Agenda de un Senador (10)

Jueves, 08 Diciembre de 2011

No sé por qué dice la Constitución que vivimos en un sistema de Monarquía Parlamentaria – El viejo tenía razón – Políticos vascos ágrafos – Se trabaja igual en el Senado – La familia realírreal, no existe.

Llevamos años con una realidad europea estancada. Los nacionalismos exacerbados de los estados europeos no dejan se forme una verdadera Unión Europea. No hay opinión pública europea, ni mucho menos una política económica, exterior y de defensa común. Mientras en Estados Unidos tienen la Reserva Federal de gran bombero, aquí no tenemos algo parecido que hubiera atajado inmediatamente la crisis griega. Y éste es el quid de la cuestión.

Hoy todos saldrán de la reunión cantando el aleluya. Un parche más. Importante, pero parche a fin de cuentas. Falta lo sustancial. Una unión política e institucional. Y mientras esto se dilata en el tiempo y no ocurre los países emergentes nos ladran en la cueva. China, India, Brasil… dentro de poco nos darán sopas con honda y con onda.

España, según su Constitución, es una monarquía parlamentaria. Destaco lo de Parlamentaria. Sin embargo el Parlamento lleva tres meses fuera de juego. Toda la información gira hoy en las reuniones de Zapatero con Rajoy así como en el hecho de que el actual presidente del gobierno español llevará la política consensuada con el PP. Que yo sepa el PP no es todo el Parlamento. Lo es de forma mayoritaria, pero existen otras fuerzas representativas que son excluidas a la hora de cualquier consenso. Nadie dice nada y no sé para que existe la Diputación Permanente y en período hábil la Comisión Mixta Congreso Senado de la Unión Europea. Zapatero o el Secretario de Estado podía habernos convocado a todos informalmente para aunar posturas. Nada de nada. Todo gira alrededor de la pareja Rajoy-Zapatero y dentro de poco, ni eso. No han asumido en serio la cultura democrática de la diversidad y de la confrontación de ideas. El consenso es el rodillo. Y todos los medios aupando este repentino enamoramiento a dos.

Cuando una clase política desconoce las reglas del juego, cuando las irrespeta de forma tan flagrante, cuando se identifican en la pluralidad como sistema parlamentario pero solo hablan de lo que hace el ejecutivo, es normal que las nuevas generaciones no crean en esta forma de hacer política, pero es lo que hay. Y no viene una regeneración sino mucho más de lo mismo.

De ahí que me ha llamado la atención que en Alemania, el anciano canciller Helmut Schmidt, que tiene 92 años y es un político respetado y admirado le haya cantado las cuarenta a su sucesora Ángela Merkel.

Schmidt tuvo el honor de inaugurar un congreso de su partido que se inició en Berlín con un discurso de una hora de duración, donde advirtió que Alemania corría el riesgo de quedar peligrosamente aislada del resto del continente si trataba de imponer sus ideas al resto de sus socios europeos.

“Quien no entienda los motivos originales de la integración europea, carece de los requisitos indispensables para solucionar la actual y precaria crisis europea”, señaló el ex canciller, al referirse a la gestión de la actual jefa del Gobierno alemán. “En los últimos años se ha generado una gran duda sobre la discontinuidad de la política alemana y la confianza en la política germana está seriamente dañada”, añadió.

Para el veterano estadista, que cosechó una larga ovación cuando puso fin a su discurso, el único camino para superar la crisis actual es trabajar por acelerar la unidad de la casa común europea y recordó que la reconstrucción de su país no habría sido posible sin la ayuda de Occidente.

“Por eso, necesitamos un corazón compasivo con nuestros vecinos y socios y, sobre todo, con Grecia”, dijo al destacar que los excedentes de exportación de Alemania son en realidad el déficit de otros países euro­peos. “La crisis del euro es el resultado de la frívola palabrería de políticos y medios de comunicación”, insistió al sostener que el euro gozaba de mayor estabilidad que el dólar y el marco alemán. La clase magistral de solidaridad e historia ofrecida ayer por Helmut Schmidt impactó a los delegados del congreso y a una pequeña multitud estimada en más de 9.000 personas que llegaron hasta el recinto para escuchar el discurso del veterano estadista.

Tiene toda la razón el viejo político. Y a mí me gustaría que en Euzkadi y en España, una voz como la de Schmidt se pudiera escuchar. Y quien mejor podría darla sería Xabier Arzalluz en Euzkadi, el redactor de la ponencia política del PNV en 1977 y que avistó la Europa que venía y la que debería venir. No entiendo como todo ese inmenso capital político acumulado en vivencias, experiencias, lecturas, viajes y reuniones se dilapide de esta manera y me parece bien que los partidos serios, como el SPD alemán abran su congreso escuchando a la voz de la experiencia. Lo mismo en Catalunya con Pujol y en España con Felipe González. Pero nada de esto se hará. La experiencia no es un grado, sino un estorbo.

De ahí que el libro de Memorias del Lehendakari Ardanza sea una gota de agua en un océano. Es lo único que hay en la actualidad en el mercado vasco sobre experiencias políticas y humanas. Libro demasiado resumido para mi gusto y demasiado centrado en lo que supuso la violencia de ETA, pero un muy interesante aporte. Ojalá Ardanza hubiera estado desde el domingo al jueves en la Feria firmando libros y hablando con la gente, mañana y tarde. Con cercanía. Solo estuvo un día. Demasiado poco. Ardanza tiene que hacer labor pedagógica y explicativa de lo que fueron aquellos años de crisis política, institucional, de valores, económica y de conculcación sistemática de derechos humanos. Y eso no se aborda con estar en la Feria dos horas. Y no lo digo como crítica sino como deseo de un mayor protagonismo de quienes han liderado este país en el pasado y se les supone hablan desde el deseo de mejora y no del cálculo político y personal.

Porque ¿qué libros tiene un joven vasco hoy para ilustrase?. Muy pocos. En novedades unas reflexiones del político valenciano del PP Esteban González Pons, las explicaciones flamígeras de Jiménez Losantos, las memorias del fiscal Gordillo, un libro de Pilar Urbano sobre el rey, y una biografía de Rajoy. Estas son las novedades que nos venden en las librerías de la Gran Vía. Solo el libro de Ardanza rompe el maleficio.

Y dos llamadas que tuve. Una de El Mundo. Querían saber si en el Senado se trabaja menos que en el Congreso. Pues no, le dije. Lo que pasa es que el periodismo español es de chascarrillos y comodón. No hay un periodismo parlamentario serio. Los periodistas del Congreso no se mueven de la Carrera San Jerónimo de no ser que el presidente del gobierno acuda al Senado. Y eso no es periodismo ni profesionalidad porque el verdadero periodista es aquel que está donde se produce la noticia, y no donde está él. Y el Senado, con la misma capacidad de control del Congreso produce multitud de noticias que son volatilizadas porque no son contadas nunca. Y eso crea opinión. De ahí la impertinencia de la pregunta que me hizo.

Y la otra es sobre ese rumor que empieza a circular sobre una posible decisión del rey de sacar de la Familia Real a sus yernos. Al periodista de Servimedia le dije que no sé cómo no está todavía imputado Iñaki Urdangarín y a lo que me preguntaba le contesté diciendo que me parece todo eso una auténtica mandanga porque ni las Infantas, ni sus maridos, ni sus hijos existen en la Constitución. Solo a efectos de que el rey les pague su manutención, pero para nada más. No sé a cuento de que están armando tanto lío sobre esta familia Irreal que no existe más que para sus padres, pero no para el ciudadano. Pero es el pésimo periodismo que tenemos que no pone las cosas en su sitio. Y no me refiero al de Servimedia que me llamó. Sino a este untuoso y pelotillero periodismo de Corte existente.

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