Las prisas no son buenas..

foto: cienciadicente.blogspot.com

Dice mi psicólogo, que deje de preocuparme tanto por mi neurona, que el cuerpo humano tiene recursos para reparar los daños sufridos por agentes exteriores. No sé si creerle, parece majo.

Uno es lento de “entendederas” y necesita más tiempo de lo normal para “coger” las cosas. A la velocidad que van, no me da tiempo de asimilarlas, cuando tengo una “pillada” ya no vale, porque ha salido una nueva y vuelta a empezar y así llevo varios decenios. Señores de la tecnología, por favor, tengan compasión de los que vamos más lentos, piensen que no nos da tiempo a meternos en la cabeza todas sus novedades.

El otro día se reían en la cuadrilla cuando les dije que el cambiar de canal en la televisión cada vez me cansaba más, eso de tener que levantarte del sofá para darle al botón cada día se me hacía más cuesta arriba.

Te pasas la infancia, asimilando que los malos eran los indios y resulta que eran los blancos los que iban a quitarles sus tierras, que si el limón era malísimo para la sangre –no sé qué glóbulos te comía-, ahora resulta que es muy bueno para la salud, el pescado azul era peor que el blanco, ahora resulta que es al revés, y así un millón de cosas. Ya está bien.

De la tecnología mejor no hablamos. Que si la web 2.0, que si la realidad aumentada, -pues anda, que no es jodida la realidad, como para aumentarla-, que si el libro digital –seguirán castigando con los brazos en cruz en los colegios- que si la nube -que manía, con lo a gustito que se está tomando el sol- .

Así que, es normal que tenga la neurona como la tengo, se ha pasado la pobre toda la vida metiendo y borrando información, lo que hoy vale, mañana no y así seguimos sin visos de que esto se tranquilice. Las prisas, solo son buenas para la abuela de la fabada.

Hace muchos años, había una pintada que decía “que paren este mundo que me quiero apear”. Me lo estoy pensado. No sé lo que me dirá el psicólogo en la próxima consulta.

Agur

Después de los 30, qué?…

foto: noticias.coches.com

De todos es sabido,  que cuando nacemos los bilbaínos, heredamos de nuestros mayores todas sus manías, gustos y demás zarandajas. Heredamos el partido político, el carnicero, la pescadera y hasta el zapatero remendón, y todo esto por qué?, porque son “de toda la vida”.

En la herencia viene también la costumbre de cruzar las calles por donde nos da la real gana “para eso somos de Bilbao” y claro, luego pasa lo que pasa.

En la puesta en marcha de la nueva ordenanza, por la  que los coches no deben circular a más de 30 km. por hora, veo dos problemas a solucionar urgentemente.

Si actualmente con una velocidad de 50, el personal cruza por donde quiere, al disminuir la velocidad a 30 nos dará más tiempo para cruzar tranquilos, o no? seguramente no tendremos que dejar de leer el periódico al cambiar de acera, con lo molesto que es eso, que se pierde el hilo de la noticia.

Otra cuestión son las multas, no es al primero que la han pillado cruzando un semáforo en rojo y  “tacataca” multa al canto. Claro, primero viene la pregunta de rigor – usted no ha visto el semáforo en rojo? – Hombre, el semáforo si lo he visto, al que no le he visto es a usted señor guardia… y ya está liada.

Desde mi humilde opinión, propongo dos fórmulas para solucionar ambos problemas.

Primera: prohibir circular por las calles de la villa a menos de 140 Km por hora, parece una locura, pero sabéis lo que “acongoja” notar el silbido de los coches a esa velocidad, para cruzar la calle haya que ser “muy, pero que muy de Bilbao”. Creo que nos lo pensaríamos dos veces antes de cruzar. Problema solucionado, si es eso lo que pretenden.

Segunda: ya que el uniforme de los guardias pasa desapercibido, para darles más visibilidad –y de paso, saber donde están- se les podría poner unos pirulos giratorios luminosos en la gorra, de forma, que estén visibles desde cualquier ángulo y de esa forma no tengan que gastar talonarios en multarnos. Puede ser un ahorro de papel para el consistorio.

Esto solo lo digo por ayudar.

Agur