El paso del tiempo…

dibujo: semillitakids.com

El DNI es el mejor chivato de la edad real de una persona, pero en lo relativo a la edad física dependemos de muchos factores, la salud, el ánimo, las compañías. Tenemos jóvenes con verdadero aspecto de viejos y viejos que parecen chavales.

De los conocidos mejor no hablamos, siempre aparece ese “amigo” al que no ves en muchos años y cuando te saluda te suelta “coño, si casi no te reconocía, con esas canas y esa barriga, que mayor te veo”, hombre, a uno le gusta la sinceridad, pero no tanta, hombre no tanta, que para tener amigos así, es mejor tener enemigos.

Creo que uno de los mejores indicadores del paso de los años es la familia. Si os fijáis bien y miráis con perspectiva, veréis que las reuniones familiares son uno de los motivos que mejor nos informa del paso de los años.

Cuando eres joven, en la sobremesa solo se habla de las juergas que te has corrido en los últimos meses y las que próximamente te vas a correr. Eres un chaval.

Después llegan los niños y la conversación pasa a ser más o menos así: “pues a tu sobrina cuando tiene fiebre le doy un Dalsit y se pone como una moto” “pues a mi crio cuando anda estreñido le doy Cagolin y casi tengo que llevarle al pediatra en botella”, etc.

De esa situación pasamos a los estudios: “este año el crio nos deja sin vacaciones, le tengo que llevar a una academia para recuperar” “pues este otro no quiere ya venir de vacaciones con nosotros, claro, como tiene sus amigos aquí”.

Con los años el tema cambia a las dolencias, la sobremesa parece el muro de las lamentaciones: “me ha dicho el médico que tengo azúcar y la tensión alta” “pues a mí me ha dado la baja, tengo el hombro hecho polvo, claro, con tanto ordenador”. Si uno se encuentra bien, para no desentonar tiene que inventarse algo. Qué dirá la familia.

Si en la próxima reunión familiar, a la hora de las tisanas e infusiones, empezáis a jugar al dominó con las cajas de Sintrón o de Profac, es que ya estáis a punto de entregar la cucharilla. Así que tomaros la cosa con tranquilidad, que la vida es muy corta.

Agur