Emoción, gentío, alegría y mucho orgullo, esas fueran las sensaciones que sentí aquel verano de 1992, en Donostia. Tenía poco más de doce años y estaba pasando el verano en la siempre elegante capital gipuzkoana. Esto de tener parientes en cada esquina de Euskadi, tenía su punto en mi infancia. Cuando me dijeron si quería pasar el verano entre la arena de La Concha, calles repletas de bares de pintxos, edificios señoriales con ese color arenisca tan favorecedor y sobre todo, con los desayunos tan suculentos que encontraba todas las mañanas en el obrador de la pastelería de mis tíos, no lo dude. Allá que fui a pasar quince días de julio a nuestro territorio vecino. Un día sin más ni más, después de un buen desayuno compuesto de bomba de crema pastelera y croissant, (lo recuerdo como si fuera ayer), en una de las esquinas de la fragante pastelería, me enteré, así por casualidad, que el mismísimo Tour de Francia estaba comenzando a unas calles de donde estaba terminando mi dulce desayuno. Sin pensármelo dos veces, fui corriendo a ver cómo era eso que tantas veces había visto por televisión. Al llegar, no me podía creer lo que encontré, nada hacía pensar que a escasos metros de la tranquilidad de donde me encontraba, hubiese semejante despliegue, fue increíble y sobre todo de quitarse el sombrero el espectáculo que allí se había montado. Es una cosa que hay que vivirla, la energía de los corredores, del publico, … las calles literalmente vibran con este deporte.
Bilbao desde Artxanda, San Juan de Gaztelugatxe y Puente Zubizuri
Eso misma sensación vivirán todos los que se acerquen este julio a nuestro querido Bilbao, y es que en unos días comenzará la 110º edición del Tour más famoso del mundo. Y lo hará desde nuestro querido Botxo. ¡Yo, desde luego que yo no me lo pienso perder! Apuntad en la agenda porque será irrepetible, será el sábado, uno de julio. Esta vez recorrerá varios puntos de nuestra geografía. Por Bizkaia hará un recorrido circular (Bilbao-Bilbao), que tocará algunos de nuestros rincones más bonitos.
No sé a vosotros, pero yo no me pienso perder ver a los ciclistas surcar los 182 km de periplo entre colinas, acantilados y playas de Bizkaia. Recorrerá lugares tan emblemáticos como Gernika y todo el Urdaibai. Serán imágenes que harán historia, desde luego. Los ciclistas pasarán también por el fotogénico y cinematográfico, islote de San Juan de Gaztelugatxe. No solo será nuestro litoral, sino también poblaciones de caseríos encantadores como Laukiz o Morga. Será circular por lo que veremos a los expertos deportistas de nuevo en la capital, pasará antes por Sondika, en Pike Bidea, donde sus colinas alcanzan un 15% de desnivel.
En la segunda jornada al Tour los veremos salir de la capital de Euskadi, Vitoria-Gasteiz, para finalizar en Donostia. Imaginaros la de valles, bosques y poblaciones emblemáticas que van a recorrer los ciclistas, como los del Parque Natural de Aralar o el Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Esta segunda etapa seguro que además tendrá unas panorámicas increíbles, nos regalará grandes momentos por lo encrespado de su recorrido, hasta llegar a Donostia, donde finalizará. Un recorrido que dará muchas emociones, aunque a esta segunda etapa, le falta a mi entender, su paso por Eibar y su subida más emblemática, la de Arrate. Una espinita clavada para todos los amantes del ciclismo vasco, ya que la ciudad armera ha sido también la ciudad de la bici por excelencia en Euskadi. Y más para una servidora, nieta de uno de los grandes organizadores del ciclismo vasco y que también participó en la organización del Tour de Francia, ya que el eibarrés Juanito “Txoko” fue el primer vasco y la primera persona del Estado en realizar junto a la organización del Tour de Francia, todo el recorrido en moto, allá por los años cincuenta del pasado siglo.
En la tercera etapa el Tour tomará rumbo hacia Baiona, lo hará desde Durangaldea donde las panorámicas del Anboto serán una constante, los caseríos del entorno de Atxondo y demás localidades serán el marco perfecto para los intrépidos ciclistas. Y qué mejor que terminar el paso del Tour, que por la encrespada costa de Zumaia y su Geoparque. El famoso Flysch compartirá protagonismos con deportistas, bicis y pelotones. Ya nos vamos acercando a la muga con Iparralde por Irun, terminará su periplo, tras 187,4 kms, en la capital labortana. ¡Para no perderslo, sin duda!
¡Qué megaguay! Jopelas yo también quiero vivir en ese país de las gominolas de fresa. Fenomenal el atículo, o sea.
Que belleza. Extraordinario. Felicitaciones al autor. Muchísimas gracias.
Muchas gracias!!!!