Con pólvora del rey

FOTO POLVORA

Cuando un arcabucero de los tercios españoles tenía que disparar se lo pensaba muy-mucho hasta tener blanco seguro, la pólvora corría de su cuenta. Cuando lograban obtenerla en algún polvorín del rey disparaban más alegres, el gatillo iba más ligero con recursos ajenos, “con pólvora del rey”, bienes públicos que el rey patrimonializaba a su nombre. Hoy, cuando algún político emplea dineros públicos en gastos/fastos que poco o nada benefician a la comunidad decimos que dispara con pólvora del rey; un aeropuerto inutilizable aquí, un palacio de congreso innecesario allí, subvención a la fundación cultural o a la ONG-fantasma de unos amigos, ayudas públicas variopintas para toros, ópera, festivales, deporte profesional … el bolsillo está más abierto con recursos ajenos sin correr riesgos propios, con el añadido cierto de beneficiarios que facilitarán la puerta giratoria al político que tan alegremente dispara con pólvora “regalada”.

Habré visto “El padrino” más de una docena de veces; son referenciales las películas de Francis Coppola, así que su premio Princesa de Asturias reconoce el talento. Del mismo modo que impacta lo que consiguió Mandela o engancha la Mafalda de Quino y reconforta con la Humanidad la Federación de Bancos de alimentos. Pero este reconocimiento no es óbice para preguntarse quién paga los premios y sobre todo el glamur/parafernalia (bastante cortesano, genuflexo y fatuo) del entorno, fastos que en casi nada repercuten en el pueblo asturiano. Obviando que los 50.000euros del premio no pagan IRPF pero los 2000eurillos de tu indemnización por despido laboral sí, la pregunta es por qué si los premios llevan un nombre no los paga el titular de su bolsillo; pero aparte del dinero público derrochado para unos pocos beneficiados (no precisamente los premiados), la lista de patrocinadores va cargada de lo más granado de la corte/cortesana, empresas y bancos que aquí donan/blanquean parte de los millones recibidos en rescates bancarios y empresariales aparte de hacer puerta giratoria de alto nivel.

Pero sin ir tan lejos, la pólvora del rey también se amartilla cerca de nosotros. No prohibiría las corridas de toros, simplemente dejaría que murieran por inanición, como cualquier empresa sin beneficios. Pero en Bilbao no, aquí se utilizan 70000uros del erario público en entradas de toros para sus concejales eta al (si cobran qué se las paguen), que a su vez las reparten en cascada de prebendas, porque hasta mí ha llegado su oferta. Toros, ópera, festivales, san Mamés barria, baloncesto y fútbol profesional… entre otras actividades empresariales privadas también se meten en el paquete de la pólvora real… así que oímos tantas salvas y tanto ¡olé toro! en agosto.

 

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