Corrupción, pecado legal

El modelo confesionario de redención estaba bien montado, pecabas, un clérigo de entendederas/sorderaad hoc te absolvía y con un óbolo y dos avemarías redimida de toda culpa… hasta el próximo desliz. Padre, he sisado, he recalificado…, mientras no fuera contra el sexto daba igual, el pecado se trocaba rápidamente en “legal” vía confesionario.

Todo el año hay un día “D” para algo, y cada 10 de diciembre de colofón festero tenemos el de derechos humanos que maldita la falta que hace mentarlos estando mr.Trump&Cía en su trono;y el día anterior, del cajón del recuerdo cíclico se saca el día de la corrupción, o mejor sea dicho, contra la corrupción.

Que levante el dedo quien no se haya comido un par de nueces en el súper, quién no ha cambiado un bombón de lugar ni degustado un pintxito por el morro del despiste. ¿Corrupción? no, tan solo pequeños siseos penados si te pillan. Con la RGI en boca de todos, confieso que yo también conozco a esa persona que cobra la RGI mientras trabaja en “B-black” cuidando a un anciano/un dependiente. “Ni una ni otra dan para vivir;si declaro una me quitan la otra, ¿qué hago?” se pregunta. Su necesidad no exime de ilegalidad como delito punible. No piensen en sudamericanos cuidadores ni filipinas del servicio doméstico oculto, porque me ha costado un riñón que “uno de aquí” me hiciera una pequeña reparación “legal” con IVA. Nos preguntamos si esto es delito y la respuesta obvia es que sí porque incumple la ley. ¿Y corrupción? Pues no lo parece tanto porque te juegas un castigo judicial. Tal vez un malabarismo de pícaro Lazarillo, algo tan frecuente como socorrido en nuestros lares.

Era 1989, sorprendida por el lujo y el nivel de vida de un conserje-recepcionista, me confesó que ganaba 90.000 pesetas legales y más del triple simplemente por alterar el orden de las plicas para la licitación de contratas. ¿Ilegal? sí, pero también corrupción sabida, consentida y bien pagada. Corruptor/corrompido, conjunción imprescindible. Si un cargo público tras una buena “mordidita” permite la recalificación de un terreno rural o de uno incendiado a posta;si se nombra a dedo como asesores a conmilitones en todos los niveles de la administración;si ser del entorno real permite exculparse con sólo decir “no sabía”;si es norma la “puerta giratoria” cargo público/consejo de administración de empresa licitadora;si sus sueldos, indemnizaciones y planes de pensión públicos los deciden los propios políticos;si fiscales y magistrados son nombrados por quienes deberán ser juzgados… Todo esto y mucho más es hoy corpus legal en España. Sorprende que entre 190 países aún estemos en el puesto 41 en caída libre hacia la corrupción. Pero todo legal.

Los pecados confesados se perdonan con óbolos y jaculatorias;los dolos/robos/hurtos se pueden castigar;pero la corrupción sistémica es parte intrínseca de nuestro entramado social tanto político/legal como judicial, y si quedara algún resquicio se modifican las normas para elegir los magistrados “idóneos“ que mejor las interpreten… conciencia tranquila, bolsillo lleno.

Apocalipsis

 

COMO ya sobrevivimos al final del mundo que según la profecía maya fue el 21 de diciembre del 2012, no me compunge demasiado el anuncio apocalíptico de que el nuevo final sucederá este sábado tras el equinoccio otoñal del 22 a las 22:02 horas. Son los “partidos del siglo” repetidos todos los años. Agujeros negros, meteoritos, alineación de planetas…, variopintas teorías que siempre han vaticinado sucesivos fines del mundo; la diferencia hoy es que Internet y su nube de redes sociales las expanden más y mejor. Esta semana, este año, este equinoccio toca la profecía del Arrebatamiento, la segunda venida de Cristo según el Apocalipsis de san Juan. Algunos creen que este 23 de septiembre con la alineación entre las constelaciones de Virgo y Leo, el Sol, la Luna y los planetas Mercurio, Marte, Venus y Júpiter se iniciará la profecía que presagia que Jesucristo volverá para llevarse a los buenos, abriéndose un período de siete años durante el cual el Anticristo traerá la destrucción sobre el resto de la Humanidad de malos/malotes, se supone.

Ciertamente están sucediendo asuntos preocupantes en este mundo. Corea lanza misiles nucleares, USA amenaza con imitarles, en Siria la guerra a tres (o más) bandas continúa su propio apocalipsis, Israel bombardea cuándo y a quién le viene en gana; en Centroáfrica la guerra y el hambre son cotidianas; millares de refugiados intentando a diario cruzar el Mediterráneo; las bombas sacuden Londres, Barcelona, París…; y por si fuera poco la naturaleza os regala sequía aquí y huracanes devastadores allí como Irma. Ni tan siquiera sirve de consuelo que la capa de ozono se esté recuperando, porque este equilibrio puede ser solo pasajero, consecuencia del calentamiento global que favorece la formación de ozono en altura, lo cual enreda más aún el porvenir.

Simultáneo a estos avisos de agonía humana, aquí tenemos el procés catalán como augurio propio de final apocalíptico, entre otras razones porque casi todos se están empeñando en que los negros presagios sean profecías autocumplidas. Nadie teme al futuro porque una deportista a la que jalean como muy vasca-española declare ganar 12 millones y no tribute un euro en la España cañí; no duelen mucho los miles de millones que los equipos profesionales de fútbol deben a la SS y a la Hacienda pública, que sin embargo llama a rebato porque despistan algún euro para carteles animando a votar. Cien mil carteles que incauta la guardia civil porque son ilegales y no pueden hacerse públicos pero que la propia benemérita difunde en un tuit; si son ilegales ¿se auto-inculparán? El forúnculo patriotero está efervescente porque algunos catalanes se han permitido dudar de que fuera el mismísimo Dios quien creara en directo en un octavo día la España que don Mariano defenderá hasta la muerte; de los otros, entiéndase.

Como hasta ahora los presagiados terribles finales jamás se cumplieron, confiemos en que salga el sol tanto el 2-O como el 24-S desdiciendo a san Juan y exégetas apocalípticos.

Lo que no es óbice para que aquí sigamos jaleando nuestro particular apocalipsis cotidiano.

El último rescate, por ahora

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SI la realidad no cambia, engañe a su cerebro. Barbara Fredrickson, psicóloga de la Universidad de Carolina del Norte, ha demostrado que una actitud optimista ayuda al cerebro a luchar contra las emociones negativas.


La podredumbre de ciertos grupúsculos políticos suele generar la tentadora reacción todos los políticos son iguales, lo que evidentemente no es cierto; y el consecuente “yo paso de política”, como queriendo obviar la propia mirada en el espejo. Pero la política no pasa de nosotros.

Mientras se discute aprobar o no los presupuestos, si marchar en comandita imposible a una moción de censura, si Susanita necesita a superLópez para enfrentarse al ratón-león llamado Pedrito y se pontifica sobre si el cupo del Concierto Económico vasco es humano o divino, la Corte Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones dependiente del Banco Mundial, ha condenado al Reino de España a pagar 128 millones de euros a las firmas Eiser Infrastructure Limited y Energía Solar Luxembourg por los recortes aplicados desde 2010 en las primas a las energías renovables que estuvieron vigentes de 2006 a 2012. Muchas empresas invirtieron en proyectos fotovoltaicos y termosolares, debido a la rentabilidad garantizada con estas primas del Gobierno. El varapalo de este laudo es solo la avanzadilla de otros muchos (hay 26 abiertos), que de seguir la misma línea resolutiva dejará en cueros vivos a la maltrecha economía española. O no, porque ni los que gobernaron las primas en 2006 ni sus supresores en 2010 las pagarán. Sí, seremos usted y yo quienes paguemos.

Si hubiera habido beneficio no hubiéramos cobrado, pero como ha salido mal la jugada de la privatización solar, los errores irán a cargo de los paganos de siempre: usted y yo. Quizá usted diga pasar de política, pero la política-hacienda no pasa de nosotros: habrá rescate público en toda regla.

Rescate multimillonario al estilo bancario. Recuerden, entre 2009 y 2015 el sector público rescató a los bancos imprudentes (dirigidos pordedocráticos ladrones, mafiosos, bolsilleros, corruptos, politicastros clientelares, etc.) con 60.718 millones de euros, de los que el Estado apenas ha recuperado un 5%. Aunque la realidad es que contando ayudas directas y avales el esfuerzo puede rondar los 122.000 millones. Mareante, más para quienes lo estamos pagando.

Sumen otros recates bien conocidos: de aeropuertos sin aviones, de palacios de Congresos sin encuentro alguno, de hospitales privatizados que agotan su presupuesto en setiembre, de autopistas deficitarias, de centrales nucleares no construidas o que ya no son rentables, de empresas de limpieza urbana quebradas… la lista, con nombre y apellidos, es larga y burlesca.

En realidad aquí el rescate público del fracaso privado es deporte nacional, y podríamos registrarlo en lo mercantil con nombre propio, Rescates Públicos S. P., Beneficios privados S. A., o similar.

Para ser menos desdichados como pagadores de despilfarros y metemanos ajenos nos queda Barbara Fredrickson y seguir engañando a nuestro cerebro. ¡Carpe diem!

Discursos vacuos

OTRO DISCURSO REY
Ni una palabra de corrupción, ni de las 60 mujeres asesinadas por parejas y hasta 16 veces cito la palabra unidad de España.

Como a muchos/as ciudadanos, no me suelen interesar ni un comino los discursos oficiales del rey ya que por principio suelen ser tan evanescentes y vacíos de contenido real como la propia monarquía, que solo habla en serio a la hora de cobrar comisiones y a final de mes por unos servicios que muchos consideramos tan innecesarios como sus discursos florero. Dóciles tertulianos en complaciente exégesis hermenéutica llenarán de sustancia estos vacuos discursos reales, palabras reales grandilocuentes de quien no toca el suelo con los pies.

Pero en esta ocasión sí escuché al borbón Felipe VI. También un parado que ilustra su opinión: nada por aquí, nada por acá, mostrando sus manos vacías de soldada como el insustancial discurso real. Castillos en el aire, me decía un pequeño empresario, porque aunque los exégetas borbónicos vean hermosas palomas en las manos del prestidigitador real, a los autónomos (verdaderos generadores de empleo) emprendedores la mención real a la economía, solo les recuerda a la de bancos o de grandes empresas, pero no a la de quienes aun trabajando duro mal-llegan a fin de mes o a la de quienes no han accedido a su primer empleo (él lo tiene asegurado de cuna) o han tenido que emigrar por miles a países que otorgan esperanza de encontrarlo; tampoco recordó a quienes se quedan sin vivienda por la rapiña de los ricos, ni de los pobres de solemnidad.

Con solemnidad citó la rectitud, pero se “olvidó” corrupción, aunque tengamos una recua de corruptos con su hermana en lista de espera judicial. Una vecina nacionalista-española estaba exultante con el ¡Arriba España! real, pero un moderado nacionalista-vasco moderado me recuerda que Felipe dijo muchas veces España y alabó otras tantas su unidad (hasta 16 veces) y grandezas patrias; usó palabras altisonantes sobre la diversidad de los pueblos de España, pero no mencionó Cataluña, ni se esforzó en esbozar un guiño para atraer a quienes trató como súbditos, sonando amenazadora su apelación permanente a la ley.

Impresionante tramoya real, palacio, tapices, artesonados…, mucha lejanía y demasiada prosopopeya, con utilización repetida de expresiones ternarias de solemnidad como progreso político-cívico-moral/diálogo-concertación-compromiso/rigor-rectitud-integridad…; suenan bien, pero remarcan su lejanía personal del pueblo y la grandilocuencia que no necesitamos desde el jefe del Estado.

Citó el terrorismo sufrido en París, como su padre el de ETA, pero ni una palabra para las 60 mujeres asesinadas por razón de ser mujer, un terrorismo que desde 2003 suma más de 800 víctimas, tantas como las asesinadas por ETA en 40 años. Así la igualdad de oportunidades puede esperar más allá del googlediano 2095.

Lástima de esos 13 minutos perdidos escuchando el discurso real; palabras de rey, palabras hueras

Qué habré hecho mal para no ser millonaria

MILLONARIOSSi escuchamos con atención a los dirigentes peperos neocom parecería que quienes no se hayan forrado, ni logrado millones ni hayan defraudado durante la crisis para después poder ser autoamnistiados es porque carecían de luces, capacidad y habilidad, porque para ellos los últimos años en España los perros económicos han estado atados con longaniza financiera al alcance de todos. Puede leerse en esta línea de razonamiento la noticia de que en el Estado ha aumentado el número de millonarios un 10% sobre el año pasado, mientras en Europa ha sido un 4%. Entre nosotros la crisis “ha generado” de 2008 a 2015 un 40% más de millonarios, ricos que excluyendo su vivienda, colecciones, consumibles y bienes duraderos poseen más de un millón de dólares en activos de inversión; además, entre ellos se ha duplicado el número de afortunados con más de 30 millones.

Este vedetismo millonetis sería noticia, sí, pero no tan agresiva ni lacerante si simultáneamente en el mismo período de crisis no estuvieran cinco millones de personas sin trabajo, ni hubieran ascendido hasta el 29% los ciudadanos/as en riesgo de pobreza y exclusión social, si no hubieran rebajado los salarios, si no hubieran fomentado el trabajo-basurilla, ni subido los impuestos, si no hubieran recortado las prestaciones sociales y sanitarias con nuevos copagos, si no hubieranjibarizado los presupuestos de la educación pública que es a la que tienen acceso los pobres y empobrecidos… en resumen, si no se hubiera elevado la desigualdad entre ricos y pobres a su máximo nivel desde que la OCDE inició su medición hace 30 años. El 10% de los más favorecidos no poseería el 50% de la riqueza, mientras que el 40% de los más pobres solo tiene el 3%. Triste, doloroso y miserable récord del régimen rajonyano.

Para explicar este espectacular repunte de ricos, que no de riqueza nacional, escuchamos múltiples razones: fraude y evasión fiscales, menor imposición a los ricos, aplicación empresarial espuria de las leyes laborales, y sobre todo la escasa inversión productiva del capital que se ha dirigido al beneficio rápido de los mercados bursátiles especulativos de sesgo económico-extractivo. Discutibles pero entendibles.

Pero en ningún caso es de recibo que ahora desde muchos medios se fustigue a los más pobres achacándoles de insensatez y envidia hacia los ricos, “porque tu imprudencia anterior es hoy mi riqueza” o “eres pobre porque no te has esforzado lo suficiente”, o “porque no has sabido apalancarte en el mercado extractivo que es lo que genera millones”…, vamos que eres tontuelo/a por no haber sabido qué hacer para ser millonaria al tirón. Y ahora además, envidioso/a. ¡Manda güevos!