LA DISCRETA GRANDEZA DE EUROPA

Jueves 27 de febrero de 2025

Héctor Abad Faciolince

Lo que el continente ha conseguido en los últimos 80 años es extraordinario; no existe un mejor referente de convivencia civilizada en el mundo entero, ni una realidad mejor a la que mirar con esperanza.

Envejecer tiene muchos aspectos desagradables, pero hay vidas largas qué nos permiten, cuándo se suman los decenios, tener experiencias vitales múltiples y diversas. Aunque he pasado la mitad de mi vida en una nación en guerra consigo misma, mi natal Colombia, también puedo decir que la otra mitad la he vivido en numerosos países muy distintos; más de un año en México, un año y medio en Alemania, unos 3 años entre Italia y España, otro año largo (demasiado largo) en Estados Unidos, uno más en Holanda que se me hizo muy breve y largas temporadas en Francia Egipto Grecia… He visitado con muy pocas excepciones, todos los países americanos, todos los europeos algunos del lejano y cercano oriente y unos pocos de África. No quiero hacer alarde de cosmopolitismo (he tenido mucha suerte, eso es todo), pero si me atrevo a afirmar, modestia aparte, que he podido observar y comparar muy bien cómo se vive en cada una de estas naciones.

Ya sé que Europa, muy sabiamente en sus últimos decenios ha resuelto renunciar a la arrogancia y al chovinismo y, efectivamente, esta es una de las virtudes de la edad tardía, la capacidad de no sentirse el ombligo del mundo y de no creer que se tiene la receta de la panacea universal. Muy bien conviene ser así, sobre todo en estos tiempos en que triunfan las veleidades coxxxxx y la arrogancia de los expertos en humillar siemp0re y en jamás ser humildes. No obstante lo anterior, como no nací en Europa, me puedo permitir decirles a ustedes, amigos europeos, lo siguiente: la vida es dura y puede ser triste, injusta y angustiosa en cualquier lugar de la Tierra. De esto no se salva, por supuesto, el Viejo Continente. Pero no hay ninguna parte del mundo donde se viva menos mal que aquí, en Europa y muy especialmente en ese milagro de convivencia civilizada que se llama la Unión Europea. Cuando mis amigos de esta parte del globo (como los quejumbrosos profesionales que son) se empiezan a lamentar de los males de Europa, de su decadencia, de su lentitud, de su vejez, de su excesiva prudencia, me toca siempre decirles: esperen un momento, por favor! Viajen un poco, salgan de aquí, vayan al otro lado del Mediterráneo, al otro lado del Atlántico, del Pacífico, traspasen la frontera entre los países bálticos y métanse en Rusia y sus satélites, húndanse en África, en Indonesia o Vietnam, vayan a Venezuela o a Argentina, pasen por Cuba o Haití, métanse en Corea del Norte si los dejan entrar, dense una vuelta por la pesadilla del Midwest americano, vayan a Egipto o a Sudán, caminen por Nigeria o por la India, asómense a Pakistán, vengan a Colombia, sufran la teocracia de irán o escarben en la monarquía polígama y misógina de Arabia Saudí y después hablamos.

El discurso de Donald Trump pretende contagiar a Europa, intenta inocular aquí también  el virus falso de que los países europeos viven en la miseria moral y en la decadencia social y económica, en la contaminación por razas inferiores Make Europe Great Again!!!. No, no, por favor: La pequeña Europa (apenas una península de Asia occidental que se resiste al despotismo oriental), es grande, grandísima y lo que ha conseguido en los últimos ocho decenios es portentoso. ¡Decir lo contrario es falso, es una mentira del tamaño de Estados Unidos, Canadá y Groenlandia juntos!.

Que triunfe el feminismo no es decadente; que gays y trans no tengan miedo a serlo es magnífico; es esperanzador que el racismo sea vergonzoso; que haya seguridad social (salud, vivienda y educación pública de calidad), es socialismo y qué, porque es del bueno, que triunfe el cosmopolitismo no es degradante, que las ciudades sean variadas y multiculturales es hermoso y estimulante; que pueda haber premios Nobel españoles o británicos, pero de origen peruano, paquistaní, o caribeño, es maravilloso y normal; que en el deporte haya jugadores de todos los colores es estupendo (así una pequeña porción de la tribuna vocifere voxianos insultos idiotas contra ellos). Que quienes desarrollaron las vacunas que nos salvaron de la covid sean originarios de Turquía, es extraordinario y debería hacer sentir a los europeos no prepotentes como Trump, pero sí muy orgullosos de ser una región de fronteras porosas y de ciudades hospitalarias con los inmigrnates.

Lo que Europa ha conseguido en los últimos 80 años es extraordinario; no existe un mejor referente de convivencia civilizada en el mundo entero. No hay en ninguna parte del globo una realidad mejor (o si quieren, menos mala) hacia la cual mirar con esperanza y deseos de emulación. Borges escribió unas palabras visionarias a principios de los ochenta: “En el centro de Europa están conspirando. Se trata de hombres de diversas estirpes, que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas. Han tomado la extraña resolución de ser razonables. Han resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades”. A los suizos que inspiraron esta unión de pueblos diferentes Borges les decía “los conjurados”. Esa es la maravillosa conjura de Europa cuando resolvió ser razonable, cuando al fin comprendí que debía renunciar a su imperio, cuando abandonó sus guerras milenarias el proteccionismo comercial y el apetito colonizador. Cuando quiso construir, desde adentro una sociedad común, solidaria y diversa, abierta al mundo y ejemplo para el planeta.

Hace poco J.D. Vance vino a Europa a decir que esta Unión estaba en decadencia. En cierto sentido se puede estar de acuerdo con Vance cuando dijo que la peor amenaza para Europa no viene de afuera (Rusia) sino de adentro. Es verdad, pero por motivos completamente contrarios a los esgrimidos por el emisario del emperador: la democracia europea está en riesgo porque interiormente tiene partidos volcados al racismo, a la destrucción de la idea de Europa y con una monserga populista contraria a los ideales democráticos. Este germen totalitario lo encarnan, principalmente los partidos de extrema derecha europeos que aspiran a gobernar, al estilo de AD en Alemania o VOX en España, o el que ya gobierna en Hungría. Si Viktor Orbán siente tanta admiración por Vladimir Putin y su tipo de gobierno debería proponer a los húngaros la salida de la UE y la adhesión de su pueblo a la admirable Federación Rusa.

Claro que hay que consolidar un cinturón sanitario que reduzca a su mínima expresión a estos partidarios del racismo, la negación de la verdad y la libertad de mentir y desinformar. Trump y Putin ahora aliados en sus ambiciones imperiales, son la negación de los ideales democráticos acunados y cultivados en Europa. Europa no debe volver a ser grande en el sentido imperial que ellos auspician. Europa ya es grande, a su manera unida, discreta y solidaria. No hay que buscar una falsa grandeza, sino defender lo grande, lo grandísimo, que ya han conseguido los países europeos cuando resolvieron vivir en paz y defender las ideas, todavía muy vivas y muy válidas, de la ilustración.

Lo que le molesta a Trump no es la debilidad de Europa, sino su grandeza, su ecologismo, la defensa de su belleza, el poder seductor de su modelo económico y cultural. La tasa de homicidios y de inseguridad en el país de Trump es seis veces más alta que la de España. La esperanza de vida, la salud, la educación o el transporte público, son infinitamente mejores en Europa que en Estados Unidos. Con un Plan inferior al de Norteamérica, la población europea vive en condiciones mucho más amables y mucho menos desiguales que el estadounidense. Los Trump y los Vance no desprecian a Europa, la temen. Le temen a que siga siendo estupendamente seductora: un ejemplo de paz, belleza y democracia para el mundo entero.

 

6 comentarios en «LA DISCRETA GRANDEZA DE EUROPA»

  1. Muy bonito articulo del escritor combiano. Pero su presidente Petro se humilló ante Trump en cinco minutos por miedo, miedo al monstruo amarillo y su banda. Como para no tenerlo. Quizás haya pueblos que deberian mostrar su orgullo en esas ocasiones aún a riesgo de sufrir mucho. Es humanamente comprensible la sumisión, pero estados ricos se convierten en víctimas de sus propias deficiencias y corrupciones y basan desgraciadamente su única solución en la emigración masiva. En Colombia los ricachones viven de maravilla, las clases medias decrecen y el resto se ven obligados a abandonar lo suyo. Esa dinámica no debe ser vista como mestizaje, multiculturalismo ni otras palabras falsas. Es la eterna guerra entre los que siempre ganan y los que están vencidos. Eso no es bueno. Supongo que también es racismo dar visas golden para ciudadanos inmigrantes millonarios y palos a los pobres como van a hacer los yankis. Y en Colombia hay muchos trumpitos racistas con su propio pueblo. Igual hay que cambiar eso. Aquí Combia es un ejemplo, hay muchos más, cada vez más y Europa no es un inagotable Jardín del Eden como se está viendo y temiendo ya.

  2. 100 % de acuedo con lo que es Europa . Solo hay que salir , bien por el sur , por el este y por el oeste , para ver que fuera de Europa ,no es que haya frio , sino que hay un agujero negro muy profundo .
    Pero cuidado con pensar que el peligro solo viene de los populismos , a veces estos , lo que hacen en buscar las debilidades , los resquicios , las incapacidades , las imposibilidades materiales de dar soluciones a todas las necesidades mundiales . Europa sola no puede detener el cambio climático , ni acoger a los refugiados económicos de todo el orbe .
    No tenemos la capacidad económica ni financiera para dirigir el comercio mundial por lo que no tenemos porque ser los pagafantas del mismo . Los que montan conflictos por el control de las materias primas , llamese litio en el Congo , o caladeros en Sanegal y Mauritania , China , Rusia , y USA , principalmente , no pueden pretender que Europa sea la que aguante las consecuencias negativas de dichas políticas .
    Resumiendo , buenos , tolerantes , generosos sí , tontos no , por que nos jugamos el seguir siendo Europa.

  3. Totalmente de acuerdo con Bond. Por poner otro ejemplo, Marruecos se va a gastar miles de millones en ferrocarriles con vistas a los juegos olímpicos de 2030 mientras su gente está repartida por Europa. Aparte de incongruente, es injusto. Primero por el exilio obligado y segundo por hacer a los ciudadanos de Europa responsables obligados del problema de los «sobrantes» mientras la represión, la corrupción y el lujo son las señas de identidad de esa satrapía. ¿Quiénes son los racistas?

  4. A pesar de los pesares, y a pesar de tener menos seguridad. Europa sigue siendo dentro del mundo, de los mejores sitios para vivir.

    Tampoco hay que olvidar a países como Australia, NZ, Japón, Corea del Sur, Canadá incluso USA (con menos atención social).

    Pero esto que se ha construido, no debe perderse y entre otras cosas, la seguridad que tenemos se consigue no siendo tan buenos con los delincuentes, sean nativos o foráneos. Pero la realidad, es que en este aspecto, hemos bajado peldaños. Inmigración sí, pero ordenada, si se crean bolsas de pobreza y de gente sin trabajo, al final estos problemas se potencian, y algunos como robar para comer y sobrevivir se entienden, otros como violaciones, secuestros etc no, de todas formas, todos los delitos necesitan tener amparo judicial para el damnificado. Incluyo en esta retaila a nativos que prefieren enriquecerse pronto y fácil con la droga en lugar de trabajar, aquellos que desfalcan a hacienda por llevarse más dinero u okupas que quieren vivir del morro.

  5. Gracias/Eskerrik asko por el artículo don Héctor Abad Faciolince.
    La Unión Europea es la región con la mejor calidad de vida del mundo. Los ciudadanos tienen una existencia agradable, digna, valiosa.
    El presidente McDonald Trump prometió a su electorado poner fin rápidamente a la guerra de Ucrania. La presión de Trump sobre los invasores sanguinarios rusos no los ha hecho ceder. Por ello organizó un espéctaculo público para responsabilizar al presidente Volodimir Zelensky de la continuación de la guerra.
    La inflación sigue aumentando en los Estados Unidos gracias al presidente McDonald Trump, subiendo por consiguiente los precios de los alimentos en los hogares norteamericanos.
    2025an 38 milioi estatubatuar pobre daude. 2029an, Trump presidenteari esker 45 milioi pobre egongo dira.
    En el 2025 hay 40 millones de jóvenes norteamericanos con deuda estudiantil. En el 2029, gracias al presidente Trump habrá 47 millones jóvenes..
    En el 2025 hay 27 millones de norteamericanos sin seguro médico. En el 2029 gracias al presidente Trump habrá 33 millones de norteamericanos.
    En el 2025 hay un déficit de viviendas en Estados Unidos de 5 millones. En el 2029 gracias al presidente Trump habrá un déficit de 7 millones.
    Gaur egun McDonald Trump-en Gobernuak plutokraziaren antz handiagoa du demokraziarena baino.
    Estatubatuek Mike Pence&Liz Cheney politikariengan konfiantza izan behar dute.
    Para el PNV los políticos Mike Pence&Liz Cheney, son la única garantía democrática en Estados Unidos.

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