Espero que al recibo de…

Foto: heraldo.es

“Espero que al recibo se estas cuatro letras os encontréis bien…” Este era el encabezamiento oficial para las cartas en los años cincuenta y sesenta. Que tiempos. La liturgia que llevaba el escribir una carta era siempre la misma, el folio en blanco –los había, con unas líneas muy finas para escribir derecho- cerrar el sobre humedeciendo con la lengua, el sello dejaba un sabor bastante malo –luego vinieron los autoadhesivos, pero no era lo mismo- y al buzón. La ilusión de recibir una carta no se parece en nada a recibir un mail o un sms, y si lo miras bien, al final también es una forma de recibir noticias, pero no es lo mismo. El olor y el tacto del papel nos dejaba recuerdos de la persona que nos escribía –había quien perfumaba las cartas-. Prometo que volveré a escribir cartas, es una de las muchas cosas que he ido abandonando.

Ahora nos enfrentamos a las nuevas tecnologías, cuando recibimos un sms, más que leerlo tenemos que adivinar lo que pone.

En mi caso puedo decir que cuando me mandan los sobrinos algún sms no me aclaro con el texto, pero ¡¡ojo!! cuando quieren pedir algo, entonces la cosa cambia mucho, hay que ver, con qué claridad escriben el texto y con qué sutileza aplican la gramática, vamos, que lo dejan perfecto, por qué será?

No sé si serán apreciaciones mías –la edad hace estragos- pero me da la impresión que estos jóvenes tienen mucha cara.

Para ir al compás de los tiempos, el otro día me dieron un breve cursillo de escritura rápida para los sms. Lo puse en práctica y le mandé un mensaje a un amigo. A los pocos segundos me contestó muy cabreado diciéndome que él no era homosexual ni le apetecía nada participar en una orgía. Asustado le llamé, para explicarle que lo que yo le quería decir era, que si el próximo sábado íbamos al monte a por setas. Parece ser que no capté bien la forma de escribir los mensajes. Todo se aclaró, pero creo que nunca más volveré a usar esa nueva forma de escribir.

Agur