Gudaris en larebotica de Kirikiño

No es fácil reunir un 11 de agosto a 24 personas para hablar  entre estas 24 personas el seguir manteniendo la llama de la historia. Pero eso lo consiguió Txomin Saratxaga que cerró el bar contiguo de su librería Kirikiño, en los bajos de la Calle Colón de Larreategui de Bilbao y con el orden del día que nos envió para hablar de estos 75 años silenciados, nos congregó a gentes como Andoni  Ortuzar, Begoña Errazti, Ramón  Sota, José Ramón Beloki, Izaskun Trabudua, Aitor Azurki, Javier Batarrita, Fede Bergaretxe, Amaia Gaztelu, Iñigo Landa Larrazabal, Xabier Meñika, Sabin Zubiri nieto, Txomin Saratxaga hijo, Josu Pagai entre  otros  que fuimos presididos por dos gudaris del 36 como José Moreno de 93 años y Fructuoso Pérez Arrospide de 96, haciéndonos  hablar de lo que se debe hacer para seguir recordando este aniversario redondo y sobre todo reflexionar como se puede mantener la llama y pasarla a otras generaciones la de los gudaris del 36 está a punto de acabarse y se debería hacer algo.

Txomin dio cuenta de la pronta reedición de dos  libros como el “Diario de un Gudari Condenado a Muerte” de Ramón de Galarza  y las Memorias de Pedro de  Basaldua de  aquellos  días convulsos como secretario del gobernador civil Echeverria Novoa, así como un acto en recuerdo de los gudaris  el 15 de octubre. Y fue dando la palabra. Andoni Ortuzar anunció el apoyo del BBB a éstas iniciativas, Beloki la consideró del mayor interés, Begoña Errazti reivindicó la labor de las emakumes de aquella época con sus maridos en las cárceles, Sota le invitó a Ortuzar a usar las redes sociales, y Moreno recordó que todavía no se había pedido perdón a  los gudaris.

En mi intervención reivindiqué la figura de Ramón Azkue, quien fue el jefe de Euzko Gudarostea y fue fusilado aquel 15 de octubre, la vergüenza del Congreso de los Diputados y de su presidente Bono al no querer recordar y denunciar  aquella sublevación a la que eufemísticamente algunos la siguen llamando el Alzamiento, felicité a los dos gudaris por el pacto con el diablo que habían hecho para estar a los 96 y 93 años como una rosa pero recordar que todos tenemos fecha de caducidad y que sería, bueno revitalizar una Asociación de Gudaris con el añadido de familiares y amigos de aquella gloriosa institución, ya que los auténticos están desapareciendo.

Fue un acto entrañable donde hay que felicitar a Txomin Saratxaga por su entrega y por querer seguir manteniendo viva esta llama tan difícil  de pasar a las nuevas generaciones que viven el día  a día y ven todo esto lejano y casi sin interés  cuando en esta lucha hubo entrega, pasión, vida  y muerte, traiciones, actos heroicos, coherencia, perseverancia y en definitiva toda una, tragedia nacional que unos tratan de silenciar, otros de manipular, muchos de ignorar y algunos de edulcorar, pero nosotros de recordar como enseñanza.

Éxito en la cena de Larrazabal

El jueves 2 por la noche, en el Batzoki de Larrazabal, recordamos el 118 aniversario de lo que luego se llamó «El Juramento de Larrazabal». En aquel año de 1893 Sabino Arana había editado cuatro trabajos sobre cuatro batallas (Munguia, Padura, Gordexola y Otxandiano) en un libro al que tituló “Bizkaia por su Independencia”. Aquello llamó la atención del Bilbao “bienpensante” y le pidieron que explicara lo que proponía. Sabino aceptó la invitación para una cena en el txakolí Larrazabal en Begoña (el franquismo lo derribó) y se fue con su hermano Koldobika a leer su propuesta que básicamente decía que en Bizkaia había ocho partidos y ninguno se preocupaba de los intereses de los bizkainos. Y de ahí surgió todo lo demás.

Para recordar este hecho «Betiko Lagunak», grupo movido por Txomin Saratxaga organizó en el Batzoki de Larrazabal ésta cena llamando a gentes de «todas las sensibilidades del nacionalismo» como dijo en su presentación. Recordó asimismo como durante este año habían fallecido Antón Ormaza, Lurdes Munitxa y Sabin Intxaurraga y dio la palabra a Juan José Pujana, quien fue el primer presidente del Parlamento vasco, que con entonación leyó aquel manifiesto de Sabino Arana. La idea era haberlo hecho entre unas veinte personas, pero para agilizar el acto se pensó en sola una, que en el caso de Pujana, lo hizo muy bien.

Tras la cena Txomin volvió a agradecer la presencia de todos los convocados leyendo las adhesiones de otros muchos y lamentando que el local no hubiera sido más grande, ya que las peticiones para estar presentes fueron muchas, y, habida cuenta que se encontraba presente Ramón Sota con dos de sus hijos y que su tatarabuelo había estado en aquella cena germinal, le preguntó sobre el nacionalismo vasco actual tanto a él como a sus hijos. Y para las diez y media y tras entonar todos el Euzko Abendaren Ereserkia, nos despedimos con el buen sabor de un encuentro entre abertzales.

El alcalde Azkuna no pudo acudir pero envió en su representación a Ibón Areso pero sí estuvo presente el Diputado General de Araba, Xabier Aguirre y el presidente del B.B.B. Andoni Ortuzar. Josu Erkoreka excusó su asistencia habida cuenta que había llegado de un viaje desde Egipto con trastornos de salud. La lista de los presentes fue ésta: