Bilbaino = fanfarrón….

“Los bilbaínos son unos chuletas, unos fanfarrones, se creen el ombligo del mundo, etc.”. Llevo toda la vida oyendo lo mismo. Este tópico es como una marca de nacimiento, hagas lo que hagas siempre la llevarás encima.

Visto lo visto y dándole vueltas a la neurona he llegado a la conclusión de que con una simple formula matemática se puede explicar el porqué de nuestra forma de ser.

Antes de nada debo decir que esta formulación sólo es válida para los bilbaínos de nacimiento y/o de corazón.

Vamos a ver, si tú, en tu fuero interno y dentro de un baremo del uno al diez consideras que vales siete, debes alardear de que vales diez, porqué? por que siempre te va a llegar el “tontolaba de guardia” que bien por envidia, bien por manía, te va  a poner a caldo y te va a bajar tres puntos, con lo cual te quedas en siete, tu real situación.

Ahora bien, si tú vas de bueno diciendo que vales siete y teniendo en cuenta que el susodicho individuo –prácticamente imposible de erradicar- va a seguir estando ahí, te bajará tres puntos, con lo cual te quedas en cuatro y esa no es tu verdadera posición.

Resumiendo: bilbaíno más tres es igual a bilbaíno real.

Espero que este ejemplo sirva al departamento de iniciativas culturales de nuestro Ayuntamiento y les ayude a aclarar al resto del mundo un poco más la idiosincrasia de los bilbaínos.

Agur

En el baul…..

foto: A.García

No tenían pilas, ni lucecitas, ni música, pero que mas daba. Tenían lo más importante, hacer crecer la imaginación en los niños. Además se recogían a una velocidad de vertigo, al cajón y ya estaban listos para el dia siguiente. Mi favorito era Jerónimo montado a caballo, con aquella diadema de plumas enorme……

foto: A.García

Los recortables eran otro pasatiempo, los había de muñecas para las niñas y de casas y castillos para los niños.  Ya, ya sé que ahora sería motivo de desigualdad y discriminación, pero antes esra así,  que le vamos a hacer…

foto: A.García

Vamos, como la Travel de ahora y encima se creerán que han inventado «la pólvora»

El jamón más grande del mundo….

foto: barbacanteruel.es

Cuando salíamos a la calle por la tarde a jugar era costumbre preguntar qué te habían puesto en el bocadillo. Nos juntábamos los colegas de barrio y nos enseñábamos las interioridades de la merienda:  los había de mantequilla con azúcar –hace años que no he visto a ningún niño con ese bocadillo- de pan con chocolate, de chorizo, etc.  A mi amigo Juanito siempre le ponían de jamón.

De pequeño, mis vacaciones eran de varios meses en un pueblo de La Rioja, y desde que llegaba hasta que me marchaba, todos los días, en el ritual de verificación de bocadillos, a mi vecino Juanito siempre le aparecían sendas lonchas de blanco tocino entre pan y pan. Él decía que era jamón, yo no lo entendía y pensaba ¡qué jamones más raros hay en La Rioja!, el caso es que pasaba el tiempo y en aquel tocino no se veía ni una triste nota de carne.

Peor era lo de Gervasio, otro colega, este tenía la extraña costumbre de comerse los quesitos con el papel plata de su envoltorio y los cacahuetes con la cáscara, la verdad es que tenía unos amigos de lo más raros. El pobre Gervasio, de mayor acabó en una sucursal bancaria de director. Que se le ve a hacer.

El resto de amigos eran más normales, quitando a Toñito que se trababa un poco al hablar –de mayor se le corrigió– y a Selmito (Anselmo) que le pisóo una yegua y le dejó un pie a la birulé, pero había que verle correr cuando íbamos a mangar melones.

Pasados tres meses de mi llegada, un día le intenté explicar a Juanito que lo que le ponían en el bocadillo era tocino y no jamón como él decía, pero él, con su sabiduría popular, me dijo que lo que pasaba era que todavía no habían llegado a la carne. Imaginaros el tamaño que debía tener aquel jamón… Es que si lo miras bien, ya ni los cerdos son como antes.

Agur

Estaba harto…

Muy harto tenía que estar el propietario del negocio para poner este cartel. En un comercio, en el centro de Soria, en los años 80, estaba colocado en un escaparate y rodeado de alambres a modo de barrera.

Por si no se aprecia bien, aquí os dejo el texto:

Me están rompiendo las lunas y robando repetidamente, y ya muy harto…aviso a los ladrones (cerdos, mamarrachos y sinvergüenzas, que me han robado, y a los que piensan hacerlo) que todas las partes de la tienda, interiores, alambres, etc. están conectados a alta tensión eléctrica.

DURANTE LA NOCHE

Y os aviso (a pesar de que gustaría “que estiraseis la pata”) porque no quiero más problemas.

El año pasado volví por esa zona y ya no estaba la tienda, ahora había una flamante sucursal bancaria, está visto que al final le ganaron la partida al pobre tendero….

Agur