Alcoholemia peatonal

En Zaporózhiye-Ucrania una mujer fallecía arrollada por el tren y su pareja quedaba mutilada mientras mantenían relaciones sexuales… en las vías. Aún ebrios, es antojo incómodo usar traviesas y balasto como tálamo.

El año pasado en el Estado fallecieron 461 personas en accidentes de tráfico en vías urbanas; junto a 4.400 heridos graves y 57.510 leves. En carretera descendieron en un 10%, pero en ciudad aumentaron un 1%. Con la “sana” intención de que se utilicen correctamente los semáforos y pasos señalizados para peatones, algunas ciudades se plantean realizar pruebas de alcoholemia a los viandantes e imponer sanciones para evitar accidentes por atropello.

El alcohol es siempre buen chivo expiatorio. No me considero la peatón más cívica del país ante un paso de cebra o un semáforo, pero como pecadora intermitente e impenitente en las tesituras de cambiar de acera, en ocasiones me permito espiar —digamos observar analíticamente, que da categoría al chismorreo— el comportamiento de mis conciudadanos viandantes. Excepto en lugares donde la densidad de vehículos es muy intensa y bastante veloz, la actitud peatonal ante el resto de semáforos o de zonas señalizadas es más bien pasota cuando no abiertamente desafiante. En Bilbao también.

Es frecuente ver atravesar a grupos a lo “Vicente”, a personas mayores despistadas o a jóvenes ejecutivos con prisa-muchaprisa. El martes pasado en el semáforo de Licenciado Poza, 1 que hay detrás de la biblioteca de Diputación, un peatón de mediana edad con el pie enyesado, tacón de goma y cachaba de apoyo hablaba tranquilamente por teléfono móvil mientras sin duda ni precaución alguna atravesaba la calle con el semáforo en rojo; el coche venía razonablemente despacio y esquivó al peatón teléfono-parlante distraído-despreocupado ¿incívico?

No siempre es así, pero aquel hombre despistado que al alcanzar la acera hizo un gesto de alivio, no estaba bebido ni nada parecido, para él simplemente el semáforo no había existido. Por su parte, veo poco txikitero despistaillo ante  un semáforo o paso de peatón, porque achispadillos sí pero tontos no son. Si poner un policía sancionador en cada calle es imposible incluso para un ayuntamiento Azkuninano quizá debiéramos explorar otras vías cívicas, empezando por convencer a los peatones que los semáforos se deben respetar siempre, que la vía pública es poco “sana” como tálamo sexual, pista para esprintar o toreo a muleta del auto-toro, se esté bebido o abstemio.

Fijados en el control de alcoholemia peatonal y en la multa, todo podría quedarse en mero acto recaudatorio, al que se toreará despistadamente como ahora a los semáforos.

 

 

 

Revolución de diseño

El penúltimo toqueteo al estado del bienestar será el cobro de medicinas en urgencias a quienes utilicen la farmacia hospitalaria. Pronto amputarán las pensiones. La revolución bolchevique se fue gestando a fuego lento en las duras/durísimas condiciones de vida de los muzhik. De modo que en 1917 el pescado revolucionario estaba todo vendido, del mismo modo que en 1989 el mismo pescado estaba casi absolutamente podrido porque en el camino de la realidad social al frontispicio marxista primigenio “dictadura del proletariado” se le había caído “proletariado”.

No sé/sabemos cuándo llegará el definitivo estallido de la revolución liberal neo.com, pero es evidente que se está cocinando a fuego lento (no tan lento para 6millones de parados/as) en un pil-pil incesante. Que el rey holandés, que vive a cuerpo de idem, diga que el estado del bienestar se ha acabado, aparte del sarcasmo real, no es más que reconocer que vamos cuesta abajo hasta darnos de bruces con el gélido/tórrido infierno. Sin comerlo ni beberlo la mayoría, en 2007 algunos decidieron que vivíamos por encima de nuestras posibilidades y debía amputarse tanto derroche popular en bienestar. Con la excusa de la crisis económica que algunos (BCE, FMI y colocados; Rato and Cía, Banqueros, empresarios… con pingües beneficios) dicen que padecemos, se ha formado una pinza entre el poder económico multinacional y la caverna del poder político que nos atenaza cada día un poco más. De aquellos ya sabíamos que especulan siempre en beneficio propio, pero de los dirigentes que esperábamos fueran un contrafuerte sólo recibimos andanadas de mentiras mientras dejan en cueros vivos el andamiaje del otrora cacareado bienestar popular.

No reducirían inversiones ni subirían los impuestos, no mutilarían las ayudas para estudiar, no se cobraría la atención sanitaria ni los fármacos… y, por supuesto, jamás de los jamases se amputarían las pensiones… ¿mentiras de diseño para olvidar? Tal vez aquí o en Grecia/Irlanda/Portugal sea más duro, pero las terapias restrictivas de amputación se extienden como reguero de pólvora, inclusive en países ricos como Alemania donde los minijobs no son una anécdota.

Tras estas amputaciones directas y sin anestesia, seguramente nos ofertarán la caridad como bálsamo para las heridas.     

Pero ya ni esta caridad parece creíble, porque hasta un alarmado papa Francisco confiesa que no es de derechas. Grave, muy aniquilante debe ser la deriva de la revolución derechista de diseño hacia ese espectro neo.com de la ambición humana para que hasta el Vaticano se descuelgue/despegue de ella.

 

Celebrando la derrota

O camino hacia la victoria, según el ocular de quien lo observe y el objetivo de quien lo celebre. Acaso porque a derrota celebrada, victoria olvidada. La lógica aparente parecería aconsejarnos que celebrar las victorias tendría que ser lo más consecuente, al tiempo que ocultar o enterrar las derrotas lo más conveniente.

Consecuentemente, en los alardes de Irun y Hondarribia celebran victorias, pero el recuerdo colectivo humano no funciona al parecer de forma tan lineal, y en Villalar de los Comuneros el 23 de abril celebran la derrota por defender sus leyes civiles propias, con decapitación de sus líderes incluida. Tampoco el 11-S trae buen recuerdo a la mayoría de los chilenos, pero cuarenta años después el 11-S es efeméride nacional, recordando a un Salvador Allende cuyo gobierno probablemente cometió errores, pero nunca «horrores pinochetianos» contra sus pueblo. Películas, biografías, museo y centro cultural dedicados, estatua… manifiestan la presencia viva de Allende. Porque seguramente, como decía Borges: «Solamente una cosa no hay: es el olvido». Recordar a Allende en su derrota frente a Pinochet en su sangrienta victoria es la mejor forma de llevar la vida como Neruda, ni hacia abajo ni hacia atrás, sino hacia adelante. Algo similar diríamos del recuerdo ligado al 11-S en Nueva York. Y también entre nosotros, los ciudadanos de la CAV, con el 25 de octubre como recuerdo de la derrota legal aboliendo de facto las leyes civiles propias como castigo por la cuasi-derrota militar de la Primera Guerra Carlista.

Pero pocas veces ha podido verse conmemorar con tanto sentimiento una derrota militar como en la Diada catalana y celebrarla tan entusiásticamente con una cadena humana de 400 kilómetros por una Catalunya libre. Utilizada Barcelona como peón y moneda de cambio en el tablero político geoestratégico europeo de aquel 1714, los paganos de los acuerdos no fueron los perdedores militares directos, sino los derechos civiles de los catalanes, de «todos los catalanes», a quienes se les hizo pagar que a la cohorte cortesana de un rey advenedizo le gustaran más las leyes centralizadoras castellanas que las catalanas.

Pero la verdadera historia, la intrahistoria de una comunidad, no es tan fácil de ocultar, por lo que el sentimiento aflora en cuanto se le deja en libertad. Tal vez por eso, cuasi se haya olvidado el omnipresente festivo 18 de julio franquista y por el contario, en la Diada miles o millones conmemoren y celebren como vida hacia el futuro la derrota sufrida hace 300 años. Aprendamos celebrando la derrota.

De Europa, sueño y economía

Según  los expertos en medicina del sueño los ciudadanos/as de este Estado mal-zurcido, deshilvanado y en ocasiones hasta deshilachado país, dormimos por término medio una hora menos que (el resto de) los europeos. Así pues, vivimos despiertos unos 15 días más al año que (el resto de) los europeos. Alegría. Dormir y comer son consustanciales a la vida y hacerlo mal tiene consecuencias. Preocupación. Un tercio padece trastorno del sueño, crónico o esporádico. Cualquiera que pasee de anochecida por una población europea y lo compare con nuestro trajín nocherniego sabrá del tema.

No dormimos 7horas/día, trasnochamos intermitentemente, ingerimos alcohol antes de acostarnos y el ruido no nos importa. Consecuencia, uno de cada cinco ciudadanos padece somnolencia excesiva (se arrastra sobre los pies) durante el día, con notable merma en la actividad académico/laboral y en la propia calidad de vida. Añádanle estrés, ansiedad, riesgos cardiovasculares, de obesidad o de diabetes, y un 20% como factor importante en accidentes de tráfico. Para bien y/o para mal, parece que vivimos en el anverso de Europa.

Que nos espete “The Telegraph” que estamos en las antípodas del ser europeo llamándonos “insolventes” (económicos o morales o ambos dos) podría achacarse a la visión de patio trasero soleado, chiringuito y alcohol barato que tienen de España desde la Gran(ma non tropo) Bretaña, pero que con más delicadeza y fineza económica-financiera lo manifiesten cinco premio Nobel de economía (J.Mirrlees, 1996; J.Stiglitz, 2001; P.Krugman, 2008; C.Pissarides, 2010; T.Sargent, 2011) da más que pensar y sentir.

Duele su verdad agorera de difícil solución para nuestra crisis económica/financiera, laboral y social y que auguren nuestra salida del euro y hasta de la UE; algo que también desean muchos del norterico cansados de “mantener” a sureños vagos, insolventes, insomnes jacarandosos de noche y adormilados de día. Al tiempo.

Cada 9 de mayo desde 1985 se celebra el Día de Europa en conmemoración de los acuerdos CECA, embrión de la actual UE. Pasa sin pena ni gloria entre la ciudadanía y aunque sea la única celebración oficial europea es día laborable, nada parecido al 4 de julio americano. Somos en esta Europa común Insolventes, pero nos siguen dando crédito ¿esperarán cobrar?; vagos-trasnochadores, pero se llevan a los jóvenes bien preparados; economía insostenible, pero las compras de inmuebles por los europeos se están incrementando… Contradicciones de la vida tal como vienen, o como algunos quieren que nos vengan, a saber. Maltrecho Estado, hasta Mas sueña con más Europa y menos Estado.

 

 

 

 

No me digas Bradley, llámame Chelsea

 Con uno u otro nombre, sea cual sea su sexo al soldado Bradley Manning le han caído 35 años que cumplirá bajo rejas su alter ego Chelsea. La transexualidad sobrevenida de este/a soldado sería un caso clínico más que bajo tratamiento adecuado sintonizaría mente y sexo/género, si no fuera porque la información que proporcionó ha puesto pastas arribas la estrategia defensiva/ofensiva militar y civil USA, así como los controles secretos aleatorios a los ciudadanos/as buscando terroristas, reales y/o imaginarios.

Así pues, nada es como parece, y menos si ahora en lugar de la sustancia revelada se habla del sexo del revelador; buen quiebro. Algo de transexualidad política debe haber también en las verdades del barquero que destapó el peripatético Ciaespia Snowden, cantada que ha dejado a culo pajarero bases secretas y tejemanejes urdidos por americanos, sus primos británicos et al. Transexualidad política intuyo, porque lo que dicen en público y hacen en secreto son cosas de sexo diferente.

Algo similar les ocurre en Egipto, donde de apoyar la primavera árabe transformada en tórrido verano islamista han pasado al apoyo vergonzante al ejército golpista, aunque en público amaguen con represalias. Dirán pero no atizarán porque vender armas a ambos bandos es un momio. Parecido a Siria, dos años de calamitosa guerra civil, bases secretas funcionando a destajo, ventas simultáneas de material bélico a ambos bandos y de paso las tropelías israelíes de Cisjordania/Gaza han saltado al Líbano; pero aquí según dicen son los pájaros los que disparan a los cañones y todo va de tapadillo.

Menos de tapadillo ha ido el enésimo conflicto con/por Gibraltar. Hoy bloques al mar inutilizando los caladeros tradicionales, ayer la ampliación del aeropuerto, mañana los rellenos en la costa para construir apartamentos…Dicen que es por la soberanía, pero las colas y el choque durarán poco porque el contrabando de tabaco es sustancioso, el mercadeo de otras drogas aún más, los buques cisternas son un chollo, los traficantes de humanos viven bien cobijados junto a los rhesus, porque este paraiso fiscal está mas cercano que Andorra, Suiza o las Bahamas.

No, no hablo únicamente de ciudadanos británicos, que el material para la escollera nueva en Gibraltar procede de la España impoluta. Vamos, que la cacareada reclamación de soberanía es carnada de primera plana porque son muchos los intereses de españolitos reclamantes de soberanía que transexualizan mejor con el Gibraltar brithis. A lo mejor/peor dentro de 35 años Manning reclamará que le llamemos Brandly