¿Quo Vadis?. Sigo donde siempre

Viernes 9 de agosto de 2024

Sirvan estas líneas para contestar al título del artículo que me ha dedicado en Gara, Dan Álvarez, con el título de «Quo Vadis», Anasagasti». Me recordó a la película «Quo Vadis» con Robert Taylor, Deborah Kerr y Peter Ustinov, que vi de pequeño en Donostia.

Dan Álvarez Prieto, a quien no conozco y que no me conoce de nada aunque me dedica un trabajo con medias verdades y descalificaciones personales, a cuenta de mi firma en un documento donde se solicita al ayuntamiento se incluya en el listado de víctimas de la guerra civil del monumento erigido en Donostia, a aquellas víctimas producidas por el bando republicano.

Y como me pregunta hacia dónde voy he de decirle que no voy a ninguna parte y sigo donde siempre, condenando, como mi partido el EAJ-PNV, todas las violencias y todos los terrores bien sea de la guerra civil, de las torturas, de abusos policiales, del Gal, de ETA, de Netanyahu, de Putin y del sursum corda. Le invito lea la denuncia de los Amigos del Valle de los Caídos tras ser procesado por solicitar en el Parlamento la voladura del Valle de los Caídos, o el juicio ante las denuncias de una Asociación de Víctimas de ETA, o mi petición de pensiones para milicianos y gudaris, o las iniciativas para que el PP condene la sublevación militar del 18 de julio, o mis críticas a la ley de Memoria Histórica y los libros publicados al respecto. No, no he cambiado de bando. Sigo en el mismo, en el de los perdedores de aquella tragedia ya que mi aita, Comisario del Batallón Larrazabal del EAJ-PNV, condenado a muerte y mi ama, rapada el pelo en Zarautz a la entrada de los falangistas en setiembre de 1937 me obligan lo suficiente para que no sea un saltimbanqui. Le recuerdo que nací en Venezuela en el exilio de mis aitas, y eso marca para toda la vida.

¿Condena usted todas las violencias, como yo lo hago, o solo las de un bando?

Pero como le veo desinformado y quizás, una pizca sectario, permítame la explicación de mi firma.

Conozco a Guillermo Gortazar de la época en la que fuimos diputados en el Congreso. Militó en Bandera Roja y en el Partido Comunista de España hasta la muerte de Franco. Ingresó en el Partido Popular en 1990, organización de la que se dio de baja en 2001. Su mujer Pilar del Castillo, fue asimismo de Bandera Roja y terminó como ministra de Educación de Aznar de 2000 a 2004. Guillermo es además historiador y acaba de escribir el libro «Un veraneo de muerte: San Sebastian 1936» donde se narra lo ocurrido en Donostia aquellos terribles meses de violencia, abusos, muerte y desolación y como me interesó su trabajo le solicité vernos y así lo hicimos en Donostia.

Le llevé el libro de don Manuel de Irujo «La Guerra Civil en Euzkadi, antes del Estatuto». Es un libro fantástico de don Manuel donde narra desde la sublevación de los cuarteles de Loiola, la gestión de él como diputado del PNV junto a los diputados Lasarte e Irazusta para su rendición, y todo lo que hizo para salvar vidas humanas de uno y otro campo. Su narración sobre su trabajo en aquella orgía de sangre es muy notable y muy emocionante. Irujo es el hombre que, con una ametralladora apuntándole en el vientre, se enfrenta en la Diputación de Gipuzkoa a un grupo de milicianos que intentaban sacar al coronel Carrasco-uno de los mandos militares-que se habían rendido en los cuarteles de Loiola-para defender la vida de aquel hombre. Sus principios humanistas daban el máximo valor a la vida humana como cristiano y porque su profunda formación jurídica se rebelaba contra aquella ausencia de un régimen de derecho. Un hombre de paz, como Irujo, es también el organizador de la Comandancia en Azpeitia .

Admiro a Irujo y por eso propicié con Txomin Saratxaga la edición de estas cortas memorias que presentamos con todos los honores en La Bilbaina, rodeados de antiguos gudaris.

Pero había algo más.

Joaquín Zubiria escribió un trabajo, todavía inédito, sobre esos meses en los que se dedicó a salvar vidas humanas. Burukide del EAJ-PNV no dudó en enfrentarse en la cárcel de Ondarreta a esos milicianos dispuestos a dar el paseo a muchos de los encarcelados. Decenas salvaron la vida gracias a Zubiria que arriesgando su vida se pasó noches angustiosas entre el Kursaal y la cárcel de Ondarreta. Caído Donostia, se refugió en la abadía de Belloc, donde coincidió con mi aita, se hicieron amigos y pudieron pasar aquel primer tiempo como refugiados en Iparralde. Un gran hombre de profundas convicciones abertzales y humanistas.

Bueno, pues con estos dos trabajos fui donde Guillermo que me prometió que en una nueva edición los incluiría y sin que mediara transacción alguna al solicitarme mi firma, la estampé. Esa es la pequeña historia de algo que al parecer le ha escandalizado al Sr. Álvarez Prieto. No hay más.

Y ojalá y en recuerdo del inmenso trabajo de Irujo y Zubiria y de todos los jelkides que se dedicaron a salvar vidas, se hiciera justicia con el deseo de aquellos héroes que demostraron su cuajo humano y su calidad solidaria cuando todo se puso patas arriba.

El alto costo del silencio

Jueves 8 de agosto de 2024

Ricardo Franco, profesor, conferenciante, ex presidente de la Academia de Ciencias Médicas un médico cercano y muy prestigioso de Bilbao. Jubilado sigue ejerciendo y dictando cátedra médica y democrática. Me ha escrito lo siguiente:

Según el sociólogo, activista de derechos humanos y periodista independiente, de apellido vasco (originario de Amurrio), Rafael Uzcátegui, autor del “El costo del silencio, tres elementos han aumentado la conflictividad en la Venezuela poschavista, convirtiendo a este maravilloso país, cuna que te vió nacer, Iñaki, en un escenario irrespirable: el comportamiento del chavismo popular, el impacto de medidas de ajuste económico y el desborde institucional de la movilización ciudadana.

Afortunadamente, de un tiempo a esta parte, y de manera exponencial desde el último pucherazo electoral, estamos asistiendo a la emergencia de un conflicto altamente descentralizado, como consecuencia de una oposición, ¡por fin!, potente y decididamente democrática, y el uso intensivo/defensivo de las redes sociales.

La izquierda internacional ha mantenido siempre un relato miope y egocéntrico en el análisis sobre Venezuela, y una absoluta ausencia de empatía con el sufrimiento real y concreto de millones de venezolanos.

Nunca han cuestionado el progresivo desvío autoritario de Hugo Chávez primero, y la dictadura esperpéntica de ese sátrapa energúmeno, Nicolás Maduro, después.

Para cualquier, venezolano, mínimamente instruido, menor de 30 años, la izquierda dejó de ser el referente de la virtud en política.

Venezuela significa hoy muchos desafíos, no sólo para el movimiento social local plural, diverso y mayoritario que desea regresar a la democracia, sino también para quienes desde diferentes partes del mundo siguen afirmando que están comprometidos con los valores de justicia social, libertad y no discriminación.
Pero como dice, a modo de coletilla, un colaborador, de primera hora, del programa matinal de una emisora de radio española, tras relatar una noticia reseñable: “ Y esto que les acabo de contar ¿a quién le importa?”….O como bien te preguntas, nos preguntamos ¿qué podemos esperar de una sociedad donde se calla ante el dolor ajeno y se mira a otra parte?…donde hasta los medios de comunicación, incluidos los nuestros, ejercen el poder de forma excluyente?.

Todas las libertades son solidarias, decía Irujo menos para ETB

Miércoles 7 de agosto de 2024

Persecución, mentiras, encarcelamientos, torturas, sobreactuación, aferrarse al poder usurpado, robar una elección es lo que está haciendo Maduro para seguir con su satrapía con apoyo de países tan democráticos como Nicaragua, Cuba, Irak, Rusia, Corea y Turquía así como con  partidos cercanos como Bildu, Sumar, Podemos y el Bloque, con dos y hasta tres varas de medir.

Es una aberración el espectáculo de absentismo internacional y más cerca, de ETB cuyo responsable de política internacional nada ha dicho hoy en la entrevista que le han hecho sobre los retos internacionales que estamos viviendo, lo que nos hace pensar sobre lo que podemos esperar de una sociedad donde se calla ante el dolor ajeno y se mira a otra parte.

Es una auténtica degradación de la política a todos los niveles y solo recordar que el candidato ganador se llama Edmundo González Urrutia y María Corina se apellida Machado Zuloaga, apellidos como se ve irlandeses, ucranianos o  más bien palestinos, que es de lo único que se habla en nuestro medio público sobre un país y su tragedia democrática que tiene el más grande Centro Vasco de América y es el mismo país que sufrió el golpe de estado de Hugo Chávez en 1992 que mató al hijo del delegado del Gobierno Vasco Gaizka Etxearte. Nada de eso importa. Como Maduro, ejercen el poder de forma excluyente.

Sinceramente, es una vergüenza.