Desde que empecé a trabajar como veterinario hace 25 años, han sido innumerables las ocasiones en las que otras personas me han comentado que les hubiera gustado trabajar veterinarios. Por diversos motivos esta aspiración se había frustrado.
Sin embargo, las estadísticas hablan de que es la profesión con un mayor índice de suicidios. El colectivo sanitario, en general, es proclive al suicidio, pero en el caso del veterinario, es dos veces más alto que el médico y cuatro veces mayor que el resto de la sociedad. La asociación veterinaria inglesa, lo achaca al lato nivel de stress en el trabajo, y también al acceso y familiaridad con fármacos eutanásicos.
Pero ese stress laboral, no es percibido por la población en general, que solo ve la relación romántica con los animales. En general, creo que este se genera por la relación triangular entre el veterinario, el paciente y el propietario del mismo. Nuestro papel, en muchas ocasiones sufre un pinzamiento entre los deseos y aspiraciones de uno, y la situación personal, el código ético y las circunstancias del segundo. La implicación emocional que supone este pinzamiento provoca que además, de forma involuntaria, una de las partes traslade parte del peso de la responsabilidad sobre nuestros hombros.
Siempre tratamos de simplificar nuestro código de trabajo para hacerlo más comprensible. Y así, sobre todo, intentamos alejar el sufrimiento de ambas partes por encima de todas las cosas. En ocasiones, cuando todos los caminos se han agotado, la consecución de este objetivo nos lleva irremediablemente a la eutanasia.
IAS
P.D.: Priorizar la calidad de vida y disfrute del animal, paliar el dolor en todo momento, y hacer una medicina paliativa por encima del tiempo de supervivencia, son CONSENSUADOS con los dueños, los objetivos de nuestra clínica. Dedicado a ellos.
Acabo de quedarme petrificado. En serio?
No tenía ni idea. Y pensar que de niño desee ser veterinario…ufff…menos mal que al final escogí otra profesión.
Curso de Manipulador de Alimentos
Esto no puede ser en serio. No sé en qué se habrán basado para obtener dichos datos.
Es una profesión maravillosa la de veterinario.