas oscuras el sol que iluminaba el valle como la puerta de un sótano asomada al exterior. Se apresuraban entonces y alcanzaban aquella preciosa villa bañada por el sol. Y la llamaron Luz… »
(Victor Hugo, Viaje al Pirineo)