En armónica contradicción


Contradicción armónica para unos, seguramente disonante para muchos.

Realmente los viajes de los reyes de España a diferentes países del mundo me importarían un bledo si no fuera por el pastizal público que derrochan, pero a veces, además, también producen sofoco ajeno por lo que dicen según dónde. Van a Cuba y en los discursos oficiales les reclaman a sus dirigentes que actúen con democracia… buen discurso;pero aparte de sus amenazadoras diatribas borbónicas contra buena parte de sus súbditos catalanes, nunca tenemos oportunidad de escuchar similar reclamación de democracia cuando el Borbón viaja a dar besitos en los peteiros a su “hermano” el rey de Marruecos o a su “primo” el rey de Arabia Saudí. Al parecer en estos países tan ejemplares no hay derechos humanos que reclamar, aunque me imagino que sí comisiones por generosos contratos de trenes, venta de armas y otros suculentos negocios que hay que mantener sin molestar demasiado a los sátrapas citados. Es el lenguaje de la más pura contradicción.

En la ciudad de Yeda en Arabia Saudí se celebrará en enero de 2020 la XXXVI edición de la supercopa de fútbol entre cuatro equipos españoles. Personalmente me importa una higa donde se juegue esta competición, pero llama la atención que sea en un país que piratea (además usando una cadena sostenida por su gobierno) los eventos deportivos europeos;y escuece aún más siendo mujer, porque nuestros derechos allí valen tanto como una boñiga seca;prometen que podrán entrar las mujeres con total libertad… ¿pero ya podrán llegar al campo en manga corta y sin velo? Y lo más preocupante ¿las dejarán salir sin ficharlas? Todo un juego de armónica contradicción.

Ahora todos dicen haber defendido desde siempre la práctica del fútbol femenino, que es una manifestación de igualdad, que hay que fomentarlo…, pero provocan que las profesionales de este deporte tengan que ir a la huelga porque no las reconocen el contrato laboral ni al 75% de su jornada. Traducido en sueldo, unos mil euros/mes por jugadora, mientras sus dirigentes chapotean en operaciones millonarias en frecuente conchaveo con dudosas prácticas fiscales, incluso fraudulentas. Contradicción en disonante armonía.

Aunque cada día mueren dos personas en España por accidente laboral con sus secuelas humanas personales-familiares y económicas para todo el país, sigue siendo un drama invisibilizado, pues sabiendo que la contratación precaria, la falta de preparación y las jornadas agotadoras son sus causas principales, se mira para otro lado y se hace poco o muy poco para atajarlo. Casi nadie ve la contradicción.

La ultraderecha ha conseguido sus mejores resultados en donde viven más inmigrantes. Les culpan de todo: delincuencia, colapsar servicios sanitarios y ayudas sociales…, acusaciones literalmente falsas;pero olvidan “acusarles” del único hecho real: que esas zonas medran y se enriquecen con el trabajo que realizan los inmigrantes porque lo rechazan los autóctonos. Se vive y vota más feliz en la contradicción.

Es llamativa la aparente armonía en la que convivimos con nuestras innumerables contradicciones. Podríamos cambiar el mundo viajando a otro, pero no hace falta, porque si a Pedro pactar con Pablo hace dos meses le suponía un insomnio con terribles pesadillas y hoy le produce un sueño beatífico reparador, todas las contradicciones son asumibles. ¿O no?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *