Del viaje del rey y del busto por la ventana

Martes 28 de julio de 2015

Del 14 al 18 de septiembre el rey  Felipe VI viajará a Washington y será recibido por el presidente Obama. A este señor, previamente hay que decirle que el rey no ha sido elegido por nadie y que políticamente es un caro  florero  al que no se le puede pitar ni hacerle preguntas parlamentarias  sino solo aplaudir. Es decir un señor que no sirve absolutamente para nada.

Mientras Obama se curró su primera y segunda elección y trata de normalizar las relaciones con Cuba y con Iran, Felipe VI solo lleva en su maleta  un año de marketing diario. Conforma con su mujer Letizia una pareja cuya única misión es recibir elogios, reverencias y aplausos tras leer discursos que no redacta. Nada con sifón.

No entiendo el por qué García Margallo no ha logrado la entrevista con Obama para su jefe Rajoy, que es el presidente del gobierno, y que es quien tiene la mayoría absoluta y quien será el candidato del PP y no un patiquín soso  que ocupará los telediarios y los butafumeiros pero cuyo viaje será inservible.

Y andan por aquí alborotados porque en Zaragoza quieren dar el nombre de un deportista a su pabellón y quitarle el del entonces Príncipe y lo consideran una afrenta al estado. Felipe VI no solo ha tenido el Premio que llevaba su  mote sino que quiere pabellones, calles, plazas y rotondas. ¿Cuál es su mérito?. Absolutamente ninguno.

Y se han alborotado más viendo un busto del anterior rey metido en una caja de cartón considerando el hecho llevado  a cabo en el Ayuntamiento de Barcelona  toda una irreverencia y todo un desplante.

Irreverencias las suyas al pueblo español y a su mujer la reina Sofía. Un señor que habiendo abdicado solo da el mal ejemplo de una vida disipada, hasta la caja de cartón me parece un lujo innecesario. Yo, para que quedara aún más claro, la hubiera tirado por la ventana habiendo avisado previamente a un chatarrero para que ganara unos eurillos con ella. A Luis XVI le salió más cara la broma.

Que se sigan escandalizando.

Mantienen símbolos antidemocráticos del pasado y no se ruborizan.

Y es que parte de España es asi, señora baronesa.