“RHAPSODY IN BLUE” a la bilbaina…

foto: camionesclasicos.com

Por fin, los bilbaínos empezamos a salir del “aldeanismo” y empezamos a recibir los adelantos de la tecnología, sobre todo en el transporte por la villa. Gracias a nuestros mandatarios, empezamos a ver por la calles del botxo unos autobuses muy raros, pequeños, regordetes y encima pintados de azul, cuando todos sabíamos que el color “de toda la vida” era el rojo. Menudo atrevimiento. Muy rápido tuvieron su mote: los azulitos.

No eran para todos los bolsillos, la plebe seguía sufriendo con los trolebuses y autobuses de dos pisos –menuda sensación de libertad se sentía en la primera fila del piso de arriba- pero hay que reconocer que cambiaron mucho el concepto del transporte. Eran un paso intermedio entre el taxi y el trolebús convencional, se podía coger en cualquier punto del recorrido con solo levantar la mano, y lo mismo te podías bajar en cuanto se lo solicitaras al conductor, además , solo podías ir sentado ya que no había sitio para ir de pié –eso era lujo romano-. El conductor era “amo y señor” del invento y encima  pluriempleado, tenía que conducir, estar atento a las solicitudes del personal, cobrar, abrir y cerrar la puerta –solo había una- y mantener en todo momento la actitud de saberse el mejor y más caro transporte de la villa.

Si el haber nacido en Bilbao te otorga un status nobiliario, el ir montado en microbús era un añadido que se apreciaba en las miradas que otorgaban sus usuarios a los transeuntes, por muy bilbainos que fueran.

Había que ver con que soltura manejaban los conductores el sistema de apertura y cierre de la puerta de los primeros azulitos, el invento consistía en un juego de palancas que permitía abrir y cerrar sin moverse del asiento.

El cambio también fue social. Mi primer recuerdo de una mujer conduciendo un medio de transporte fue en estos microbuses, los viejos taxistas de la villa aún recuerdan a la “rubia del azulito”, en torno a su forma de conducir se crearon bastantes polémicas, según contaban algunos profesionales del sector.

Los ciclos se repiten y son parte fundamental en la vida, no hace mucho tiempo ha llegado al Metro, después, ha vuelto el tranvía, ahora el autobús de dos pisos, acaso lo próximo, será ver de nuevo a los “azulitos”? Yo sigo esperando.

Agur