Estuvieron los tres. Basagoiti por el PP vascongado. Nuñez Feijoó por el PP gallego y Alicia Sánchez Camacho por el catalán. Era un acto de la campaña catalana, y venían a decir que ellos son la Galeuzka española confiable. Es decir una especie de confederabilidad sin calorías. Coca Cola light, cerveza sin alcohol, huevos sin colesterol, pan sin sal… Lo predecible. Lo bueno para España en una España del café para todos. Eso sí, sin cafeína.
Fue un acto de campaña del partido popular bastante sonado para convertir una opción legítima como es Galeuzka en una caricatura. En algo risible, en algo sin mordiente, en algo no reivindicativo ya que ellos, al formar parte de un PP español, no solo se ocupan de lo suyo, sino de los intereses generales, no como esos aldeanos del PNV, ClU y el Bloque, que solo se miran al ombligo.
Pero resulta que la Constitución española apostó por la reivindicación de las nacionalidades históricas ya que éstas habían logrado su autonomía en los años republicanos y tenían ese plus, un plus que el PP en Valencia, en Andalucía y en Baleares, lo quiso para sí para echarle millones de metros cúbicos de agua al buen vino.
En este acto no podía faltar la frase histriónica del líder del PP vascongado reivindicando un pacto en Catalunya, entre el PP y el PSC con la sólida argumentación de que en la campaña vasca ocurrió exactamente lo mismo. Es decir, Patxi López se dedicó durante toda la campaña a negar ese posible pacto para, la misma noche electoral, anunciar que se iba a producir. Mintió deliberadamente y es lo que Basagoiti acaba de poner una vez más de manifiesto. Con semejantes amigos no hacen falta enemigos. Pero ahí está. ¡Y que viva! la ética, la estética, la sindéresis, la moral y buenas costumbres, el respeto a la verdad y la lealtad política a Tahúres haciendo política.
De una mentira nació en Euzkadi el pacto PP-PSE. De otra mentira surge la afirmación que el PP es el defensor del Concierto Económico vasco. De una evidencia se constata que el PP es más franquista que Franco al negarse que el dictador deje su sueño eterno en el Valle de los Caídos. Pero eso es lo que hay. Y el PSE feliz. El mismo PSE que se lava las manos como Pilatos ante lo que está sucediendo en el Sahara. Que el ciudadano anote.
De ahí que no me haya extrañado nada que ahora surja la Galeuzka española.
¡Señor, señor, qué paciencia hay que tener con usted, Senador!
¿Podría recordar y recordarnos cómo, cuándo y por qué entró Irujo en el gobierno de la II República?
¿Podría recordarnos qué parte del actual País Vasco tenía bajo su control el lehendakari Aguirre cuando tomó posesión del cargo?
¿Podría recordarnos qué parte de la población del País Vasco ya no estaba en el ámbito gestionado por el lehendakari Aguirre al inicio de su mandato?
¿Podría explicarnos la lógica política de declarar una República Vasca cuando no se tiene el control del propio territorio?
Y si vamos a hablar de Cataluña no se le olvide comentar el golpe antirrepublicano del Sr. Companys en 1934.
Luego añada lo que pueda sobre Galicia.
Oiga, senador, que aquello fue una guerra civil, que había vascos en los dos bandos, sólo que los que estaban en el de la República, además la boicoteaban bastante, ¿no lo recuerda?
¡Señor, señor, qué paciencia hay que tener con usted, Senador!
Saludos.
Vamos, senador, a escribir sobre ESAIT. A qué espera? Este anno tampoco hay partido.
Vamos, Anasagasti, súmese a Deia, Gaceta de Ávila, póngase a hablar de foot-ball y aproveche para meterse con los independentistas mientras guarda silencio ante el voto de su grupo ayer en las Cortes Generales a favor de bajar las pensiones el anno que viene.
Cómo es que DEIA no dice nada de esta bajada que apoya el PNV y Zetaparo? Como es que Erkoreka no acude ahora a Sabin Etxea a hcerse una foto con Urkullu y nos explica entre risas triunfales lo de la bajada de las pensiones acordada por el PNV y el PSOE?
JE, JE.
Señor Anasagasti le recuerdo que Málaga fue tomada por vascos franquistas, y que antes del intelectual de nivel universal Sabino Arana hay ríos de historia.
Y por favor, aprenda euskera.