El dios de la lluvia ya no llora en abril

Cueva de los Goros. Caminando sequías. Nunca había visto seca la entrada de esta cueva en abril

Ya sé que en la Feria de Abril estarán muy contentos con este dios.

El 22 de abril Día de la Tierra. Aunque seguramente me repita y no diga nada que otros/as muchos no hayan ya comentado en sus análisis y artículos, es difícil pasar de puntillas por encima de este día recordatorio de que no hay planeta B, que la Tierra es la única casa que tenemos y que esquilmarla es tirar piedras en nuestro propio tejado.

Y lo digo hoy, aunque me gustaría hacerlo también el próximo sábado y el 11 de agosto y el 23 de noviembre… y todos los días del año, porque mantener la casa en orden y equilibrio sostenible debiera ser una tarea cotidiana.

Pero recuerdo haber sobrevolado en helicóptero hace algún tiempo Madrid y sus alrededores, quedándome atónita al ver miles y miles de piscinas privadas, mientras a no muchos kilómetros de allí tenían restricciones para el consumo humano y del ganado.

Hoy veo los embalses en sus cotas más bajas en un mes de abril, que parece que se olvidó del refrán «… aguas mil». Pero no observo muchos movimientos para racionalizar el consumo en hogares, industrias y explotaciones ganaderas. Y tampoco aprecio que se incentiven muchos planes para ordenar nuestra disponibilidad de agua a la larga. ´Se imaginan que no pudiéramos comer este año patatas del país porque la sequedad de la tierra impidiera su siembra. Ni pimientos, ni tomates, ni alubias…

Pero mientras tanto, visto desde este Norte del Sur Europeo, algunos otros parecen contentes, porque con la subida de las temperaturas y escasez del agua en el Sur del Sur, un flujo importante de turismo basculará hacia este Norte del Sur todavía relativamente verde; como si el avance inmisericorde de la falta de agua y ascenso de temperaturas no fuera con nosotros, ahora mismo y más dentro de unos años.

En la España peninsular hay cuatro desalinizadoras, mientras que en Israel, con un territorio como Extremadura, tienen 60 en funcionamiento. Aquí, los grandes embalses están exangües en pleno abril. Y cuando lleguen los rigores del calor estival, la evaporación se llevará hasta el barrizal, pero aquí a casi ninguna administración se le ha ocurrido fabricar masivamente aljibes cerrados para evitar estas pérdidas por evaporación. Hay muchos más ejemplos técnicos.

Lo malo es que frente a soluciones tecnológicas racionales y factibles, pronto tendremos propuestas de procesiones y rogativas a vírgenes y santos más o menos meones, y cuando vuelva algo de agua nos olvidaremos de los lamentos, también de las rogativas, y, por supuesto, de las soluciones hidráulicas factibles.

Y volveremos a chapotear sin guardar memoria de que el Dios de la lluvia cada año llora menos en abril. Y podríamos terminar caminando sequías como las que ahora yerman los suelos de Sud´án.

@nekanelauzirika

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