Estamos en una tierra cargada de leyendas. La formación de muchas de las cuevas, rocas, montañas e incluso ríos, se les atribuye a seres mitológicos de un solo ojo, presumidas lamias con pies de pato o a nuestra deidad femenina, Mari, que vuela atravesando los cielos.
Esto mismo es lo que le sucede a la cascada de Gujuli o Goiuri, en euskera. Estamos en el municipio de Urkabustaiz dentro de la Cuadrilla de Zuia en la provincia de Araba, casi al límite con Bizkaia. Sobre la creación de esta hermosa cascada la cual se encuentra en un espectacular paraje natural de hayedos, nos habla una leyenda que trata sobre una hermosa y presumida lamia y su espejo mágico. Este espejo otorgaba a la lamia todo cuanto le pedía. Un pastor quedó fascinado por los poderes del espejo y, en un descuido, se lo robó. La lamia le descubrió y le convirtió en cascada.
Fotos: Iker Eraso / Cuadrilladezuia.com Más info: www.cuadrillazuia.com
Aunque la historia de la lamia nos suene muy romántica, lo cierto es que ha sido este pequeño arroyo, el Oiardo, afluente del Altube, con la ayuda del tiempo, quien ha formado este espectacular salto de agua. Es otra de las bellezas que atesora el Parque Natural de Gorbeia. Sin duda, una excursión perfecta para estos días de fiestas. Además es ahora cuando hay que venir a verla, ya que la mejor época para contemplar la cascada es primavera y otoño puesto que en verano apenas tiene caudal. Tiene una caída de mas de 100 metros de altura.
La leyenda dice así.
«En Goiuri vivía un hombre al que sus padres llamaron Urjauzi (cascada) porque era muy llorón. Un día que paseaba junto al río descubrió una bella mujer bañándose en las aguas. La chica, Baigorri, en realidad era una lamia (ninfa, bruja de la mitología vasca) que mirando el espejo mágico pidió un peine de oro y al momento lo tuvo en sus manos.
Al ver lo sucedido Urjauzi en un descuido de la lamia cogió el espejo y salió corriendo, desde entonces lo utilizo para convertirse en el hombre más rico pero también en el más avaricioso. Una tarde mientras dormía debajo de un haya a la orilla del río Oiardo le desperto la voz de Baigorri preguntando: ¿Como te llamas?, Urjauzi respondió.
Baigorri se vengó de Urjauzi, ya que tenía en sus manos el espejo cuando Urjauzi le contestaba. Urjauzi no se lo podía creer ¡había pronunciado su nombre mientras se veía reflejado! corrió hacia el barranco y lloro, lloro y lloro hasta que sus lágrimas se convirtieron en un charco. El charco se convirtió en río y se deslizo por el barranco a partir de entonces nadie supo más del hombre».
Desde entonces cuentan que cuando la cascada viene llena de agua se oye el llanto de una persona. ¿Verdad o no? Lo mejor, venir hasta aquí a comprobarlo!
Además es una excursión perfecta de un día.
Se encuentra a poco más de media hora en coche por autopista y a una hora por la general desde Bilbao. No tenéis excusas!