El otro día veía un gran vídeo, adjunto debajo, sobre cómo prepara una maratón Carles Castillejo. El vídeo en sí, ya es mejor que este blog. Pero me quedo con una frase y arranco este post: A estas alturas qué necesidad tengo yo de hacer esto … ? Pues algo así pensé el sábado. Para los que no sepáis de qué hablo, el sábado disputé la segunda carrera master de carretera de mi vida. Digo que para qué necesidad tengo, por dos motivos: uno correrla y otro contarlo. Al final ninguno de ustedes se acordarían y podría pasar el fracaso al anonimato, cual concursante de gran hermano.
Pero, esto es un blog, que a diferencia de las columnas y de las noticias, ha de serlo pá lo bueno y pá lo malo. Como decía, el sábado me enfundé mi ropa de competir y me fui para Llodio. El tiempo inmejorable, sol, ni frío ni calor, poco viento… La cosa no pintaba mal, iba con la certeza intuición de que, al menos bien preparados íbamos. El lunes me hice una prueba de esfuerzo en senkirol con Joseba Barrón y los datos eso decían… Pero como en la ingeniería, el papel lo soporta todo, luego hay que trasladar los datos a la carretera.
Yo tenía claro mi «táctica» meterme en el pelotón y aferrarme a él, cual Ana Mato a su sillón. En la salida ya se notan los galones y da igual que llegues el primero o el último, al final acabas el último en la salida. Esto parece una chorrada pero es crucial. Salir en el medio hace que los latigazos en las rotondas y/o curvas sean menores. Y como no, el hecho de ir a rueda y tener gente a izquierda, derecha y detrás, desgasta mucho menos. Me recreo en la salida porque poco más duré…
La carrera era sencilla, cuatro vueltas pequeñas y una grande, de salida intento seguir en el grupo. Algo sencillo hasta que los equipos que estaban detrás mío me adelantan y sin darme cuenta ya voy último. Dos curvas, una rotonda y la carretera pica para arriba… Empieza mi particular crono. He perdido 2m que enseguida son 10m y antes que te das cuenta son 100m. Ya está se acabó. Voy a tope y no les cojo y encima ellos van silbando.
Una vez coronamos una tachuela, me la juego a intentar enlazar en la bajada a Llodio. Pero cual es mi sorpresa que me equivoco en un cruce y tiro para Orozko… se acerca un Ertzaina que me lo indica … tras equivocarnos otra vez… entro en el circuito… con la esperanza de que me haya metido por algún tipo de atajo y me reenganche el último y tenga otra oportunidad. Para nada, al paso por meta me dicen que ya es más que suficiente… como en aquel casting… Se acabó. Independientemente del error suyo o mío, no hubiese durado mucho más, hay que ser honesto y no echar balones fuera. 30m de agonía ciclista.
Y qué necesidad tengo yo de meterme en estos fregaos… Luchar por aguantar, al más puro estilo supervivencia, sin ninguna posibilidad, si quiera de acabar. Viendo como uno tras otro me van pasando. Yendo a una velocidad en la que se oyen los comentarios de la gente en la cuneta, que una vez han pasado sus amigos, se dedican a hacer bromas del que coquetea con el coches escoba… no es agradable oír ciertas cosas. Me podría dedicar a correr ultras a pie y estar arriba sin sufrir varapalos.
Bueno, creo que si algo te gusta, como es el caso, hay que intentarlo. Creía (algo que se vio, no era así) tendría alguna posibilidad más de aguantar y sentirme Gorospe al menos 1h, que no digo toda la carrera… Lo seguiré intentando, aun sabiendo que es casi imposible. Aun arriesgandome a oír cosas que no son agradables. Por que creo que si algo te gusta has de intentarlo con todas tus fuerzas: en el deporte y en la vida. Al final son 10€ de inscripción y el peaje, alguno la tarde del sábado se gastaría más en Gin-tonics… Como diría el popular anuncio de tarjetas de crédito… cuanto vale perseguir un sueño?
Decepcionado? Pues la verdad que si y no. Si lo das todo, lo intentas con todas tus fuerzas y no salen las cosas… qué vas a hacer? Son riegos controlados, no he hipotecado mis casa por un sueño… Cuando lo intentas con todas tus fuerzas nunca fracasas, nunca.
El vídeo: