Mi encuentro con «Marisorgin», la mejor cazadora de la naturaleza.

El otro día nos vino a visitar un ser increíble. Sinceramente, en un principio me asuste, no es fácil no pegar un pequeño brinco cuando se te acerca un bicho color verde fosforito del tamaño de la palma de una mano. Después de mirarla de arriba abajo e investigar un poco, vi que no corriéramos ningún peligro junto a ella y que además no es tan raro toparse con una, sobre todo, a finales de verano y principios de otoño. 

Mantis Religiosa en el bosque Foto: Pixabay

Os hablo de la “Mantis Religiosa”. Son seres auténticamente maravillosos e increíblemente sorprendentes. Me impresionó saber que en euskera se le denomina “Marisorgin”. Son animales que nos han fascinado y atemorizado a partes iguales, pero lo cierto es que, aunque sean insectos muy voraces y a pesar de su aspecto un tanto marciano y su gran tamaño, no suponen ningún peligro para el ser humano

Tomad nota porque no solo sorprende su cuerpo que parece sacado de un comic de ciencia ficción, sino que su estilo de vida deja con la boca abierta a cualquiera que le entusiasme la naturaleza.

Existen varias especies autóctonas en la península Ibérica. Foto: Pixabay

Esta especie autóctona de Eurasia y África, de aproximadamente siete centímetros, tiene un cuerpo especialmente preparado para la caza. Son las “Rambo” de los insectos. Le gustan las emboscadas y atacar por sorpresa. Su color es el mejor camuflaje en la naturaleza, no siempre son de color verde intenso, depende de donde se encuentren en el momento de su última muda, pueden a llegar a ser pajizos, si estaban en un campo de trigo, por ejemplo. Su cabeza está preparada para ver la caza desde cualquier punto que se le acerque, ya que la puede girar 180º y cuentan hasta con cinco ojos. Es el único animal que tiene un solo oído en el tórax. Son extremadamente atléticas, preparadas siempre para acechar a cualquier ser que haya tenido la mala suerte de entrar en su radio de acción. Cuenta con más de dos mil subespecies, algunas incluso dotadas con alas. Para cazar se mantienen totalmente quietas con las patas de tal forma que parece que están rezando, de ahí el sobrenombre de “religiosa”. 

Miden aproximadamente siete centímetros. Foto: Pixabay

Todas estas cualidades las hace ser magnificas cazadoras, pueden llegar a atrapar hasta pequeñas aves como colibrís. Aunque también las mantis se pueden convertir en la mejor caza para arañas, lagartijas y pájaros.

Y sí, lo que dicen las leyendas urbanas de este insecto, es cierto. La hembra en un 20% de las ocasiones puede comerse al macho después de aparearse. Al parecer esto aumentaría la probabilidad de tener más y mejores huevos. De hecho, en algunas ocasiones pueden llegar a tener hasta mil crías.

Un ser que, sin duda, ha fascinado desde tiempos inmemoriales y que ha tenido una conexión muy fuerte con el mundo de los espíritus. De hecho, en griego su nombre se podría traducir como “vidente«. En la antiguo Egipto incluso las momificaban y las colocaban en sarcófagos pequeños para acompañar a los muertos, para ayudarlos a enfrentar sus temores en el más allá. En la antigua Grecia, en cambio, creían que las mantis traían mal augurio, el mismo Aristóteles las consideraba criaturas del «inframundo», capaces de hipnotizar a las personas.

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