Mañana toca ponerse el traje de torero, otra vez (espero entrar). Buscando en el baúl de los recuerdos se cumplen 9 años de la primera vez que corrí un duatlón de carretera. Antes había participado en duatlón cross, pero de carretera era el debut. Mañana en Sopelana toca buscar esas sensaciones de primerizo.
La verdad que podríamos decir que es como empezar casi de cero. Y no creo que haya muchas diferencias entre mañana y hace ocho años. He perdido tanto, que la vida me ha regalado la oportunidad de re-aprender lo olvidado. Eso está bien, porque me supone un aliciente. Llamar reto a un duatlón sprint, me parece obsceno, aliciente está bien.
Durante la primera época sí que me gustaban mucho los duatlones, pero luego cuando piqué otros deportes: ciclocross, cross… el duatlón quedó un poco apartado. Por lo que realmente es que casi es un debut al uso. Y como decía, estoy me gusta.
La gran diferencia de la carrera de mañana con (casi) cualquier otra carrera, es la aceptación de que acudiremos para entrenar/disfrutar/pasar la tarde… muchas veces he atacado a las personas que suelen decir esto. Siempre he pensado que eran excusas ante un posible fracaso. Pero con el tiempo me he dado cuenta de las prioridades, de los objetivos y sobre todo: de mi estado de forma. Soy muy consciente de que estaré muy atrás, sobre todo en bici, pero mis objetivos son otros y nunca en febrero. Es la primera vez que miro los tiempos de corte.
Con la ilusión del aprendiz nos presentaremos en Sopelana, buscando mejorar la forma para Mayo/junio que es cuando quiero estar bien y sabiendo que el duatlón es un medio y no un fin.