Caso de que haya un público que demandase esta crónica, les debo pedir disculpas. Pero el tiempo que tengo cada vez es menor y cada vez tengo menos tiempo para casi todo. Tengo que dar un giro a todo esto (al final del post tocaré el tema), tampoco me siento obligado a escribir una crónica en menos de 24h, es lo que tiene la libertad de pagar de tu bolsillo las cosas, que no tienes que rendir cuentas a nadie.
La carrera
Algo os comenté en el anterior post. La carrera o la distancia o el formato es un delirio. La incertidumbre de tu rendimiento con el paso del tiempo hace que no sepas nunca qué ritmo llevar. Siempre estás pensando en guardar. Pero llega un momento, en el que caes como fruta madura. Entonces surgen las dudas: si hubiese corrido más rápido antes, ahora llevaría más kms… y la contra-duda (caso de existir esta palabra) si hubiese ido más rápido? hubiese llegado a la maduración antes?… como dice mi padre: Si mi abuela tuviese cojones, sería mi abuelo. La vida, las carreras, está para tomar decisiones… Yo hice lo que creía que era mejor, no sé si lo repetiría, pero así lo hice.
Mi idea era correr a ritmo cómodo 70-80km que es lo que ya había hecho alguna vez, y creía tener la «certeza» de cumplir. Para posteriormente pasar a hacer cacos (caminar-correr) y para acabar andando. El plan es el correcto, pero luego hay que ponerse allí. Hay que ponerse que llegamos casi 20h antes desde Bilbao con un viaje de casi 30h…que el calor es el que es… y lo más perro, el circuito de llano tenía: la zona de boxes.
Arranca la carrera a las 14:00 del sábado 7 de noviembre. Salgo con el freno de mano echado. Guarda nene. Enseguida me veo de la mitad del pelotón para atrás. No pasa nada, caerán como moscas, como moscas asiáticas (pensé yo). Enseguida se forma la serpiente multicolor (nunca mejor dicho, ya que los tailandeses son amantes de colores chillones). Cada uno coge su sitio, yo muy atrás pero con la certeza de que con el paso del tiempo iba a adelantar a mucha gente.
Cae la noche y la gente empieza parar. Aún la carrera está loca. Gente que parece que está corriendo un 10km se mezcla con gente a la que ya le saco una vuelta completa. Empieza la táctica. Llegados a este punto, unas 6h de carrera, toca decidir: descansar o seguir. Yo tenía claro que no siendo rápido, lo mejor es no parar y utilizando un símil de la F1: adelantar en boxes. La táctica de la tortuga. Cada poco comía y bebía. Era una apisonadora. Una vieja y pesada apisonadora.
Con esta táctica aguanto casi toda la noche,12h de carrera, que es cuando hago mi primera parada. El ritmo era penoso y es mejor parar. En ese momento iba 4º en la misma vuelta que el tercero. La parada estaba programada para 30min, cuando llevaba 20min decido salir a correr, no aguantaba ahí tumbado. Un pequeño problema en la tienda de campaña que la organización dispuso para el descanso, hizo que tardase 45min en salir. Se atascó la cremallera.
De aquí a meta, ya fue todo sufrir. La noche, que empezó como un soplo de frescura, se mi hizo muy larga. No había farolas y lo poco que se veía era por el frontal. El recorrido estaba plagado de arboles que hacía que no penetrase la luz de la luna. El recorrido estaba plagado de árboles y de animales. Perros y gatos en su mayoría. Pero también serpientes. Era muy normal ir corriendo y ver dos ojos rojos que te miran…enfocar con el frontal y ver un perro o un gato… yo no tuve problemas con los perros, si con un gato. Pero creo que quería jugar más que otra cosa.
Amanece, que no es poco. Los rayos del sol siempre parece que te dan un poco de vida. A estas alturas parecía un walking dead a las puertas de un after. Las horas previas a la salida del sol fueron las peores. Incluso hubo un momento que me vi fuera de la partida. Programé otra parada de 30min y la cosa se fue a la hora y media. El calor de la tienda, con la bajada de la temperatura hizo que me entrase una tiritona muy grande. Tomé un café caliente, una sopa, me puse una sudadera y salí a correr. Mi hermano que estaba de asistencia me acompaño esa vuelta, tenía dudas de cómo iba a reaccionar o de si me paraba muy lejos de meta. Lo dicho, con el sol parece que todo va mejor… pero el sol trae consigo el calor… el calor… el puto calor… Y para las 10 de la mañana del domingo tengo la cabeza abrasada.
Momento de reflexión. Si una cosa tengo clara, es que yo estaba en esa carrera para ganar o para disputar. Y la carrera la gana el que más vueltas de. No estaba ni para hacer X kms o Y vueltas, estaba luchando contra mí mismo pero contra otros corredores. Esto es importante.
Es media mañana. Me paro y veo los tiempos del resto, voy sexto, el séptimo está muy cerca…No hemos estado 19h haciendo el loco para morir en la orilla. Me cambio de ropa y afronto lo que queda. Objetivo: que el tailandés que viene por detrás no me pille. Desde ese momento cada vuelta era ver por dónde iba… el gato y el ratón… Hasta que veo que se para. Yo sigo. Le saco una vuelta. Seguimos a lo nuestro. A falta de 3h para acabar, veo que mi amigo se para. Le saco una vuelta y aún me podría coger… doy mi última vuelta y veo que ya se ha cambiado.
Se acabó. Se acabó, para siempre… se acabó: el pilostre, la casa de paja, la tubería, el puente, el buda de oro, la cabaña, el rancho, vietnam, la cuesta de la piedra, la señal de 30… cada vuelta la había fragmentado en muchas cosas y el mero hecho de llegar al siguiente punto me mantenía en pie. Era como Toma Hanks en naufrago. Empecé a delirar, creo. 24h dan para mucho. Acudí a la mesa de control para confirmar que era sexto y poder cambiarme. Pero cuál es mi sorpresa, la persona que estaba haciendo la carrera con monociclo estaba en la lista que yo miré durante ese tiempo. Restamos uno. Quinto. Super contento. Super trabajado… super…
Esto es todo amigos. He tardado tiempo en escribir la crónica, espero que les haya compensado. El ciclo normal del entusiasmo es el siguiente: una vez acabas no quieres saber nada de correr, pasa un mes y ya estás mirando otros retos. No les voy a mentir. Ha pasado un mes y medio (exacto) y no tengo ninguna gana. Estoy empachado. Quiero tomarme un tiempo. El proyecto ha sido increíble, ha sido lo mejor…pero me ha supuesto mucho desgaste: deportivo, personal, familiar… Ahora me dedicaré a otras cosas, pero si esperan vivir aventuras fascinantes al borde de la muerte, busquen otros blogueros. En breve nos veremos por aquí.
Para todas aquellas personas que compraron una camiseta o donaron dinero, les dejo este vídeo, que sepan que el dinero ha llegado a su destino:
La carrera, es muy dura. Pero el país es increíble. Se lo recomiendo. Si pudiese iría todos los años. Es increíble. La cultura budista es a estudiar, se lo recomiendo.