Esta mañana cuando venía a trabajar escuchaba en la radio que es el día internacional contra la homofobia. No me voy a apuntar el tanto de decir que lo sabía. Sé que hay gente que dice, que esto de los días no vale para nada, no lo sé, pero si no es por esto, al menos yo, no hubiese sabido la situación real. Digo que no hubiese sabido nada, porque no me cabe en la cabeza que hoy en día, aún se agreda a homosexuales, transexuales… de verdad que pensaba que esto estaba desterrado. Y lo que más me ha impactado, es que el % más alto de estas agresiones se da en niños, en las escuelas. Me parece que el ser humano, a veces siendo ser, no es humano.
Este es un blog de deporte y no me gustaría salirme de esta línea. Y de deporte y homofobia hay para mucho… y no en Rusia. Aquí mismo. Si bien es cierto que en mi entorno nunca se oyen cosas así, básicamente porque quedarían fuera de mi entorno, cuando haces deporte aún se oyen muchas cosas. Un mundo, en que la testosterona se sirve en garrafas de litro y el hecho de hacer tal o cual machada te convierte en más hombre. Cuando no hay mayor demostración de fuerza, que plantarte cuando no puedes hacer algo.
Son muchas las situaciones homófobas. Cuando voy al gimnasio, siempre están los chulos de playa con sus frasecitas: sólo mueves ese peso? no seas maricona. Me hace gracia, cuando el mundo fitness, es con mucho, el mundo que más alimenta la industria gay. Parece que el mayor número de músculos hace que seas menos gay y al revés, esa tía que está cachas es un marimacho. Marimacho? Pero quién reparte el carnet de marica o marimacho en este mundo? quién es el que decide si estás a un lado o al otro?
Otro tópico que me hace mucha gracia, es el que se refiere a la incapacidad de mostrar sentimientos. Si te rindes, eres un cobarde, un marica… los hombres no se rinden… Vaya por dios… a veces hay que ser «muy hombre» para plantarse y retirarse y no acabar (por ejemplo) por mis cojones una carrera. El judo es un deporte que me apasiona y al que volveré, muchas veces juego con mi hijo a «luchas» y le inmovilizo en el suelo: le pregunto, te rindes?. Una vez escuché, no te rindas, aguanta, un hombre no se rinde… paré, y le expliqué que no pasa nada por rendirse, es más, es parte del deporte…levantarse y seguir. Y no se es menos hombre o mejor por admitir que tu rival es mejor. Ni te cuento, que tendrá que ver con la orientación sexual.
No quiero entrar en el deporte rey. Por suerte o por desgracia, he tenido que asistir como público a ver muchos partidos, desde regional hasta un cierto nivel. Y por eso y por otras cosas, es por las que pretendo que mi hijo no acuda a este tipo de eventos. Que los hay muy sanos y que no hay que juzgar a todos por una parte, que lo sé. Pero no creo que sea sano para un niño, que cada vez que a un rival le dan un patada y se tira, todos le llamen maricón!!. Porque cuando lo oyes muchas veces te parece normal. También me pongo en el pellejo de ese chaval o chavala que va con su padre/madre al campo y tiene esa edad en la que no sabe muy bien quién es o qué es o qué debe ser… estar escuchando eso, no debe ser muy bueno para su normal desarrollo. Desarrollo como persona, que es lo que me importa.
He arrancado el post pensando en que no conocía muchas agresiones y lo acabo contra diciéndome. Me he dado cuenta en este pequeño ejercicio de mí día a día, que aunque nunca he visto una agresión FÍSICA, por desgracia he visto muchas de las otras. De esas que no se ven. De esas que joden más. Es cierto que un % muy alto de gente las hacen sin pensar, está en nuestro vocabulario. No son conscientes del daño que hacen, porque seguramente no tengan esa intención. Pero hay que ir quitando eso poco a poco, porque hay a gente a la que si les molesta. Así que por mucho que no nos gusten los días de… si sirve para concienciarnos de que en el deporte también se dan estas agresiones, pues eso que nos llevamos.
Gareth Thomas, para mí, uno de los mejores zagueros del mundo, jugador de la selección galesa de rugby. No me hubiese gustado que me tuviese que placar. Es gay y no ha pasado nada.