Durante este verano y por causas ajenas al que escribe, he sufrido insomnio. Algo que he utilizado para ver la TV en verano y de noche, o lo que es lo mismo: refrito tras refrito de programas que durante el año «fueron actualidad». Podría haber utilizado este tiempo en otras cosas, pero no esperen mucho de este deportista de marca blanca.
Aunque no se lo crean, a veces hay cosas interesantes, incluso a altas horas de la noche. Por resumir un poco este pequeño estudio, el número de programas dedicados al deporte, salud, alimentación, culto al cuerpo, dietas… es increíble. Si les digo que cada día había por lo menos uno o dos, no les miento. Es cierto que hay más cadenas y muchas temáticas. Pero el volumen de este tipo de programas es para asustar. Quizás no somos conscientes dado que los vemos «salteados», pero si los ponemos juntos o hacemos un recuento, son más, muchos más que los de otras temáticas.
A qué se debe todo esto? No tengo ni la menor duda, el culto al cuerpo y/o cuidarse es un negocio en alza. Bien por salud o por estética, la gente cada vez está más concienciada o al menos interesada. Luego en cada uno está el hacer las cosas de una manera u otra.
Tal era el bombardeo de información, que había veces que al ver los programas seguidos la información se contradecía. Recuerdo uno, en el que ponían fatal a los alimentos «no ecológicos» y de seguido pusieron otro en el que destapaban que muchos alimentos «ecológicos» no lo eran. Oiga, y qué comemos entonces? Anécdota a parte, es cierto que es interesante estar informado y formado de casi todo, pero más de este tipo de cosas que forman nuestro día a día. Pena que muchas veces parecía que esta información venía sesgada. Otros, eran realmente buenos para tener una perspectiva de la realidad o para vencer tópicos, recuerdo uno de dos médicos gemelos, a los que a uno le alimentaron sin hidratos y a otros sin azucares. En el que venía a decir que los extremos nunca son buenos.
De la temática deportiva con tintes de salud y culto al cuerpo hay tantos o más. Y en septiembre aún más. Respecto a esta temática, me gustaría opinar más, pero caería en el error en el que cayeron casi todos. Por un lado, eran publi-reportajes: ni una pregunta incómoda. Y por otro, buscaban el sensacionalismo o caían en los tópicos. El culturista que se besa el bíceps, sin entrar en más materia… el fofisano que se apunta a una actividad en el gimnasio para bajar peso… Todo se quedaba en el medio de nada. De este bloque solo destacaría uno que vi en una cadena americana. Un entrenador personal, un cuerpo súper atlético, con unos hábitos alimenticios a prueba de bomba… que decidía engordar 35kilos para ponerse en la piel de sus clientes. Estuvo muy bien porque da otra perspectiva del gordo vago y que come por vicio que algunos tienen… Llegó un momento que el preparador decidió no estar tan tan «cachas» y llevar una vida más relajada. Los extremos son malos.
Con tanta tele solo llegué a la conclusión de algo que ya sabía. De las inseguridades se saca mucho dinero. Es más fácil vender algo a una persona con algún tipo de complejo que a uno persona sin él. Luego, si creamos complejos e inseguridades a la gente, les vendemos por miles. Eso y que cuando te gusta un tema, siempre piensas que no lo han hecho del todo correcto, lo ves con otros ojos. O simplemente te molesta que se metan con lo que te apasiona.
Les dejo el programa del viernes. Con esta introducción pensarán que es propio de un premio ondas. Ni mucho menos, yo soy muy consciente de mis limitaciones. Pero estén seguros que lo hacemos con la mejor de nuestras intenciones.