Lo bueno y lo malo de pasar mucho tiempo solo es que piensas mucho. A veces, o eso me dijeron los de gran hermano, pensar no es bueno. Te hacen plantearte muchas cosas. Sobre todo, al menos en mi caso, plantearte todo lo que haces o lo que has hecho. Muchas veces, más de las que a veces me gustaría, te preguntas el porqué de las cosas…
Cualquiera que tenga dos dedos de frente verá que desde Tailandia mi actividad aquí, ha caído en picado. Pasando de uno o dos post a la semana, a uno cada 3 meses. Y no hay otra razón, que el vacío que te produce la sensación de haber cumplido un etapa. Cuando das todo, y en mi caso todo, es mucho. Una vez lo consigues, el vacío que sientes es brutal. Parece que ya nada te llena. Súmenle que una vez has vivido esto, no puedo ofrecerles nada que este a ese nivel… La herrikrossa de castrejon de arriba?
El proyecto en si fue (ya empiezo a hablar en pasado) brutal. Brutal a nivel de logística, brutal a nivel humano, brutal a nivel físico, brutal en general… El viaje me sirvió para conocer a un yo, que a lo mejor no conocía. Un yo que busca más en el interior que en la fanfarria y confeti. Si no pudiese llevar la vida que llevo, seguramente acabaría en algún rincón del sudeste asiático, durmiendo en una cabaña y viviendo día a día.
Tampoco voy a mentir y decir que desde que llegué no he hecho nada. Todo lo contrario, he corrido el campeonato de Euskadi de veteranos de pista cubierta (60m, 400m, 800m, 1500m y lanzmaiento de peso), varias carreras en pista…lanzamientos… pero sobre todo me he salido un poco de la vorágine del ultrafondo que me estaba llevando por delante, para buscar lo que en cada momento me apetecía. Sea o no sea «blogeable» sea o no sea popular. El hecho es que desde enero he ido más veces al gimnasio para trabajar la fuerza y lanzar mejor, que a correr.
Para los que sigan este blog, caso de que haya un masa (no hulk), que sepan que seguramente en un tiempo no verán super aventuras, ni acciones en las que este pequeño hobbit recorre grandes distancias poniendo su vida en juego. Pero si que podrán leer historias de verdad, historias hechas con el corazón, aunque solo sea dar vueltas a una pista de atletismo.
Les dejo la entrevista que me hizo Susana y en la que me acompañó mi hermano. Y con esto cerramos el ciclo.