Verdes valles, centenarios caseríos, naturaleza desbordante, así es nuestra provincia vecina. Gipuzkoa está repleta de valles y montañas, a cada rato se asoma el azul intenso del mar Cantábrico. Hoy nos dirigimos a esos valles cercanos a la costa. Estamos en el Parque Natural de Pagoeta. Es todo un espectáculo de colores, olores y sonidos. En sus más de 2.800 hectáreas se suceden hayedos salpicados de tejos, acebos y robles.
Más info: www.aiapagoeta.com / Fotos: Aitziber Olaskoaga
Este parque pertenece a la localidad de Aia y, en menor medida, a Zarauz y Zestoa. Nos adentramos en uno de sus senderos. Es todo un espectáculo natural!
En el camino nos acompaña un ágil y alegre riachuelo. Al final nos espera una gran sorpresa, como escondida entre arboles, nos encontramos una increíble obra de ingeniería de hace más de 200 años. Es la Ferrería de Agorregi.
Sus orígenes los podemos encontrar en la Edad Media. Y es que la historia del hierro se pierde en la memoria de nuestro pueblo. Viajamos en el tiempo para ver en primera persona como era una ferrería. Somos testigos de como funcionaba en pleno siglo XVIII. En esta época las materias primas para conseguir el hierro eran: el mineral de hierro, el carbón vegetal y el agua de los ríos. Gracias a la fuerza del agua que se utilizaba como generador de energía se conseguían estos llameantes tochos de hierro.
Un trabajo increíble; cuidadoso y minucioso, y más aquí ya que la de Agorregi no es una ferrería cualquiera. Era una ferrería mayor donde se conseguían los tochos de hierro que luego se llevaban a las ferrerías menores donde los forjaban.
Estamos en un valle escaso de agua. Mila Ruilópez, una de las guías del parque, nos cuenta que esto llevó a los creadores de este lugar a tener que ingeniárselas para aprovechar el agua. En el siglo XVIII se reformó de tal forma para que las anteparas (depósitos de agua) se situaran a distintos niveles de altura. Un sistema muy original obra del arquitecto Francisco Ibero. Con ello lo que pretendía era que el agua se utilizara una y otra vez.
Caprichos de la historia, tras varios largos años de obras y reformas, finalmente esta ferrería no se llegó a utilizar. Los motivos pudieron ser muchos. Aunque gracias a ello, hoy día podemos disfrutar de un pedacito de historia.
Agorregi y su verde entorno es un destino para apuntar en vuestra agenda Agroviajeros! Pero nuestro recorrido no ha terminado aquí, el agua de estas montañas aún nos deparan muchas sorpresas! Muy cerca nos topamos con el vivero/restaurante de Granada Erreka.
Se encuentra en uno de los estrechos valles de Errezil. Cuentan con un vivero propio de truchas. Su pollo de caserío es también estupendo. Además te ofrecen la posibilidad de pescar tu mismo tu propia trucha. Sin duda, toda una experiencia!
Aquí os dejo el paso de Agroviajeros TV por este lugar tan singular: