24h de Santander, la crónica. Correr, dolor y soledad.

A las 12:00 del medio día, del sábado 4 de septiembre, se daba la salida a la primera edición de las 24h de Santander. Si nada se complicaba, iba a tener faena a hasta las 12h del domingo 5 de septiembre. También había modalidad, 3-6 y 12h. Pero yo me decanté por las 24h.

En mi ideario particular pensaba que las 24h eran mi prueba. Una prueba en la que el que mejor dosifique su ritmo, administre su descanso y se alimente correctamente tiene mucho ganado. Una prueba en la que no importa tanto el talento como el trabajo.

Como decía en el post anterior, llegaba con los deberes justos o eso creía, para unos 160km. Para mí, la distancia a la que debía aspirar. La distancia que buscaba. Recordar que las pruebas de 24h se trata de recorrer la mayor distancia posible en un circuito durante 24h, tu te administras el descanso, tu te administras el ritmo… el que más kms recorra gana. Puedes ganar corriendo 20h si eres muy rápido y durmiendo 4h… tu eres tu propio jefe. Yo tenía un plan, dos tantas de 50km, y dos de 30km. Con ritmo decreciente.

A las 12:00 se daba la salida, por delante mucho trabajo. El calor fue sofocante. Habría que añadir la humedad propia de correr al rededor de un estanque. En seguida veo cual es mi grupo, una chica que me dice que ha corrido Tor de Geants y que ya ha hecho 160km en un 24h. Me pego a ella y evito pensar, además llevo el GPS en modo ultra track y no me marca el ritmo. Era como llevar un casio. Solo me interesaba correr entorno a 11:50 cada vuelta de 1,824m. Los íbamos clavando… así aguante 50km. Iba según lo previsto.

Llegados a los 50km le digo a mis padres, que habían venido a verme que se fueran. Que si ya era aburrido para mí, desde fuera y con todo el sol, debía ser un tostón. Me pongo música le digo a mi padre que ahora empieza la carrera de verdad. Estaba rondando la posición 10.

Solo quedan 50km y llegaré a la marca de los 100km. Marca que no alcancé en los 100km de Santander precisamente. Cae la tarde y se empieza a ver gente andando… yo soy un muro. Un martillo. Y de ahí me van a sacar con los pies por delante. Empiezo a mandar audios para mantener la concentración y a la vez estar distraído. Me motiva saber que pese a mi falta de talento social hay gente que a través del watch app o de instagram se interesa.

100km 12:21… acabo de cumplir 41 años haciendo lo que más me gusta… correr y estar solo. Trabajar y vencer mis demonios. Soy un puto muro. A mi tienen que disparar dos veces para matarme. Estaba en el día. Tenía el día… y cuando tengo el día, el resto del universo me da igual.

Me doy cuenta que aún quedan 12h, toda la noche y media mañana… es muy complicado explicar como alcanzas ese punto en el que te da igual todo, en el que sufriendo no paras y tu cuerpo y tu mente se van de ahí… solo hay que correr Iker, solo hay que correr. Entonces por arte magia suena esta canción en el spotify. Ya estoy fuera, se que no me va a pasar nada… nada me va a parar.

Estoy remontando puestos antes de las 4 de la mañana voy, 6 luego 5 y me llego a poner 4. Para mi es un sueño quedar 4 clasificado. Pero no puedo estar defendiendo una posición 8h. Aprieto, doblo a algún corredor pero veo que el 5 me va a pasar. Aún así no cejo en mi defensa. Si me quiere adelantar se lo va a ganar en la pista. Yo no me paro. Recuerdo mandar un audio a mi amigo Gustavo diciéndole que pasase lo que pasase yo era feliz, que estaba en la pomada, después de muchos años estaba viendo los toros desde dentro y no desde la barrera. Y que de este sueño me iban a despertar los antidisturbios, pero que por mi no iba a ser. Me dijo que ahora era mi carrera…eso me motivo y cuando no podía dar un paso sabía que los otros estarían peor y que yo, cuanto peor este la cosa mejor. Lucía me decía que aguantase que nadie en casa dudaba de que no me iba a retirar…

Con la luz del sol, las fuerzas no se recuperan. Eran las 7 de la mañana quedaban 5h y estaba muerto. Veía muy lejos los 160km. Ya me había puesto la venda: hacía mucho calor, haz una posición digna y listo. El 5 me va a pasar en esas 5h si o si. Decido sentarme 5min, tomar una coca cola un gelocatil para la rodilla que me estaba matando y ver qué pasaba…

La cosa no mejoraba, pero si en 4h que quedaban mantenía un ritmo constante los 160km estaban ahí y con suerte iba a ser quinto. Sacrificio, trabajo y humildad… son solo 4h más amigo… estamos donde querías, solo hay que defenderse y no parar.

Poco a poco el sol hace su trabajo y empiezo a espabilar…la noche había sido larga y fría pero a las 9 solo quedaban 3h y 20km… en mi cabeza solo hay números y dolor. Mucho dolor y muchos números. Lo tienes ahí majo…déjate de excusas, lo tienes…

23:20-> 160km

23:40 162,5km

Son las 12:00 del domingo 5 de septiembre y llevo un rato sentando en el circuito esperando al final de las 24h. Para 10min no me compensa avanzar más. 162’5km es un premio enorme al esfuerzo. Lo he conseguido. Estoy muerto, el muro ha resistido, la defensa ha podido con los demonios.

5 clasificado absoluto y tercero máster. Lo he dado todo, me tienen que llevar al coche, ayudar a desmontar mi tienda de campaña… estoy muerto. No tengo ni un gramo de fuerza. Estoy vacío. Estoy feliz. Tengo 41 años y acabo de recorrer 100millas.

Muchas gracias a todos los que estuvisteis pendientes durante la carrera, gracias de verdad. También a los que a los largo de estos 10 años habéis estado pendientes del blog. Siento que se acaba un etapa y que este blog carece de sentido. Ha sido la ocasión perfecta para cerrarlo con dignidad. Salvo que cambien mucho las cosas, a este blog le quedan pocos posts.

Publicado por

Iker Martín Urbieta

Deportista a media jornada. Contacto: iker.martin@gmail.com Follow me: @ikermu21

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