El realismo mágico, presentar lo absurdo como común.

Martes 16 de noviembre de 2021

El 9 de julio de 1939, el Cuba atracaba en el puerto venezolano de La Guaira. A las siete de la mañana subía a bordo el entonces Director de Emigración  Arturo Uslar Pietri. Dos horas después el delegado del PNV Ricardo Maguregi enviaba un telegrama a Villa Endara (sede del PNV) comunicando la llegada  de 82 vascos por acuerdo del gobierno venezolano, que pedía exiliados del EAJ-PNV, con el  EBB. El domingo 16, tras una misa en Santa Rosalía, a las once de la mañana, acompañados por Arturo Uslar Pietri, los vascos hacen una ofrenda floral en el Panteón Nacional, donde se encuentran los restos de Simón Bolívar. Tal y como se había acordado con las autoridades venezolanas, se canta el Agur Jaunak y el himno venezolano. Sin embargo, uno de los refugiados le pidió permiso a Arturo Uslar Pietri para interpretar el Euzko Abendaren Ereserkija (Himno Nacional Vasco). Los presentes lo hacen con una unción que impresiona al escritor y político venezolano, mucho más  cuando en La Esfera, diario muy reaccionario y pro franquista se desata una gran polémica política al decir que se habían cantado himnos comunistas en el Panteón Nacional y en presencia de un alto funcionario del gobierno y con su anuencia. El embajador, un vasco franquista, José Antonio Sangroniz, presentó una nota de protesta. El asunto no fue a más por la buena mano de Uslar Pietri.

Con este pequeño relato quiero poner en valor para los vascos  la figura del multipremiado escritor y gran intelectual Uslar Pietri, amigo de los vascos así como apuntar lo que fue el “Gora ta Gora” para aquellos perdedores en momentos en los que  hoy en día se cuestiona su representatividad  siendo el himno nacional vasco ley  aprobada en el Parlamento Vasco. Asimismo  quiero destacar la figura de este intelectual en el aniversario de su fallecimiento, personalidad aborrecida por el chavismo.

Laureano Márquez, en una sentida semblanza, hablaba de él de esta manera:

“Cuando era joven, de izquierda y estudiante universitario, no me gustaba Uslar porque era de derechas. No me interesaba mucho qué pensaba ni las cosas que proponía, porque para mí estaba condenado a priori. Mi orientación: izquierda buena y derecha mala, calzaba bien como brújula de mis convicciones políticas. Fidel Castro era bueno y Pinochet malo, era sencillo. Los fusilados del primero merecían morir por contrarrevolucionarios, los del segundo constituían una muestra de barbarie. Así opera la conciencia cuando uno  es radical, cuando prefiere etiquetar el mundo en vez de pensarlo. En la medida en que voy envejeciendo (o derechizándome más, dirán los hombres que se creen progres), me he dado cuenta de que el esquema no funciona, de que el mundo no es tan cuadriculado, de que matar está mal en cualquier caso y de que un régimen que no ha hecho elecciones en 60 años como en Cuba  no puede llamarse democrático ni ser referencia de nada, tampoco –necesariamente- uno que hace 20 en 17años, como el venezolano , porque entendí que democracia es una forma de coexistir y que medir a la gente por su inteligencia, sensatez y sentido común, resulta más útil que el esquema derecha-izquierda.

Ahora pienso que Uslar es una de las mentes más brillantes y uno de los venezolanos más comprometidos con el país que hemos tenido en nuestra historia. Esta semana se cumplieron 110 años de su natalicio, que pasan por debajo de la mesa en un país que no tiene la costumbre de honrar a sus héroes civiles, ni a la inteligencia y cultura que produce. La presencia del petróleo en nuestro devenir como nación fue una obsesión para él. El rentismo alegre y la idea de riqueza fácil que se nos instaló en el ADN colectivo le angustiaban profundamente. Suya es la famosa frase de “sembrar el petróleo”, también la expresión “realismo mágico” usada para referirse a la literatura latinoamericana cuando muestra lo absurdo como común (así como nos pasa en la vida real, pues).

Vivió una vida modesta, decente, rodeada de libros y de cultura, siempre alertando sobre los riesgos que el devenir político del país contemplaba en términos de falta de compromiso, honestidad, inteligencia y verdadero amor por Venezuela. Nunca prestamos mucha atención a los llamados “profetas del desastre” y de tanto correr la arruga llegamos a la debacle económica, política y moral que este nefasto tiempo nos legará trágicamente como herencia y que constituye –probablemente- el más grave riesgo que ha afrontado la existencia de la República desde su nacimiento.

En su libro “Educar para Venezuela” dice: “Todo hombre que piense con seriedad que el mundo tiene que progresar… tiene que admitir que el gran instrumento de cambio y de progreso del hombre es el saber, no es el puño, no es el grito, no es el golpe, no es el arma, es la cabeza”. De allí su inquietud por la (mala) suerte de nuestras universidades: “en la Universidad venezolana se está decidiendo el destino de Venezuela…Con una universidad de segunda clase no puede hacerse un país de primera clase”.

Ahora que ya no soy tan joven, no etiqueto a las personas, admiro el conjunto de una vida cuyas acciones fueron guiadas por el amor al país y la inteligencia, dos de las virtudes más estimables en un ser humano. Pienso que si Venezuela ha producido a gente como Arturo Uslar Pietri, este es un país extraordinario en el que más temprano que tarde renacerán los sueños que movieron a su generación, quizá la más lucida que ha conocido Venezuela, a edificar la republica civil que tanto anhelamos en esta aciaga hora”.

El domingo que viene hay elecciones en Venezuela. Ojalá EITB nos informe de ellas sin su consabida equidistancia. Con las dictaduras no puede haber equidistancia.

¿Tenemos dos Gandhis vascos?.

Hay partidos y gentes que tienen en Euskadi como referencia el régimen actual nicaragüense con un dictador que se presenta a las elecciones encarcelando a la oposición y sin la menor garantía democrática. Para ellos este sandinismo matrimonial es una dictadura buena. Acercando el foco aquí, algo que  me ha llamado la atención ha sido el ensalzamiento hasta niveles que no obedecen a la realidad del papel de Jesús Egiguren  en el fin de ETA  al que nos presentan como el nuevo  Gandhi vasco. No desconozco ninguno de sus méritos, pero no fue solo él en trabajar por el fin de ETA recordando que Zapatero y Rubalcaba, no se fiaban demasiado de él y le quitaron la interlocución. A las reuniones le pusieron de acompañante al entonces alcalde de Ermua, Carlos Totorika, de la línea dura, para vigilarle y  luego ya ni eso, sino a Rodolfo Ares. Lo peor es que hay un interesado silenciamiento de las previas conversaciones de Loiola en 2006 cerradas en cuanto apareció la palabra Navarra. Se contemplaba un nuevo proceso constituyente, una euroregión que englobara los territorios vascos, un órgano común  con Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca y la salida gradual de los presos de ETA. Todo ésto se hacía en años en los que en el 2005 el IRA había dejado las armas y pedido perdón, el terrorismo islámico era la obsesión de los Estados Unidos y Europa no permitiendo ningún otro foco  de terrorismo a perseguir policialmente, la violencia estaba deslegitimada, la calle explotaba, Estrasburgo ratificaba en 2009 la ilegalización de HB, las policías infiltraban y colaboraban entre ellas y todo era cuestión de poner fecha para acabar aquella sinrazón mientras los cuadros de la IA estaban hartos de no poder comer rabas en una terraza sino mortadela caducada tras las rejas como se ha visto en la rapidez con la que han cambiado de look y de lenguaje. El amanecer hubiera llegado aunque los gallos no hubieran cantado. Creo que el  PNV tiene la obligación de contar esta historia silenciada no vaya a ser que les den al alimón a Egiguren y a Otegi el premio Nobel de la Paz. Me acuerdo  pues de Gorka Agirre, de Joseba Goikoetxea, de  aquel EBB, de Iñigo Urkullu y de Josu Jon Imaz y hasta de los que se opusieron en 1960, desde el PNV, al nacimiento de ETA. Egiguren jamás reconocerá nada de esto pues el cariño que nos profesa es conocido y a Otegi le interesa inflar ese globo con tal de minusvalorar al EAJ-PNV. Nada nuevo. Pero conviene recordarlo, de lo contrario ya nos vemos en Noruega siguiendo este realismo mágico que convierte lo absurdo en algo normal.

5 comentarios en «El realismo mágico, presentar lo absurdo como común.»

  1. En tu artículo de hoy hay dos partes.
    En la primera coincido en todo contigo, el valor de las personas, el valor a poder tener democracia, el valor de la libertad… Todos estos valores están por encima d un eje izquierda derecha, que más da sentirse de izquierdas o de derechas si un gobierno determinado, incluso de tu propia ideología coarta todos estos valores? Tus valores democráticos se esfuman y para mi eso es muy importante. El problema es que muchos dicen tener valores democráticos, pero en realidad tienen valores de otra índole y por eso justifican algunos gobiernos bien pasados o actuales. Creo que va en la línea de la carta que has presentado, se idealiza algo, pero en realidad el idealismo se derrumba cuando observas que te has cargado la libertad, en definitiva te has cargado la democracia.
    En tu segunda parte, coincido contigo en parte, coincido que en Loiola se hablaron muchas cosas de las que no se hablan, coincido en que tanto a Egiguren como a Otegi les pusieron vigilantes sus propios partidos, e incluso puedo coincidir que Egiguren nos tiene una manía terrible emulando a Onaindia. Pero hay una cosa en la que discrepo. En aquellos tiempos, se necesitaron de este tipo de conversaciones y los que has mencionado Joseba Goikoetxea y Gorka Agirre, siempre lo habrían aprobado incluso se habrían alegrado.
    Es decir, yo agradezco aquellas conversaciones, porque cualquier cosa que ayudara a conseguir la inactividad de ETA fue buena, no solo aquella. Lizarra fue la base de que las bases de la IA se preguntaran «donde coño vamos??» y me alegro que supusiera esa reflexión. A muchos, Lizarra nos generó mucha ilusión, y no por lo que luego la españolidad del país nos ha atacado, «dejarles fuera de todo con pactos con la IA». No, a mi me generó ilusión porque vi que la paz era posible, luego llegó ETA de matón y dijo, hasta aquí, pero su propia gente ya se había creído un panorama político diferente. Creo Iñaki, y espero que sepas que no tengo dudas que estoy mucho más cerca de ti y de gente como tú que de la IA o del PSOE, pero aquello no fue malo. Lo malo puede llegar ahora tratando de sacralizar aquello o de demonizar, quedémonos con lo bueno, ETA y el GAL hicieron las paces en Loiola.

  2. Absurdo es sin duda la pelea dialéctica entre PNV e IA para llevarse al PSOE al altar.
    Los sinsirgamente denominados barones del partido del Sr.X se confabulan gustosamente con el PP para «cepillar» el concierto económico vasco.
    Permanezcan atentos a la pantalla y lo verán. En breve, nuevo capítulo del culebrón de celos y traiciones.

  3. Zaldiaran.Mi argumentación no es contra del hecho que había que negociar.Algún día hablaré de mensajes llevados y traidos sino en que de repente Txillarre se convierte en Lourdes , en lo definitivo cuando tantísima gente había quedado en el camino,cuando ETA,aparecido el terrorismo islámico no tenía la menor posibilidad de continuar sin hacer el ridículo y matar por matar y sin que la gente de HB pudiera hacer política y desplazar al PNV que es su obsesión.Y como para ellos el fin justifica los medios se han inventado el realidad de Txillarre,apoyado por el PSOE que recelaba más de Egiguren que de Otegi y los han convertido en héroes nacionales.Y si consideras que lo son,antes que ellos hay 35 personas con más méritos.

  4. No, no considero héroes a estos dos políticos, supongo que cuando ellos hacían aquello, tampoco buscaban ser héroes. Los considero gente que no coincido ideológicamente con ellos, que eran ETA y GAL, y que parece ser que descubrieron que aquello no tenía sentido.
    Lo que defiendo, es que se pusieran a hablar y en aquel momento, no era fácil hablar.

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